
Innovación
CTA cumple 20 años con más de 1.500 millones de impacto en la economía andaluza
La fundación ha generado más de 31.000 empleos y cuenta con un clúster de 185 empresas que representan el 3,6% del PIB nacional

Más de 1.500 millones de euros de impacto en el PIB andaluz y más de 31.000 empleos generados en sectores de alta productividad resumen, en cifras, los resultados que Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) ha dejado desde 2005. Son veinte años de trabajo que han situado a esta fundación privada como referente de la innovación en España y como socio estratégico de empresas, universidades y administraciones.
En estas dos décadas, CTA ha promovido más de 6.000 proyectos, ha financiado 842 iniciativas empresariales de I+D con 211,5 millones de euros y ha movilizado más de 604 millones de inversión privada. Por su parte, la colaboración con el mundo académico se resume 104,5 millones destinados a la contratación de cerca de 400 grupos de investigación de universidades y hospitales andaluces.
En una entrevista a LA RAZÓN, el presidente de CTA, Beltrán Pérez, explica que la entidad «ha sido un catalizador indispensable de la transformación del ecosistema de innovación en Andalucía». Para Pérez, el gran valor de la fundación ha sido «vertebrar la colaboración entre empresas, universidades y administraciones» y crear una cultura de cooperación que hace veinte años era impensable.
Los datos avalan esa afirmación. El clúster de empresas, que supera las 185, representa ya el 3,6% del PIB nacional y sostiene alrededor de 300.000 empleos en España, según un informe elaborado por PwC. La orientación al mercado es la seña de identidad de la fundación. Pérez subraya que los proyectos apoyados por CTA «se han transformado en nuevos productos y servicios, patentes, nuevas líneas de negocio e incluso nuevas empresas». Así, el impacto real se mide, como recalca, en la capacidad de generar riqueza y empleo a partir de la investigación.
En la lista de empresas que han trabajado con la corporación aparecen compañías como Tier1, Inerco, Ghenova, AGQ Labs, Guadaltel, Magtel, MP Ascensores o Cosentino, junto a multinacionales de referencia como Airbus, Iberdrola, Moeve o Atlantic Copper. Las iniciativas abarcan desde la digitalización del turismo mediante gemelos digitales hasta el desarrollo de biofertilizantes a partir de residuos, pasando por nuevas técnicas de diagnóstico, materiales sostenibles para la construcción o aplicaciones de IA en la agricultura.
El peso de algunos sectores es mayor que el de otros. La biotecnología, la energía y la tecnología digital concentran más del 60% de los proyectos aprobados en los últimos años, lo que confirma su papel tractor. El presidente explica que estos ámbitos «han mostrado un gran poder transformador» y han servido de palanca para que sectores como la agricultura, la construcción o el turismo incorporen innovaciones que mejoran su competitividad.
En su opinión, esta transversalidad es una de las claves del éxito de CTA porque permite que un avance en un sector se extienda a otros. En este punto, Pérez sostiene que CTA aporta «agilidad, flexibilidad y personalización» frente a otros actores del sistema al combinar «la flexibilidad de una entidad privada con la legitimidad pública y el impacto real de los proyectos».
Por otro lado, CTA ha participado ya en más de 65 proyectos internacionales financiados por la Unión Europea y organismos multilaterales, colaborando con más de 500 entidades de 45 países. En la actualidad, para Pérez las mayores oportunidades se centrarán en «la transición energética, la digitalización industrial, la salud personalizada, la economía circular y la soberanía tecnológica junto al resto de Europa».
La experiencia de la corporación también ha sido relevante en la Compra Pública de Innovación, un mecanismo que convierte a la administración en primer cliente de soluciones novedosas. La fundación ha acompañado a diferentes organismos en el diseño de procesos de CPI que han facilitado la implantación de tecnologías en ámbitos como la eficiencia energética, la gestión del agua o la digitalización de servicios públicos.
En lo que respecta al futuro, desde la entidad ya han trazado su plan estratégico 2026-2029, aprobado en junio. Según Pérez, «se trata de un nuevo plan para seguir siendo una herramienta útil» que en los próximos años se volcará en consultoría tecnológica y la internacionalización. El presidente considera que la fundación «se consolidará como un hub global de innovación, con mayor presencia internacional, más empresas miembro y una red sólida entre ciencia, empresa y administración». Su objetivo, insiste, es que CTA siga siendo «motor de progreso y competitividad para Andalucía y España», acompañando a las empresas e instituciones para que sus proyectos se traduzcan en resultados rentables».
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