Opinión

Subir o no subir tipos, esa es la cuestión

Subiendo tipos de interés se pretende encarecer el crédito, reducir el consumo y con ello la demanda de bienes y servicios, para que los precios bajen. No obstante, esto no siempre funciona a la perfección y tiene muchos efectos nocivos

La presidenta del BCE, Christine Lagarde
La presidenta del BCE, Christine LagardeDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Los principales bancos centrales, el BCE y la FED, tienen como objetivo principal la estabilidad de precios en la eurozona y en Estados Unidos. En concreto, el Banco Central Europeo trata de mantener la inflación en un entorno del 2%. Para ello cuentan con la política monetaria, que incluye entre sus herramientas subir o bajar los tipos de interés. En épocas de elevada inflación, se aplica la política monetaria restrictiva. Subiendo tipos de interés se pretende encarecer el crédito, reducir el consumo y con ello la demanda de bienes y servicios, para que los precios bajen. Este ejercicio, que no siempre funciona a la perfección, tiene obviamente muchos efectos nocivos.

El primer efecto negativo de una subida de tipos de interés es el impacto en las familias y las empresas. Los que tienen sus deudas a tipo variable y los que quieren endeudarse de nuevas, tendrán que pagar más por sus créditos, que a su vez se ven más restringidos por los bancos, que en situaciones de crisis reducen su apetito. También afecta negativamente en el empleo, ya que al bajar el consumo y la demanda, eso lleva a la destrucción de puestos de trabajo. Asimismo, afecta negativamente a las nuevas inversiones, que se encarecen y en muchas ocasiones se aplazan las decisiones. La bolsa también suele caer ante subidas de tipos. Tampoco son buenas noticias para los estados ni para los «tax payers», ya que la factura por la emisión de letras y bonos sube exponencialmente.

Pero no todo son malas noticias. Los ahorradores esperan obtener rendimientos superiores por su dinero. Eso sí, en España esta alegría se está haciendo esperar, ya que, de momento, los bancos no han entrado en una guerra del pasivo, con un impacto muy positivo en sus cuentas de resultado. De ahí la reciente «fiebre» por las letras del tesoro. Finalmente, si la subida de tipos redunda en la esperada bajada de la inflación, todos deberíamos estar contentos con la bajada de precios. Como siempre, la alegría va por barrios...

Ricardo Zion es profesor de EAE Business School