Economía
Financiación autonómica más viable
La consultora Freemarket acaba de alumbrar un modelo de federalismo fiscal competitivo para España. Es una alternativa posible, que quizás nadie impulsará
Frederic Bastiat (1801-1850), francés, uno de los mayores teóricos del liberalismo y también de los más imaginativos, decía que «el Estado es una gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a costa de todo el mundo».
El galo, autor de textos desternillantes como la sátira «Petición de los fabricantes de velas y otros empresarios de la iluminación», no conocía el sistema de financiación autonómico español, pero para él habría sido una fuente infinita de inspiración.
Pedro Solbes (1942-2023), en sus últimos tiempos de ministro de Hacienda de Zapatero, concluyó que la financiación autonómica española es algo así como «un sudoku insoluble». Algo de razón debía de tener, porque hasta ahora nadie ha dado con la solución a un embrollo, que aumenta cada día.
Todos los que han intentado hasta ahora esbozar un sistema viable han fracasado con estrépito. La vice y ministra de Hacienda, y también candidata socialista a la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, tiene un proyecto entre manos. Hay quienes aseguran que lo tiene ultimado, pendiente de que Pedro Sánchez diga cuál es el momento más apropiado para anunciarlo.
Tampoco han trascendido más detalles hasta ahora, salvo que habrá más dinero, más gasto, sobre todo para Cataluña, con el aplauso de Salvador Illa, y sin que contemple el famoso «cupo» con el que sueñan Puigdemont y Junqueras. Todo, claro, con independencia de si se presentan presupuestos o no. Esa es otra guerra. El PP de Alberto Núñez Feijóo, no ha sido informado de nada, ni parece que al Gobierno le importe su opinión.
Freemarket Corporate Intelligencia, la consultora que preside Lorenzo Bernaldo de Quirós, casi al mismo tiempo, acaba de alumbrar un documento titulado «Un modelo de federalismo fiscal competitivo para España».
En la práctica es un esbozo de un nuevo sistema de financiación autonómica que, por supuesto, habría que desarrollar más en detalle en su momento, pero que constituye una propuesta interesante sobre la que se puede reflexionar y trabajar.
El informe de Freemarket, tan conciso como detallado y documentado, propone «un nuevo paradigma fundamentado en los principios de la teoría económica del federalismo fiscal y en las lecciones extraídas de la experiencia comparada», sobre todo de los modelos vigentes en Suiza, Canadá y Alemania. Los tres estados conceden distintos grados de autonomía fiscal. Muy alto en el caso de los cantones suizos; alto en el de las provincias canadienses y bajo en el de los «lander» alemanes.
Bernaldo de Quirós articula su modelo a través de tres pilares interrelacionados: «1.-Aumento de la autonomía y capacidad tributaria de las Comunidades Autónomas (CCAA).» Se supone que tendrían más capacidad para legislar y recaudar sus propios ingresos fiscales, algo que debería reforzar «la corresponsabilidad y el vínculo entre el gasto y su financiación.
«2.-Un papel del Estado central redefinido.» En este caso, se limitaría a «garantizar servicios mínimos fundamentales en todo el territorio, la estabilidad macro, la unidad de mercado y la provisión de bienes públicos puros».
Por último, «3.-Obligación de las CCAA de mantener presupuestos equilibrados.» Para conseguirlo, claro, sería imprescindible imponer una disciplina fiscal en todas las CCAA, con mínimas excepciones, «para evitar el endeudamiento insostenible y las externalidades negativas para el conjunto del Estado».
El informe de Freemarket, apoyado –a pesar de su concisión– en abundantes datos comprobables, concluye que, «la evidencia teórica y comparada sugiere que un sistema que promueve la autonomía fiscal, la competencia y la responsabilidad de los Gobiernos subcentrales es más eficiente, más justo, más sostenible a largo plazo que el actual y, además, configura un marco institucional que incentiva la convergencia real de las CCAA con niveles de desarrollo más bajos con aquellas que los tienen más altos.».
En definitiva, hay otro modelo viable de financiación autonómica que, eso sí, es federal y precisa competencia fiscal entre territorios y rigor en las cuentas públicas. Es decir, equilibrio fiscal, nada de déficits galopantes y deudas cada vez mayores.
También se trata de aplicar algo que debería ser tan obvio como la responsabilidad fiscal. La propuesta, un punto de partida, está ahí, y ha circulado entre los responsables del PP y también ha llegado a notables socialistas, quizás no muy sanchistas. Sin embargo, es poco probable que sea tenida en cuenta, ni en todo ni en parte, porque hay demasiados aferrados a una financiación autonómica concebida como otra gran ficción estatal en la que todo el mundo trata de vivir a costa de todo el mundo, como dijo Bastiat.