Paro

La locura y las medidas de protección por desempleo

Miguel Ángel García Díaz, de la Universidad Rey Juan Carlos, publicó ayer un breve estudio en Fedea y cree que «la reforma debería haberse aprovechado para articular un sistema más coherente de prestaciones por desempleo y ayudas asistenciales»

Entrada de una oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe), a 2 de junio de 2022, en Madrid (España). El número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo se redujo en 99.512 desempleados en mayo (-3,3%), lo que situó el total de parados por debajo de los 3 millones por primera vez desde finales de 2008, cuando se inició la crisis financiera. Los contratos fijos se han cuadruplicado y suponen el 44,5% del total y es el sector servicios el que concentra la mayor parte de la reducción del desempleo. 02 JUNIO 2022;DESEMPLEO;EMPLEO;TRABAJO;INEM;OFICINA DE EMPLEO; Carlos Luján / Europa Press 02/06/2022
Entrada de una oficina del Servicio Público de Empleo Estatal en MadridCarlos LujánEuropa Press

Albert Einstein (1879-1955) fue tan prolífico en muchos campos que acumula un sin número de citas apócrifas. Una de las mas famosas afirma que «la locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperanzo obtener diferentes resultados». El físico sí habría dicho que «no pretendas que las cosas cambien si siempre haces lo mismo». Parecido, pero no exacto y diferente. La frase atribuida al genio de la relatividad y que nunca pronunció ni escribió sí sirve para describir las acciones para paliar al paro en España y las medidas de protección por desempleo.

Miguel Ángel García Díaz, de la Universidad Rey Juan Carlos, publicó ayer un breve estudio en Fedea, crítico con las últimas reformas de las fórmulas asistenciales de la protección por desempleo. El experto cree que «la reforma debería haberse aprovechado para articular un sistema más coherente de prestaciones por desempleo y ayudas asistenciales». Reclama compatibilizar la cobertura de las necesidades de los desempleados con incentivos para su activación laboral, «intentando evitar la creación de trampas para la pobreza o el uso ineficiente de los recursos públicos». Critica que la nueva norma mantenga la renta individual como condición para acceder al subsidio de desempleo, aunque se forme parte de una unidad familiar con ingresos elevados. Propone aumentar la prestación contributiva por desempleo, pero limitada a 12 meses, a los que seguirían 18 de subsidio y después acceder al Ingreso Mínimo Vital.

García Díaz insiste, como tantos otros expertos, en mejorar las políticas activas de empleo y constata que los servicios públicos de empleo están «lastrados por un conocimiento muy limitado de las necesidades del tejido productivo». Lo aborda con diplomacia, pero en roman paladino significa que las administraciones no tienen ni idea de qué empleos hacen falta o hay disponibles, como confirman los datos de contratación, que en su inmensa mayoría se canalizan al margen de los servicios públicos de empleo. La reforma, por Decreto Ley, «del nivel asistencial de la protección por desempleo» es algo así como volver a empezar. Es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes, algo así como una locura, aunque en realidad no lo dijera Einstein.