Opinión

Sánchez y el 5% en gasto militar

Todo esto se reduce a una apuesta política: Sánchez sostiene que puede hacer lo mismo que otros países con la mitad del presupuesto

AMP.- Sánchez anuncia un acuerdo con la OTAN para no subir al 5% el gasto en defensa de España
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEuropa Press

Pedro Sánchez ha presentado como un éxito diplomático lo que, en realidad, es una hábil maniobra de marketing político. Según sus propias palabras, España ha alcanzado un acuerdo con la OTAN para no verse obligada a elevar su gasto militar hasta el 5% del PIB, como harán otros miembros de la Alianza Atlántica. En su lugar, nuestro país se comprometería a un gasto del 2,1%. Titulares triunfalistas y complacientes han repetido esta versión oficial sin apenas cuestionarla. Pero, ¿es esto realmente cierto?

La carta remitida por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, revela una realidad mucho más matizada. En ella, la OTAN reconoce que España podrá seguir un “camino soberano” para alcanzar los objetivos de capacidad militar fijados colectivamente. Pero eso no significa que estemos exentos de cumplir con dichos objetivos: simplemente se nos otorga flexibilidad para demostrar que podemos alcanzarlos con menos gasto presupuestario. En otras palabras, se permite a España gastar menos siempre que consiga los mismos resultados en materia de incremento de su capacidad militar.

¿Y si no lo consigue? Entonces, en 2029, se revisará su desempeño y, en caso de no haber cumplido, se exigirá elevar el gasto militar al nivel necesario para cumplir con los compromisos asumidos. Sánchez no ha eludido la obligación de cumplir con las metas militares de la OTAN; lo único que ha conseguido es un margen de maniobra para intentar alcanzarlas con menor gasto… si es que puede lograrlo.

El problema es que no conocemos cuáles son exactamente esos objetivos de capacidad militar, dada su naturaleza confidencial. Y, al no conocerlos, no podemos estimar si resulta realista alcanzarlos con un gasto militar del 2,1% del PIB. Esto otorga a Sánchez una ventaja comunicativa: puede prometer que honrará sus compromisos con poco gasto y nadie podrá desmentirlo con estimaciones contradictorias… al menos por ahora.

En el fondo, todo esto se reduce a una apuesta política: Sánchez sostiene que puede hacer lo mismo que otros países con la mitad del presupuesto. Y si fracasa, probablemente dará largas a la OTAN para diferir su cumplimiento indefinidamente. ¿Una estrategia razonable para evitar despilfarros militares? Tal vez. ¿Un ejercicio de transparencia y honestidad con los ciudadanos? En absoluto.