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Cuando llega la campaña de la Renta, la mayoría de contribuyentes buscan la forma de reducir su carga fiscal, es decir, pagar menos en su declaración. Uno de los mecanismos más efectivos para hacerlo es desgravar ciertas facturas, es decir, incluir en la declaración de la renta aquellos gastos que la normativa permite deducir. Sin embargo, no todas las facturas son deducibles, y las posibilidades de desgravación dependen de distintos factores, como la naturaleza del gasto y la comunidad autónoma en la que se resida.
Uno de los ámbitos en los que más se permite desgravar es el de la vivienda. Aquellos que aún pueden beneficiarse de la deducción por compra de vivienda habitual —un beneficio que se mantiene solo para quienes compraron antes de 2013— pueden reducir su base imponible por las cantidades destinadas a la hipoteca. Asimismo, el alquiler también puede suponer una deducción, especialmente si su contrato es anterior a 2015 o si residen en comunidades autónomas donde existen bonificaciones.
En los últimos años, el gobierno ha promovido activamente una serie de deducciones fiscales con el objetivo de incentivar la rehabilitación de viviendas y la mejora de su eficiencia energética. Estas medidas buscan fomentar el uso de tecnologías y materiales sostenibles, reducir el consumo de energía y contribuir a la lucha contra el cambio climático.
La normativa establece que, dependiendo del tipo de reforma realizada y del nivel de ahorro energético conseguido, los contribuyentes pueden desgravar desde un 20% hasta un 60% de los gastos asociados a la obra.
En determinadas comunidades autónomas, los gastos educativos también pueden ser deducibles. Se incluyen:
Algunas comunidades han establecido deducciones relacionadas con el transporte y el acceso a internet:
Las donaciones realizadas a organizaciones sin ánimo de lucro pueden ser desgravadas en la declaración de la renta. Según la Ley del Mecenazgo, los contribuyentes pueden deducirse hasta el 80% de los primeros 150 euros donados y un 35% de las cantidades restantes. Si las donaciones se han mantenido en el tiempo, el porcentaje puede ser aún mayor.
Los trabajadores por cuenta propia pueden incluir en su declaración ciertos gastos que afectan directamente a su actividad:
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