Caso Bankia

El juez rechaza juzgar a Rato por presuntas comisiones de publicidad

El ex presidente de Bankia defiende la legalidad de las adjudicaciones a dos agencias

Rodrigo Rato durante su comparecencia en la comisión sobre la crisis financiera/Foto: J. Fdez.-Largo
Rodrigo Rato durante su comparecencia en la comisión sobre la crisis financiera/Foto: J. Fdez.-Largolarazon

El ex presidente de Bankia defiende la legalidad de las adjudicaciones a dos agencias

El titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, ha rechazado la petición de la Fiscalía Anticorrupción de dar por finalizada la investigación respecto a las presuntas comisiones «carentes de justificación» que el ex presidente de Bankia Rodrigo Rato habría percibido por contratos de publicidad a través de su sociedad Krandonara 2001. En total, según el fiscal esas comisiones habrían ascendido a algo más de 835.000 euros, entre los años 2011 y 2012. y se habrían camuflado como «prestación de servicios».

El magistrado señala en su auto, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, que, «por el momento», procede finalizar esa instrucción, toda vez que el delito del que acusa el fiscal a Rato por estos hechos, corrupción entre particulares, está «íntimamente relacionado con la presunta comisión de otros delitos, como contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales, cuya instrucción continúa en distintas piezas separadas de esta misma causa, lo que hace aconsejable su vista oral conjunta».

Además, todavía faltan pruebas que pueden resultar esenciales en este procedimiento y que fueron ordenadas por la Audiencia Provincial; en concreto las relativas a comprobar si los contratos de publicidad fueron adjudicados según los sistemas de contratación en competencia, que existían en aquel momento.

Rodrigo Rato aportó, en septiembre de 2015, dos baremos de valoración de los concursos por los que se adjudicaron a dos agencias de publicidad esos contratos, concursos que, sostiene el exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional, fueron realizados por el «órgano responsable» de la entidad financiera, «que valoró a Publicis y Zenith como las mejores».

Anticorrupción, en cambio, difiere notablemente de esa versión y considera que Rodrigo Rato, «en su condición de presidente de Caja Madrid-Bankia, cobró en 2011 y 2012, a través de su sociedad patrimonial Krandonara 2001, comisiones carentes de justificación», cantidades relacionadas con contratos de publicidad a determinadas agencias cuando Bankia iba a salir a Bolsa. Así, a los efectos de controlar todo lo relacionado con la publicidad, habría creado un «grupo de presión» dentro de la entidad financiera, que actuaba como núcleo duro «a las órdenes y en beneficio último» de Rato.

Entre esas personas estarían Miguel Ángel Montero Quevedo, su secretaria personal, Teresa Arellano, «a la que dio altas funciones ejecutivas dentro de la entidad financiera»; su «amigo y hombre de confianza» José Manuel Fernández Norniella, a quien nombró vicepresidente y consejero; así como Miguel Ángel Robledo Gómez, exresponsable de comunicación externa en Caja Madrid-Bankia, entre otros.