Economía

La inversión y la productividad en España siguen estancadas, según McKinsey

El mundo ha sido testigo de un crecimiento notable de la productividad en las últimas décadas, una tendencia que se ha estancado en gran medida desde la crisis financiera global de 2008

La marca aumentará aún más su inversión en I+D.
El aumento de la inversión, clave para impulsar el crecimiento de la productividad en España y a nivel mundialPexelsPexels

El aumento de la inversión ayudaría a impulsar el crecimiento de la productividad en España y a nivel mundial. Así lo destaca el McKinsey Global Institute (MGI) en un análisis realizado a partir de la evolución de la productividad en 125 economías durante los últimos 25 años, donde se muestra el panorama sobre el estado actual y las perspectivas futuras del crecimiento de la productividad a nivel global.

El informe, titulado "Invertir en el crecimiento de la productividad", destaca cómo, si bien el mundo ha sido testigo de un crecimiento notable de la productividad en las últimas décadas, esta tendencia se ha estancado en gran medida desde la crisis financiera global de 2008. Y es que, a pesar de que treinta economías – unos 3.600 millones de habitantes –, incluyendo China, India, buena parte de Europa Central y del Este, y múltiples países de Asia Emergente, se han situado en el "carril rápido" (fast lane) de convergencia con las economías avanzadas, muchas economías se han estancado.

Según los datos del informe, aproximadamente 1.400 millones de personas que viven en economías emergentes – mayoritariamente en África y Latinoamérica –, se han quedado rezagadas, sin converger hacia niveles de productividad más altos, mientras que las economías avanzadas también han experimentado una desaceleración significativa, por debajo del 1% anual desde la crisis financiera de 2008.

"Hoy más que nunca, el mundo – y España – necesita acelerar el crecimiento de la productividad. Es la única forma de continuar mejorando las condiciones de vida de los ciudadanos"

,

Marc Canal, investigador senior del MGI y uno de los autores del informe, advierte que "hoy más que nunca, el mundo – y España – necesita acelerar el crecimiento de la productividad. Es la única forma de continuar mejorando las condiciones de vida de los ciudadanos en una sociedad que envejece, cadenas de valor que se fragmentan, un entorno macroeconómico complejo, y la necesaria transición energética".

Situación de España

Los datos de España apuntan que, desde 2012 el crecimiento de la productividad laboral ha sido del 0,4%, comparado con una media del 0,5% en el resto de grandes economías europeas, y un 1% en Estados Unidos. Por su parte, Alemania, Francia, el Reino Unido, o Estados Unidos tuvieron crecimientos de la productividad más elevados antes de la crisis de 2008, y se hundieron después. España, según se señala en el informe, ha tenido un crecimiento de la productividad sostenidamente bajo durante un cuarto de siglo -solo en Italia ha sido menor-.

En el informe se incide en la inversión como pieza central del crecimiento de la productividad. "Hay muchas partes móviles que configuran la productividad, pero sin duda la inversión es uno de los elementos clave. En la mayoría de las regiones y países, los aumentos del capital por trabajador explican entre el 70 y el 80 por ciento del crecimiento general de la productividad", anota Alejandro Beltrán, socio senior de McKinsey & Company. En esta línea, "en la última década, la inversión – y por tanto, la acumulación de capital por trabajador – en las economías avanzadas ha sido muy baja. España no es una excepción: antes de la crisis financiera global la inversión fue elevada, pero concentrada en el sector de la construcción, que no contribuyó a elevar la productividad. Tras la crisis financiera, la inversión se desplomó y no se ha recuperado", advierte.

Acciones clave para impulsar la productividad

Para las economías emergentes, el informe identifica acciones clave que pueden impulsar el crecimiento de la productividad, tomando lecciones del éxito de economías como China e India. Estas acciones incluyen aumentar la inversión en capital, promover la urbanización efectiva y el crecimiento del tamaño y productividad del sector de servicios, así como mejorar la sofisticación y la interconexión global del sector manufacturero.

Las economías avanzadas tienen que re-acelerar su inversión, en niveles muy bajos desde 2008, y capturar la oportunidad que ofrecen la digitalización y otras nuevas tecnologías como la IA. El MGI apunta a varias razones para el optimismo, poniendo sobre la mesa el ejemplo de Estados Unidos, que con un entorno macroeconómico y mercado laboral más tensionados parece estar elevando la inversión y el crecimiento de la productividad en los últimos trimestres.

La inversión en tecnología, incluyendo en Inteligencia Artificial Generativa, también ha crecido sustancialmente, solo las 5 mayores empresas tecnológicas invirtieron 350,000 millones en I+D y capital en 2022. Sin embargo, España y Europa aún no han visto esas señales de aceleración. En España, en particular, el crecimiento de la economía está siendo más robusto que en Europa, y se prevé que lo siga siendo en el próximo año, impulsado por el consumo, las exportaciones de servicios, y la inmigración. Pero el crecimiento de la inversión y la productividad, las bases de un crecimiento elevado y sostenible a largo plazo, siguen estancados.