Análisis
Sánchez se lucra con la inflación: un trabajador medio con dos hijos paga un 10% más por IRPF
El Gobierno despilfarra 60.000 millones de euros cada año en gasto ineficiente con sus 22 ministerios y 1.839 asesores, mientras la deuda sube un 13% desde 2019 para un crecimiento cero del PIB y un 21% más de presión fiscal
Los últimos datos de la economía española deberían preocuparnos mucho. El Gobierno ya ha superado en mayo su objetivo de deuda pública para todo el ejercicio. El Gobierno de Sánchez acumula 41.000 millones de euros de deuda adicionales hasta mayo y supera en más de 13.000 millones el propio objetivo fijado por la administración para todo el año.
Sánchez ha despilfarrado el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia, más de 340.000 millones de euros, y 79.800 millones de euros de fondos europeos y, a pesar de haberse lucrado de manera intolerable con la inflación, deja una deuda descontrolada que ha aumentado un 13% desde 2019 para un crecimiento cero del PIB. España cierra el primer semestre de 2023 como el país donde el Gobierno ha aumentado más la deuda pública, y eso que a Airef estima que el 50% de la recaudación extraordinaria conseguida en estos años viene de negarse a deflactar los impuestos a la inflación. Con ello, la presión fiscal a los ciudadanos ha aumentado un 21% y el esfuerzo fiscal se sitúa muy por encima de la media de la Unión Europea.
Como explica Ignacio Ruiz-Jarabo de manera brillante, un trabajador con dos hijos que cobre el salario medio español (27.570 euros anuales) paga un 10,5% más solo por IRPF, más de 600 euros anuales.
Asfixia fiscal
Los costes laborales han aumentado más de un 11% en la legislatura, las bases mínimas de cotización han subido un 50%, las empresas han visto un aumento generalizado de todos los impuestos que sufren hasta situar su carga fiscal muy por encima de la media de la UE, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
Sánchez y Montero repitieron una y otra vez su mentira de que no subirían los impuestos «a la clase media y trabajadora» –como si el resto no trabajase– y se han reído en la cara de sus propios votantes con el mayor aumento de la presión fiscal de la Unión Europea, un 21%, la mayor pérdida de poder adquisitivo de los países comparables, según Eurostat, y un auténtico hachazo fiscal generalizado al negarse a deflactar los impuestos a la inflación. Sánchez y Díaz te han quitado tres euros por cada euro que te prometían –y no daban– como ayuda. Efectivamente, el aumento de recaudación por la inflación triplica el coste de las supuestas ayudas que tanto anunciaron… y luego no dan.
No sorprende que el Banco de España recuerde que uno de cada 10 hogares ya no tiene ingresos suficientes para cubrir los gastos esenciales. «En el año 2020, el 7% de los hogares no cubría los gastos esenciales con su renta bruta total, porcentaje que se elevaría al 9% en 2022». En la legislatura de Sánchez aumenta en 376.000 hogares la cifra de los que no pueden pagar sus costes esenciales.
Gasto político
En ese mismo periodo, Sánchez ha disparado el gasto político, el que no tiene nada que ver con la sanidad o educación y pensiones, en 38.000 millones. El aumento del presupuesto del Ministerio de Presidencia ha sido del 9,6% solo en 2023 y se ha casi duplicado desde 2019. Lo mismo ocurre con el presupuesto de Agenda 2030 (+17% solo en 2023), Transición Ecológica (+6,5%, cuando las renovables ya no necesitan subvenciones) o Política Territorial (+14,9% en 2023).
«Transición Ecológica y Reto Demográfico» acumula un presupuesto de 10.371 millones completamente inflado; «Derechos Sociales y Agenda 2030», 5.399 millones; «Asuntos Económicos y Transformación Digital», 4.974 millones; «Presidencia», 304 millones de euros; «Política Territorial», 589 millones; «Igualdad», 550 millones. Más de 60.000 millones de euros anuales en gasto ineficiente, según el IEE. Un despilfarro constante con 22 ministerios y 1.839 asesores, la cifra más alta de la democracia.
Deberes para el Gobierno tras el 23-J
La consolidación fiscal, haya déficit oculto –que aparecerá– o no, no puede recaer sobre los contribuyentes. Hay mucha grasa ineficiente en el Estado que recortar, desde ministerios a asesores, viajes, Presidencia, agenda 2030, asuntos económicos, duplicidades, subvenciones innecesarias, documentales y propaganda.
El próximo Gobierno tiene la obligación de alcanzar la consolidación fiscal revirtiendo el enorme aumento de gasto clientelar político. Si no se revierte este exceso de gasto innecesario y la subida descomunal de impuestos, no se derogará el sanchismo, se perpetuará.
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