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Vivienda

La Sareb busca acuerdos con sus proveedores antes de su "descapitalización"

El conocido como 'banco malo', que tiene en balance 37.500 viviendas, trasferirá a Sepes una cantidad aún por definir

Edificación y venta de viviendas de nueva construcción. Jesús G. FeriaLa Razón

La Sareb tiene ya perfilado su nuevo plan estratégico para los próximos dos años, su horizonte vital, mientras se espera que próximamente el Consejo de Ministros apruebe el perímetro de viviendas que pasarán a la sociedad estatal Sepes como parte de la gran empresa pública que ha lanzado el Gobierno.

Sareb se había marcado inicialmente como fecha clave el 30 de junio para definir su nueva hoja de ruta y una vez se dé el pistoletazo de salida confía en llegar a un acuerdo en breve con sus 'sérvicers' o proveedores, lo que afecta fundamentalmente Hipoges y a Anticipa-Aliseda.

El conocido como 'banco malo', que tiene en balance 37.500 viviendas, trasferirá a Sepes una cantidad importante de viviendas y suelos. No obstante, seguirá quedándose con algo de residencial, aquel que no cumple los requisitos para ser incorporado a Sepes, según indican fuentes conocedoras, que agregan que el perímetro ya está "muy trabajado".

Fruto de esta transferencia de activos hacia la nueva empresa pública de vivienda y suelo, que está por conocerse de qué forma se realiza, Sareb tendrá que ajustar los contratos que tiene con sus 'servicers' o sus proveedores inmobiliarios de gestión.

Los contratos que Sareb selló en 2022 con estas empresas para la gestión y comercialización de los activos vencen en septiembre, aunque existía la posibilidad de ampliarlos hasta 2027 mediante prórrogas anuales.

En este escenario Sareb puede extender los contratos, reajustar la actividad que prestan estas empresas al nuevo contexto o resolverlos y definir fórmulas de compensación.

Es evidente que esta salida de activos hacia Sepes va a provocar una caída del volumen de ventas, aunque Sareb defiende que los 'servicers' pueden asumir nuevas funciones como el acondicionamiento de las viviendas que posteriormente se pasen a la empresa estatal.

La idea es que las viviendas que pasen a Sepes, que incorporará además unos 2.500 suelos, es que estén listas para entrar a vivir, lo que requiere de un proceso de gestión previo similar al que se hizo con las viviendas que se aportaron con la Dana.

En todo caso, Sareb, que recibe en torno a 8.000 viviendas al año, está en negociaciones con sus proveedores en aras de llegar a un acuerdo.

El 2 de abril, la junta de accionistas de Sareb - participada en más de un 50 % por el FROB- acordó suspender temporalmente la venta de activos residenciales (viviendas y suelo) mientras se trabaja, en colaboración con Sepes, para identificar aquellos que pueden ponerse a disposición de esta empresa pública.

En un panorama marcado por la escasez de vivienda para atender a una demanda creciente, el encareciendo los precios y los problemas de acceso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en enero que se iban a transferir 30.000 viviendas de Sareb a la nueva empresa pública, 13.000 de ellas de forma inmediata. Posteriormente, el objetivo es añadir otras 10.000, en 2026.

El Ejecutivo ya ha transferido a esta empresa 3.600 viviendas y cerca de 2 millones de m2 de suelo para construir "miles" de viviendas destinadas a alquiler asequible.

Cabe recordar que en este contexto quedó desierta en enero la primera fase del conocido como 'Proyecto Viena' de Sareb, que incluía 50 suelos en los que levantar 3.770 viviendas de alquiler asequible.

Esto se sumaba a la suspensión del proceso de venta de una participación mayoritaria en Árqura, el vehículo promotor de Sareb, que aglutina una importante cartera de suelo finalista.