MADRID- Telefónica ha dado el pistoletazo de salida para la venta de su filial checa, dentro de la política de desinversiones selectivas que tienen como objetivo reducir el endeudamiento de la compañía (48.614 millones). En junio, la empresa que preside César Alierta llegó a un acuerdo para deshacerse de su negocio en Irlanda por 850 millones de euros. Telefónica ha elegido ya a sus asesores en la operación de búsqueda de posibles compradores. El mejor colocado es el grupo PPF, del multimillonario Petr Kellner, que ya estuvo hasta hace unos meses en el negocio de las telecomunicaciones.

Telefónica dispone de 5,1 millones de accesos móviles en Chequia y 1,4 millones fijo. En los seis primeros meses del año los ingresos (930 millones) han caído un 5,2% en términos interanuales.