Salud
¿Merece la pena un seguro de salud? Pocos lo saben, pero es importante tenerlo en cuenta
El acceso rápido a especialistas y la libertad para elegir médico son las claves de la sanidad privada, que busca ofrecer tranquilidad con pólizas que cubren desde cirugía hasta psicología para familias o extranjeros
La pregunta de si merece la pena contratar un seguro médico privado resuena cada vez con más fuerza en los hogares españoles. No se trata ya de una simple elección, sino de una decisión que pone en la balanza la economía familiar frente a la búsqueda de una atención sanitaria más ágil y personalizada. Para muchos, el desembolso mensual se justifica como una inversión en tranquilidad y en la capacidad de gestionar la propia salud con mayor autonomía.
De hecho, el principal argumento que inclina la balanza para un número creciente de usuarios es la drástica reducción de las listas de espera. El poder acceder a un especialista sin el filtro previo del médico de cabecera y la libertad para elegir al profesional o el centro hospitalario que uno prefiera son dos de los pilares que sustentan el valor percibido de estas pólizas, aportando una confianza fundamental al paciente.
Asimismo, el atractivo de la sanidad privada también reside en aquellas coberturas que complementan o directamente no tienen una presencia tan amplia en el sistema público. Servicios como la atención psicológica o los tratamientos dentales a menudo marcan la diferencia. Ciertos planes familiares pueden llegar a ofrecer hasta veinte sesiones anuales de psicología y logopedia, tal y como han publicado en Sanitas, además de prestaciones de asistencia en el hogar que facilitan enormemente la gestión de imprevistos.
Un producto a medida para cada necesidad
En este sentido, la flexibilidad se ha convertido en un factor clave del sector. Las aseguradoras han desarrollado soluciones específicas para distintos colectivos, diseñando productos para estudiantes internacionales, extranjeros que necesitan un visado de residencia o empresas que buscan ofrecer este beneficio a su plantilla. Esta capacidad de adaptación se extiende a la posibilidad de añadir coberturas adicionales, como gastos de óptica y farmacia o asistencia en viajes, permitiendo que cada cual configure la póliza según sus prioridades.
Por otro lado, el factor económico sigue siendo determinante en la decisión final. El mercado ofrece un abanico de modalidades para ajustarse a cada bolsillo, desde los seguros sin copago, donde una prima mensual fija cubre todos los gastos, hasta las pólizas con copago. Estas últimas, de cuota más asequible, implican abonar una pequeña cantidad por cada consulta o prueba, ofreciendo un equilibrio entre coste y cobertura. Al final, la respuesta a si compensa o no depende de la valoración personal que cada uno haga de la inmediatez, la capacidad de elección y la protección financiera.