Rivera: el triunfo y la maldición de ser el tercero

Euforia por los buenos resultados pese a no colmar la expectativa del «sorpasso».

Los líderes nacionales del partido naranja se habían volcado con la campaña andaluza conscientes de que su aumento de fuerzas les daría oxígeno a nivel nacional. Los de Rivera salieron a ganar, y apostaron los comicios andaluces como una reválida de los buenos resultados logrados por Ines Arrimadas en Cataluña. De hecho gran parte de la campaña de la formación naranja en la comunidad andaluza fue enfocada a recordar cómo Ciudadanos planta cara a la Cataluña de Torra y Puigdemont, y apuntando que el PSOE de Pedro Sánchez, con el «silencio connivente» de Susana Díaz, habían permitido que el Gobierno de España esté en manos de las condiciones de los independentistas.

Arrimadas, gaditana de cuna, se implicó de una manera especial en la contienda electoral, consolidándose como una buena líder del partido y llevando gran parte del peso de la campaña.

Aunque Ciudadanos logró unos buenos resultados en el Parlamento Andaluz –casi más del doble de 2015–, no consiguió lograr el ansiado «sorpasso» y se queda a cinco escaños de diferencia para ostentar la hegemonía del centro derecha.

Los de Rivera consideran que los resultados son un buen termómetro de cara a los comicios generales y que avalan la tesis de que Sánchez debe convocar elecciones generales porque han logrado derribar el imperio socialista de más de 40 años «Vamos a echar hoy al PSOE de la Junta de Andalucía», dijo Rivera que aspira a gobernar siendo la tercera fuerza política. Además consideró que «Sánchez ha recibido hoy un revés en las urnas», aseguró ante una sede eufórica. Además, recordó que ya se han cumplido dos de las tres premisas por las que apostó Cs: una ganar a los separatistas en Cataluña en las urnas, dos acabar con la hegemonía del PSOE en Andalucía y queda la tercera: «ganar en España».