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Criptomonedas

La regulación, el eterno debate

Algunos afirman que la desregulación está en el ADN de estas divisas

La regulación, el eterno debate
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En nuestros tiempos, el tiempo pasa tan rápido que los fenómenos nuevos envejecen muy rápidamente. Eso le he ocurrido a las divisas virtuales. Realmente las conocimos en 2017 y ya parece que llevan toda la vida entre nosotros, casi tanto como el dinero físico. Por lo tanto, se exige regularlas igual que se hace con los billetes y las monedas, aunque eso conlleva cierto análisis y conocer cuál es el comportamiento de estas divisas en un periodo más largo. No obstante, algunos estados ya se han dado prisa.

Sin embargo, Miguel Ángel Barrio sostiene que «la posible regulación de las criptomonedas se ha barajado como una opción para su consolidación, pero la filosofía y ADN de las criptomendas se basa precisamente en su desregulación, y no estar vinculados a ningún organismo o banco central. Pero esto hace que estén totalmente expuestas a cualquier fluctuación de la cotización, y a posibles ciclos especulativos y de efecto burbuja».

Las entidades financieras han sido las primeras que han tenido reticencias con las regulaciones. Por un lado, si entran dentro de un marco legal se acepta que ya forman parte del juego monetario. Por otro, si no se hace, la actividad económica que se lleva a cabo con criptomonedas estaría mucho menos controlada. Pero al final, las empresas del sector han tomado una postura definida: «Tradicionalmente, los reguladores y los bancos han favorecido la promoción del “status quo”, mostrando poca voluntad para abrir la industria a nuevas formas de competencia. En los últimos años, sin embargo, tanto los reguladores como los bancos han cambiado su actitud y han empezado a adoptar una posición más abierta respecto a la regulación, influenciados por las nuevas demandas de los clientes», admite el CEO de 2gether, Ramón Ferraz.

Por su parte, Barrio admite que «algunas voces expertas apuntan a que empezarán a aparecer iniciativas regulatorias en cuanto a definición de “best practices”, lo que reducirá la sensación de vacío legal».

Un buen ejemplo de ello lo hemos vivido esta misma semana. El 1 de mayo entró en vigor en Finlandia una ley para regular a los proveedores de monedas virtuales. De este modo, la Autoridad de Supervisión Financiera del país ha anunciado que «registrará los servicios de intercambio de monedas virtuales, a los proveedores de carteras de custodia y a los emisores de monedas virtuales». Todos deberán someterse a los siguientes requisitos expuestos en la norma: «fiabilidad por parte del proveedor; retención y protección del dinero de los clientes; segregación del dinero del cliente y de los fondos propios; comercialización de los servicios, y asegurar el cumplimiento con la regulación contra el blanqueo de capitales y el fraude».

La autoridad destaca que las criptomonedas han ganado protagonismo en cuanto a activos de inversión pero que, sin embargo, mantienen los riesgos que son inherentes a ellas. Es decir, que el anonimato sea una herramienta para financiar actividades ilegales o para defraudar. De hecho, en España se desarticuló hace un mes una organización de narcotraficantes que operaba en Algeciras y Barcelona que ocultaba los beneficios obtenidos por el tráfico de drogas mediante el minado de criptomonedas. En este sentido, el organismo regulador finlandés comenta que «el objetivo principal de la ley adoptada es introducir a los proveedores de divisas virtuales en el ámbito de la regulación contra el lavado de dinero».

Finlandia puede ser el espejo en el que se miren el resto de países europeos si lograr cumplir con su finalidad. Aunque hay otros estados que han ido más allá, como confiesa Ferraz: «Los reguladores se están abriendo incluso a algunas de las innovaciones más disruptivas, con casos como el de Malta, que ha desarrollado un marco integral para regular el mundo cripto, y actualmente está desarrollando uno para regular la Inteligencia Artificial. Varios países europeos están trabajando conjuntamente para seguir el camino de Malta a través de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM), con países como Francia haciendo presión para obtener resultados cuanto antes».

Seguridad

La regulación no es la única preocupación que gira alrededor de las criptomonedas. Los usuarios están bastante alertados por la seguridad. Sobre todo después de que esta misma semana se confirmase que algunas de las víctimas del ciberataque a las cuentas del correo electrónico de Microsoft Outlook hayan denunciado que se le han robado sus divisas digitales en ese mismo «hackeo». La vulnerabilidad de las criptomonedas depende en gran medida de la fortaleza de la tecnología que les respalda, «blockchain». No obstante, «bitcoin nunca ha llegado a ser hackeado a pesar de no contar con un organismo de gobierno centralizado», cuenta Ferraz.

A pesar de las noticias, el «blockchain» se está haciendo fuerte en determinados sectores. En el asegurador moverá casi 1.394 millones de dólares en 2023, según un informe de la analista MarketsandMarkets. Y hasta se ha estudiado cómo apicarla en el sector público. Para la mayoría de los expertos, como Ramón Ferraz o Miguel Ángel Barrio, estamos ante la tecnología del futuro.

Bitcoin, lejos de Chicago

El mercado de las criptomonedas vivió un momento convulso en marzo cuando la Bolsa de Chicago anunció que dejaría de cotizar Bitcoin. Así, el primer parqué en incluir a la divisa digital más famosa, se desentendía de ella. Miguel Ángel Barrio cuenta que «según fuentes internas de la Bolsa, adoptó esta decisión después de que el volumen de intercambio de contratos de bitcoin cayera notablemente. Pero esta tendencia bajista, como hemos comentado, se deriva de la corrección del ciclo especulativo en el que estaba inmersa la criptomoneda. La caída de la negociación parece el motivo de esta salida, aunque no cierran a futuro la puerta al mercado de las criptodivisas. No obstante, los contratos de futuros de bitcoin seguirán estando disponibles en el mercado de la Bolsa Mercantil de Chicago». En cualquier caso, la noticia no supuso ninguna debacle para el valor de los Bitcoin para alegría de sus inversores.