Industria ferroviaria

Polonia no descarta intentar tomar el control de Talgo en el futuro

PFR, el fondo estatal que controla Pesa, cree que es un socio "de valor" y le ofrece colaborar en el marco del acuerdo que firmaron en septiembre para la alta velocidad en el este de Europa

Economía.- Deutsche Bank aprovecha el tirón en bolsa de Talgo la semana pasada y vende un 0,4% de su capital
Talgo tiene dos fábricas en EspañaEuropa Press

Polonia no va a acometer operación accionarial alguna en Talgo en este momento, pero no descarta tratar de hacerse con una participación de control de la compañía española en el futuro. PFR, el fondo estatal que controla el fabricante Pesa, descartó presentar oferta alguna sobre Talgo porque, tras analizarla, «concluyó que la operación no podía materializarse por completo en las circunstancias actuales», según explicó ayer en una nota. PFR estaba dispuesto a lanzar una OPA por el 100% del fabricante español. Pero el apoyo incondicional expresado por el Gobierno a la oferta presentada por el consorcio vasco que encabeza Sidenor, que finalmente se va a hacer con el 29,77% que controla Trilantic; le hizo desistir.

Con Sidenor y sus socios, el Gobierno vasco, Fundación Vital y BBK, a punto de tomar los mandos de Talgo, desde Polonia no se plantean tampoco adquirir una participación minoritaria en el fabricante español de material ferroviario, como añade el comunicado. Sin embargo, fuentes conocedoras del asunto aseguran a LA RAZÓN que Polonia no ha descartado por completo tratar de alcanzar una participación de control en una compañía como Talgo que considera complementaria a Pesa.

De momento, no obstante, PFR parece conformarse con no quemar todos los puentes con Talgo y, en su nota, se muestra dispuesto a "explorar otras formas de colaboración en el futuro", si bien por el momento, limitan las posibles alianzas con Talgo al marco del memorando de entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) que ambas compañías firmaron en septiembre pasado.

A finales de ese mes, poco después de que el Ejecutivo vetase la oferta del consorcio húngaro Ganz Magav Europe para comprar Talgo, el fabricante español de trenes anunció en el marco de Innotrans que había sellado un acuerdo con Pesa para comenzar a explorar las posibilidades de colaborar en el desarrollo de la nueva red ferroviaria de alta y muy alta velocidad de Polonia. Según explicó entonces Talgo, los equipos técnicos de ambas compañías han trabajado para preparar los fundamentos del concepto básico del vehículo y las responsabilidades de cada parte en el proyecto, de manera que, según aseguró, los dos fabricantes estaban ya listos para presentar una oferta de trenes de alta velocidad para el mercado polaco y los mercados adyacentes.

Problemas de capacidad

Limitar la colaboración al MoU no resolvería en ningún caso los problemas de capacidad industrial que tiene Talgo. Durante los meses que han durado las conversaciones entre Sidenor y Trilantic, nada se ha dicho ni se ha sabido de su plan industrial que, como vino a reconocer ayer domingo el lehendakari vasco, Imanol Pradales, ni siquiera está elaborado.

En declaraciones a la televisión vasca, Pradales aseguró que la compra del 29,77% de Trilantic por el consorcio vasco tardaría unas tres semanas en sustanciarse. El lehendakari añadió que será entonces, una vez cerrada esa operación de compra-venta "definitivamente", cuando habrá un nuevo consejo de administración que "se tiene que poner a trabajar, sobre todo en el plan industrial". "Es muy importante porque ahora tiene una carga de trabajo muy relevante de más de 4.000 millones de pedidos, pero tiene que seguir estando en el mercado, compitiendo en el mercado", subrayó.

El Gobierno vasco ha abierto en este sentido la puerta a establecer alianzas para resolver los problemas de capacidad fabril de Talgo. Pesa sería, en este sentido, un aliado que a priori parece adecuado puesto que tiene una capacidad industrial que está ampliando y que permitiría dar cabida a parte de la producción del fabricante español. Sin embargo, Polonia siempre ha expresado su deseo de tener el control de Talgo para poner a su disposición esta capacidad. Algo que choca con los deseos del Gobierno español de mantener la compañía bajo control nacional, motivo por el que presionó a Trilantic para que acabase aceptando la oferta del consorcio de Sidenor.