China

Las secuelas de la crisis china: menos turistas y más bazares de todo a un euro

Después de las devaluaciones, el yuan está en su nivel más bajo desde julio de 2012, pero las materias primas han caído aún más

Las secuelas de la crisis china: menos turistas y más bazares de todo a un euro
Las secuelas de la crisis china: menos turistas y más bazares de todo a un eurolarazon

Después de las devaluaciones, el yuan está en su nivel más bajo desde julio de 2012, pero las materias primas han caído aún más

China aspira a reforzar su dominio del comercio mundial mediante la introducción de un espejismo liberal –la ampliación de la banda de fluctuación del yuan– en una economía fuertemente intervencionista. Con este objetivo, el Banco Popular de China (PBOC) ha aplicado esta semana tres devaluaciones a su divisa que han reducido el tipo de cambio desde los 0,1610 dólares del viernes hasta los 0,1564 «billetes verdes» del viernes. En términos relativos, la rebaja es de casi el 2,9%, y deja el cruce entre estas monedas en su nivel más bajo desde julio de 2012.

El tipo de cambio del yuan seguirá siendo fijo, pero el PBOC permitirá que fluctúe un 2% diario en ambos sentidos (revaluación o devaluación) respecto al cierre del día anterior. En teoría, esta medida fomentará que el mercado guíe de una forma más eficiente –y supuestamente más libre– la evolución de la divisa china, pero en la práctica el tipo de cambio seguirá controlado por el Gobierno, el mayor poseedor de reservas de divisas del mundo.

Los analistas no se ponen de acuerdo sobre las razones que han motivado este movimiento, pero entre las más mencionadas destacan tanto el impulso de las exportaciones (cayeron un 8,6% interanual en julio) como el objetivo de que el yuan se convierta en una divisa de reserva del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Entre las consecuencias directas figuran tanto las implicaciones en el comercio mundial e incluso en el turismo, así como la posible «guerra de divisas», que lleva meses produciéndose entre la UE y EE UU por las medidas de estímulo del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (FED).

Comercio

La devaluación del yuan hará aún más competitivas, por precio, las exportaciones chinas. En un país que es considerado como la «fábrica» del resto del mundo, cualquier medida que abarate el coste de las ventas al exterior es una medida de estímulo al crecimiento. Con esta consecuencia, que el Gobierno chino ha asegurado que no es la principal, las empresas del país también prevén tener más facilidades para vender los abultados inventarios de las fábricas.

Durante la etapa de expansión económica, el sector industrial chino disparó la producción hasta niveles insostenibles en la actualidad. El resultado es un exceso de capacidad instalada a la que las compañías deben buscar salida.

China es el tercer Estado por volumen de importaciones españolas, ya que nuestro país realizó compras procedentes del gigante asiático por valor de 19.766 millones de euros el año pasado. En cuanto a las exportaciones, la economía china compró mercancías por 4.080 millones el año pasado, el decimoprimer destino con mayor volumen.

Turismo

Viajar a China, en igualdad de condiciones, es hoy casi un 3% más barato que hace sólo una semana. Esta medida permitirá al país mantenerse en la zona alta de los estados más turísticos del mundo. No obstante, resulta previsible que los empresarios del sector hostelero adaptarán progresivamente sus tarifas al nuevo tipo de cambio, por lo que el impacto en términos de ahorro debería ser limitado en el tiempo.

Por contra, a los turistas chinos el tipo de cambio les penalizará cuando visiten otros países. El año pasado, España tuvo un total de 287.873 visitantes procedentes del gigante asiático, un 13,8% más que en el ejercicio precedente, según datos de Turespaña.

No obstante, este incremento no ha sido suficiente como para convertir el turismo chino en uno de los principales para nuestro país. De hecho, no figura ni entre los veinte principales países emisores de turistas hacia España.

Impacto en otras divisas

La devaluación del yuan abre la puerta a que los bancos centrales de otros países realicen movimientos similares en lo que coloquialmente se conoce como «guerra de divisas». Este escenario ya existe, principalmente porque la FED inició sus planes de estímulo en 2008 y el BCE lleva desde 2012 sosteniendo el euro en niveles bajos.

China tiene un papel decisivo que jugar en esta partida, porque es la economía con mayores reservas de divisas del mundo. Ello le permitirá controlar la evolución del yuan en la primera fase de funcionamiento de la nueva horquilla de cotización, tanto inyectado como retirando dinero.

Oro

El PBOC también ha anunciado esta semana, justo después de realizar las tres devaluaciones, que compró otras tres toneladas de oro en julio. Según los analistas, es previsible que el Gobierno chino realice adquisiciones adicionales de este metal precioso en los próximos meses. Las reservas oficiales de China ascienden ya a 1.677 toneladas, aunque algunas fuentes desconfían del Gobierno chino y las sitúan cerca de las 2.000 toneladas.

Esta tendencia compradora del país le permite en la práctica influir en la cotización de la onza de oro en el mercado. Además, el país podrá deshacerse de parte de este stock del metal precioso si la burbuja de crecimiento del PIB gracias al ritmo exportador de esta economía finalmente se pincha.

Materias primas

La primera reacción de los inversores del mercado de materias primas fue la venta, lo que redujo las cotizaciones de muchas referencias relevantes. Los expertos de ETF Securities consideran al respecto que, «pese a que el yuan está en niveles como los de julio de 2012, muchas materias primas claves para la industria de China han bajado mucho más».

Estos efectos, que deberían estimular la competitividad de las fábricas del gigante asiático, podrían verse truncados si el yuan prolonga las caídas por un periodo largo y «el país no consigue exportar bienes de elevado valor añadido», apuntan desde la firma inversora.