Partido Popular

El PP no rehúye los acuerdos políticos

Declara asimismo el líder del PP que su partido no es una trinchera abierta contra nadie, sino que es una formación que se pone a disposición de la mayoría de los españoles para defender a su país, que es defender los intereses generales de la nación

No conviene dejarse confundir por esa caricatura de una derecha intransigente, poco menos que aislada en el panorama político nacional que viene dibujando la izquierda española del Partido Popular, con la inestimable colaboración del nacionalismo radical, con hitos como el vergonzante Pacto del Tinell. Y no hay que dejarse confundir, en primer lugar, porque no es cierto, como demuestran los hechos, y, después, porque se trata de una vieja treta de los socialistas, cada vez que asoma por el horizonte la probabilidad de un cambio de signo político.

De ahí, que no suponga mayor novedad que el presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, haya declarado su disposición a hablar con el PNV, como con otras formaciones, con el objetivo lógico de conformar las más amplias mayorías parlamentarias posibles. Sin duda, la posición negociadora de Feijóo, reiterada hace algunos días en Cataluña, será recibida con cierto recelo entre una parte de la militancia popular, que recuerda perfectamente la traición del nacionalismo vasco al anterior gobierno, haciendo posible que triunfara una moción de censura políticamente cuestionable y que el tiempo ha demostrado tremendamente perjudicial para los intereses generales.

Pero, también, es cierto que entre las propias filas peneuvistas surge la preocupación por una potencial pinza entre los socialistas vascos y Bildu, que con el apoyo de Podemos, acabe por arrebatarles el gobierno de Vitoria. En este sentido, le asiste la razón a Feijóo cuando señala que hay varios puntos de consenso con el nacionalismo vasco, en políticas económicas, industriales y de bienestar social, que merecen la pena explorar, pero desde la profunda diferencia que supone el planteamiento nacionalista del modelo de Estado.

En cualquier caso, tras las experiencias recientes, los acuerdos con el PNV necesitarían un extra de luz y taquígrafos y aún así, como hemos señalado antes, tendrían un fuerte rechazo de la parroquia popular. Declara asimismo el líder del PP que su partido no es una trinchera abierta contra nadie, sino que es una formación que se pone a disposición de la mayoría de los españoles para defender a su país, que es defender los intereses generales de la nación. No cabe esperar otra postura del presidente de un partido del centro derecha, incardinado en la moderna derecha europea y plenamente democrático. Lo que, por supuesto, no significa condescendencia ni debilidad con un adversario como el actual PSOE y sus aliados de la extrema izquierda populista, que han hecho del enfrentamiento y la exclusión del contrario el eje de su política. Por ello, hay que escuchar atentamente a Feijóo cuando admite que podría negociar acuerdos de estado con los socialistas, pero no con quienes han convertido al PSOE un partido irreconocible. El partido de Pedro Sánchez.