Aerolíneas

El presidente de Portugal veta la privatización de TAP en la que está interesada Iberia

Devuelve el decreto de privatización al Gobierno y le solicita aclaraciones sobre la transparencia de la operación

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Avión de la compañía aérea portuguesa TAPLa RazónLa Razón

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, no ve claro el proceso de privatización de TAP lanzado por el Gobierno socialista. En una nota publicada hoy, la Presidencia lusa ha informado de que ha devuelto el expediente sobre el proceso de venta de la aerolínea todavía pública al Ejecutivo y le ha solicitado que le aclare varios aspectos sobre el mismo, incluida la transparencia de la operación, antes de firmar el decreto de privatización de la compañía en la que está interesada, entre otras, IAG, la matriz de Iberia.

Rebelo de Sousa explica en la carta dirigida al Gobierno para explicar los motivos de su veto a la venta de TAP que, en el caso de la venta de una empresa "que tiene un valor estratégico fundamental para el país" y teniendo en cuenta la historia de este asunto, incluido el gran monto que los contribuyentes nacionales tuvieron que pagar para salvar a TAP tras la pandemia de Covid-19 y la comisión parlamentaria de investigación sobre la compañía, "creo que se debe garantizar la máxima transparencia durante todo el proceso que conducirá a la decisión de vender el control de la empresa".

Sin embargo, añade el presidente portugués, "el contenido del expediente suscitó múltiples dudas y reticencias ante la deseada máxima transparencia del proceso". Por ello, añade, se solicitaron aclaraciones adicionales al Gobierno. "Lamentablemente, las respuestas recibidas no nos permitieron aclarar del todo tres aspectos que considero fundamentales". El primero de ellos, según Rebelo da Sousa, es la cuestión de la futura capacidad efectiva de seguimiento e intervención del Estado en una empresa estratégica como TAP, ya que, según añade, "admitiendo la venta de cualquier porcentaje superior al 51%, no está expresamente previsto ni permitido en decisiones administrativas posteriores papel alguno para el Estado".

La segunda aclaración solicitada se refiera a que, según el presidente portugués, tal y como está planteada su venta, el Gobierno admite que TAP puede vender o adquirir, incluso antes de la decisión de venta, cualquier tipo de activo, sin ningún otro mínimo de precisión o criterio, que va mucho más allá de la proyectada integración de Portugália en TAP.

Rebelo de Sousa también pide aclaraciones sobre la cuestión de no se haya garantizado una total transparencia, en una fase de contactos previa a la elaboración del pliego de condiciones, es decir, de las reglas que guiarán la elección de un posible comprador, "dejando al menos claro que éstas no serán vinculantes".

Pendiente

Ante estas dudas, el presidente de Portugal ha decidido devolver sin promulgar el decreto de privatización de TAP para que el Gobierno pueda reevaluar la cuestión.

El pasado 8 de septiembre, el Ejecutivo portugués aprobó el decreto-ley que fija las condiciones para la privatización de TAP, expresando su intención de vender al menos el 51% del capital de TAP, reservando hasta el 5% para los trabajadores. El Gobierno de Lisboa pretende tener los pliegos listos a finales de año, o principios del siguiente, y completar el proceso de venta en el primer semestre de 2024.

TAP registró unos beneficios récord de 203,5 millones de euros en los nueve primeros meses del año y 180,5 millones en el tercer trimestre, según la información difundida el pasado martes por la aerolínea.