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Swanlaab, dinero inteligente para empresas

Se trata del primer fondo de capital riesgo hispano israelí que invierte en «start-ups» españolas de alta tecnología

Swanlaab Venture Capital también quiere prestar su apoyo operativo a las empresas. Abajo, Mark Kavelaars, CEO de la compañía/dreamstime larazon

Se imagina que, cuando un familiar ingrese en un hospital, pueda saber en tiempo real donde se encuentra, la estimación de los tiempos de espera o duración de las operaciones cuando está en quirófano. Ello ya es posible gracias a la solución desarrollada por MySphera, que permite la localización en tiempo real del hospitalizado y que ofrece una visión global sobre procesos y flujos de pacientes en el hospital, lo que permite optimizar el uso de los recursos de los centros. La solución ya funciona con éxito en algunos de los principales hospitales españoles como Vall d’Hebron, en Barcelona, o Virgen del Rocío, en Sevilla. Sin embargo, el reto de la compañía es ir más allá, y dar el salto internacional. Para ello, cuenta con un compañero de viaje, Swanlaab Venture Capital. Gracias al mismo, junto a Banco Sabadell y Aliad, MySphera ha conseguido cerrar recientemente una ronda de financiación de 2,5 millones de euros, para, precisamente, impulsar esta expansión por el mundo.

Swanlaab es el primer fondo de capital riesgo hispano israelí. Respaldado por Giza Venture Capital (VC), tiene como objetivo incubar proyectos capaces de llegar al parqué estadounidense. Con más de 20 años de experiencia, Giza VC se encuentra a la vanguardia de la industria de capital de riesgo en Israel, habiendo realizado más de un centenar de inversiones y logrado más de 40 éxitos. Desde 1992, Giza ha invertido más de 600 millones de dólares, además de ser uno de los fondos internacionales que más compañías ha llevado a cotizar el mercado tecnológico americano, Nasdaq.

Además de la inversión en MySphera, Swanlaab brinda su apoyo a otras cinco compañías tecnológicas, con una inversión total que ascienden a 40 millones de euros, aunque su objetivo es alcanzar más de una decena de proyectos en dos años. ¿Pero cómo llega un fondo israelí a desembarcar en España? Fundamentalmente, por el empeño de Mark Kavelaars , CEO de Swanlaab. Procedente del mundo de la banca, durante meses se dedicó a recorrer los principales centros de innovación del mundo, como Silicom Valley o Boston. No obstante, fue en otro de los grandes polos actuales de empredimiento y creación de «start-ups», Israel, donde encontró lo que buscaba. «El proyecto lo empezamos un grupo de españoles, pero, pronto, nos dimos cuenta de que necesitábamos la experiencia de un grupo internacional, y encontramos a Giza. Nos entendimos rápidamente porque ellos vieron en España un gran potencial, con una situación, desde el punto de vista del emprendimiento, muy parecida a que se existía en Israel hace una década. Así, constituimos una ‘‘joint venture’’, convirtiéndonos en el primer fondo de capital riesgo en España con accionista y “know how’’ israelí», relata Mark Kavelaars.

Swanlaab, además de prestar apoyo financiero a las empresas, también las quiere acompañar con su apoyo operativo. Así, las asesora y guía en aspectos tan importante, como, por ejemplo, sacar la empresa a bolsa, hacer rondas de inversión de varios millones de euros o, incluso, llegado el momento, venderla. «Hay muchos lugares donde encontrar dinero, pero si lo que buscan las compañías es dinero inteligente, ahí estamos nosotros, que invertimos en ‘‘start-ups’’ españolas de alta tecnología en entornos B2B», explica Kavelaars.

Su experiencia, equipo, metodología propia y plataforma de ejecución minimizan los factores de riesgo inherentes a una nueva compañía, permitiendo a los fundadores concentrarse en el desarrollo y éxito de sus negocio. Así, en Swanlaab prestan especial atención a aquellos proyectos que cuentan con un equipo sólido, con un plan de trabajo serio, una tecnología que responda a trabajos de investigación diferenciales, así como que las soluciones que desarrollan tengan perspectivas de dirigirse hacia un mercado global. En este sentido, iniciativas relacionadas con tecnología de la salud, seguridad informática y «big data» concentran en gran parte su interés, al contar con un gran potencial de crecimiento derivado de las demandas actuales de la sociedad.

Nueva fase

Kavelaars considera que es un buen momento para el empredimiento y para invertir en estos proyectos. Y es que las «start-ups» nacionales ha entrado en una nueva fase. «Cada vez hay más dinero en el mundo para este tipo de compañías, también en España. Las ‘‘start-ups’’ se han puesto de moda. Hoy en día, todo el mundo quiere tener un poquito de una empresa tecnológica». Y es que los retornos que se puede obtener por estas inversiones son importantes. «En Swanlaab, estamos tratando de devolver dos o tres veces la inversión inicial», precisa.

Pero Swanlaab no sólo contempla a las «start-ups» desde el punto de vista inversor, sino también como un motor del crecimiento económico y de generación de riqueza. «Ya no sólo se emprende como consecuencia de la crisis, como ocurrió en un primer momento, sino por vocación. Personas que ven que tener su propia empresa es una alternativa válida para desplegar su talento. Hay mucha gente que quiere emprender por este motivo, y eso es buenísimo. Además, son conscientes de que las grandes empresas ya no son la locomotora de la generación de empleo», concluye Kavelaars.

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