Empresas

WeGrant desenreda la maraña de las ayudas públicas

Ha creado una solución de «matching» que permite a empresas de toda Europa encontrar y solicitar las más adecuadas, así como la financiación necesaria

España ha recibido ya 37.037 millones de euros de los Fondos Europeos
Los fondos europeos no se están ejecutando al ritmo que sería necesarioDreamstime

Miles de millones de euros públicos, destinados a impulsar la transformación económica de Europa, siguen paralizados, incapaces de generar el esperado «efecto multiplicador» por su desconexión con el capital privado. En este contexto de colapso burocrático, emerge WeGrant, una fintech con ambición europea liderada por su CEO y fundador, Fran Estevan, que ofrece una solución no solo económica, sino también de profundo impacto social.

La trayectoria de Estevan se forjó durante una década en Bruselas, donde observó el impacto radical de los fondos estructurales que modernizaron España en los años 80. Sin embargo, también presenció el nacimiento de un sistema endogámico, un mundo «superburocratizado» al que, antes de la llegada de los Next Generation, solo accedía un 9% de las empresas, siendo siempre «las mismas».

WeGrant nació para democratizar el acceso a las ayudas. Su primer paso fue superar la barrera de entrada que suponen los complejos documentos oficiales, «traduciendo» las órdenes de bases a un lenguaje comprensible para las empresas. El salto disruptivo llegó en 2020 al implementar algoritmos que conectan esta información directamente con las entidades financieras.

Fran Estevan, CEO y fundador de WeGrant
Fran Estevan, CEO y fundador de WeGrantWeGrant

Estevan señala que el problema de las ayudas es doble: primero, conocer su existencia; segundo, la obligación de garantizarlas, avalarlas y prefinanciarlas. Proyectos clave como los PERTE no ofrecen un desembolso inmediato, sino que requieren que la empresa anticipe el dinero y consiga avales.

Para solucionar este problema, WeGrant creó la primera base de datos europea que conecta lo que una empresa planea gastar (CAPEX y OPEX) con las oportunidades de financiación pública. Si el algoritmo calcula una alta probabilidad de éxito, la plataforma conecta a la empresa con un banco colaborador para estudiar la operación financiera. Este modelo, único, acelera enormemente los procesos y ofrece a las empresas una solución «todo en uno». El éxito de su tecnología ha llevado a WeGrant, una de las pocas fintech B2B españolas con capital 100% nacional que ha dado el salto, a expandirse por Europa, trabajando con líderes como Banco Santander en España y el Banco Nacional de París en Francia.

Además, la Comisión Europea ha reconocido su valor al elegirla como socio clave de Climinvest en el marco I+D Horizon, para diseñar una plataforma que facilite la asignación de ayudas climáticas, desapalancando las inversiones privadas al unir los fondos públicos.

La gestión de los fondos en España es objeto de críticas. Y es que, aunque los NGEU están comprometidos casi en su totalidad, Estevan estima que la ejecución directa (ayudas totalmente asignadas) ronda el 30% o 35%. El país enfrenta el reto de ejecutar más de la mitad de su presupuesto de los Next Generation en los próximos nueve meses, ya que el plazo finaliza en junio de 2026.

La parálisis es mucho más profunda con los fondos regionales (FEDER, Fondo Social y de Cohesión), que ascienden a 45.000 millones de euros para el periodo 2021-2027. Estevan revela en este sentido un dato más que llamativo: lo gastado apenas representa el 0,5% del total. Es decir, menos de un 1% de estos fondos ha llegado «realmente a la economía». A juicio del fundador de WeGrant, «España ha sufrido un colapso al recibir muchos más fondos de los que es capaz de gestionar».

No obstante, a diferencia de la rigidez del plazo de los NGEU, la gestión de los fondos regionales cuenta con un mecanismo de extensión. Aunque el periodo de gasto formalmente finaliza en 2027, hay una regla europea conocida como N+3 (que sustituyó a la anterior N+2), que supone que, a partir del año 2027, los países disponen de tres años más para seguir gastando el dinero asignado. Este margen de tiempo adicional ofrece «un poquito más de oxígen» para ejecutar el gasto. No obstante, el desafío sigue siendo enorme.

Fran Estevan identifica tres causas principales para esta baja ejecución. La primera es la excesiva burocracia, ya que la Administración requiere demasiados pasos para aprobar y conceder ayudas. A ello se une un bajo apetito inversor por parte de las empresas. En este sentido, los NGEU han podido generar un «efecto inverso» al deseado, con empresas esperando las ayudas, lo que ha ralentizado sus inversiones. Las exigencias financieras son otro de los motivos que explican esta parálisis: el requisito de avalar entre el 50% y el 100% de la ayuda lleva a muchos clientes a renunciar a los fondos porque no consiguen el apoyo financiero.

Para salir de este «laberinto», Estevan propone soluciones concretas. La principal es la «ventanilla única», un sistema en el que todas las líneas de ayudas se unifiquen en una misma plataforma con un solo algoritmo de distribución y un mismo sistema de evaluación.

Mirando al futuro, WeGrant prevé la evolución de su plataforma, prevista para finales de noviembre, incorporando IA, que permitirá a las empresas preparar sus proyectos y predecir con un 90% de fiabilidad el éxito de los mismos.

Una solución "marca blanca" para catástrofes

WeGrant, una compañía con sede en Valencia, no dudó en poner su tecnología al servicio de todos los afectados por la DANA cuando se produjo la tragedia el año pasado.

Así, puso en marcha una plataforma gratuita para ayudar a las empresas afectadas a encontrar y tramitar ayudas. Estevan afirma que esta infraestructura podría ofrecerse al Estado en «marca blanca», de manera que pudiera extenderse a afectados por otras catástrofes.