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Ley Celaá

«En un colegio ordinario mi hijo sufriría bullying por su discapacidad»

Los padres creen que con la Ley Celaá se vaciará de recursos la educación especial

«Sra Celaá, le presento a mi hijo Luis. Tiene 19 años y sufre una parálisis cerebral de nacimiento. Tiene un hermano gemelo, Manolo, que ha ido a un colegio ordinario y ahora está en la universidad. ¿Vd. cree, Sra ministra, que no me hubiera encantado que mis hijos hubieran ido los dos al mismo centro? Hubiera dado lo que fuera», cuenta Begoña Abaitua, una de tantas madres que está participando activamente en las protestas contra la Ley Celaá y que ha difundido un vídeo por las redes sociales dirigiéndose a la ministra.

Begoña cree que, en el colegio de su hermano, Luis hubiera sido un niño del que se hubieran reído y al que le habrían hecho bullying por su discapacidad porque «los niños son crueles y no lo hubieran entendido».

Quiere que se mantengan los colegios de educación especial, porque allí ha llevado a su hijo desde los dos años y cree que allí ha recibido todos los aprendizajes que necesitaba y a los que él podía llegar, además de sesiones de fisioterapia, estimulación, logopedia...

Cree que la ley Celaá sólo puede estar redactada, en lo que afecta a la educación especial, desde el desconocimiento. «Esta norma es un hipocresía porque eliminar este modelo educativo es una utopía», dice. Como muchos otros padres que ahora se han unido para apoyar la educación especial, Begoña no entiende el argumento de que el cambio legal está basado en directrices europeas, ni tampoco la convence el hecho de que se diga que han venido observadores internacionales a España a ver el modelo y que hayan dicho que colegios como el que ella y otros tantos padres eligen para sus hijos sea excluyente. «¿Cómo pueden decir esto? Si estos observadores supieran tanto hubieran emitido un informe a favor de la educación especial. Se hubieran dado cuenta de que es inclusiva. Se intenta que chicos con capacidades diferentes lleguen a donde no lo harían en un cole ordinario porque sería imposible que esos procesos de aprendizaje los implementaran allí». La madre de Luis tampoco se cree que se vaya a dotar de recursos a la formación ordinaria sin que la especial se resienta. «¿Pero de dónde van a sacarlos?, ¿hay alguna partida en lo Presupuestos? Me parece que van a coger los recursos de la Educación especial y van a vaciarlos. Así que, si hay menos medios, van a desaparecer». Por eso Begoña le pide a la ministra que «no le quite la oportunidad a mi hijo Luis y a otros niños de la educación especial, porque ahí no se sienten excluidos».

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