
Industria ferroviaria
El plan industrial para Talgo va para largo: el Gobierno vasco espera cerrar la compra en tres semanas y luego empezar a diseñarlo
El lendakari asegura que la empresa "tiene que seguir compitiendo en el mercado"

Talgo lleva tiempo necesitando aumentar su capacidad industrial. Pero el veto primero del Gobierno a la OPA del consorcio húngaro Ganz Magav Europe y las negociaciones después con el vasco encabezado por Sidenor, que acaba de llegar a un preacuerdo para convertirse en el accionista de control de la compañía; han retrasado cualquier plan en este sentido. Y tras el desembarco del grupo industrial vasco y sus socios -el Gobierno vasco, BBK y Fundación Vital- en el fabricante de trenes, todavía llevará un tiempo que Talgo cuente con nuevos planes industriales.
Según ha explicado hoy el lehendakari vasco, Imanol Pradales, la operación de Talgo se cerrará en aproximadamente tres semanas. Según ha recordado, Talgo es una empresa cotizada y, por lo tanto, "está sujeta a los requerimientos de la CNMV".
El lehendakari ha afirmado que será entonces, una vez cerrada esa operación de compra-venta "definitivamente", cuando habrá un nuevo consejo de administración que "se tiene que poner a trabajar, sobre todo en el plan industrial". "Es muy importante porque ahora tiene una carga de trabajo muy relevante de más de 4.000 millones de pedidos, pero tiene que seguir estando en el mercado, compitiendo en el mercado", ha subrayado.
Plan necesario
Como ha dicho Pradales, Talgo tiene su cartera de pedidos en máximos y apenas si puede atenderlos, como demuestra el hecho de que ya haya anunciado que no podrá cumplir con el calendario inicialmente estipulado para despachar el encargo de la operadora pública alemana DB. Sin embargo, la entrada de Sidenor en la compañía se ha planteado más en términos políticos que empresariales. El Gobierno, garante e impulsor de la oferta tras rechazar la húngara, siempre defendió que la propuesta de Sidenor garantiza que Talgo mantenga la actividad que tienen sus dos plantas en España así como su centro de decisión en el país. Sin embargo, nada se ha dicho ni se sabe hasta ahora de un plan industrial que, como ha venido a reconocer hoy Pradales, ni siquiera está elaborado.
Lo más aproximado a hablar de planes industriales fueron las palabras esbozadas por el consejero de Industria, de Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, abriendo la puerta a firmar alianzas una vez que el consorcio vasco tenga el control de Talgo.
En esta etapa es en la que podrían tener cabida Pesa, el fabricante polaco controlado por el fondo estatal PFR; o la india Jupiter Wagons, que preparaban ofertas por Talgo pero que no llegaron a presentarlas ante la postura del Gobierno de apoyar de forma inquebrantable la oferta de Sidenor. La cuestión, se preguntan fuentes próximas al proceso, es si, después de que el Gobierno dejase claro que no estaba dispuesto a que asumiesen el control de Talgo, querrán prestarse a una alianza de este tipo y poner sus medios a disposición de Talgo sometidos al control del consorcio vasco. Desde PFR no han hehco comentarios por el momento al respecto de esta posibilidad futura.
También en esta fase se abordará, presumiblemente, el traslado de sede de Talgo. Jauregi ha indicado que el compromiso del consorcio vasco es que "se pueda traer de nuevo la sede social a Euskadi y a Álava", pero ha señalado que hay que hacer "las cosas a su tiempo" y eso es algo que tendrían que aceptar los accionistas que quedan en Talgo.
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