Política fiscal: Bajada de impuestos frente al objetivo del déficit

El debate impositivo, uno de los temas cruciales de la campaña, estuvo marcado por las propuestas del PP y de Ciudadanos, como demuestran los tiempos de los cuatro contendientes. Tanto Sáenz de Santamaría como Rivera pusieron sobre la mesa la mayoría de propuestas. Sáenz de Santamaría comenzó recordando que el Gobierno ha devuelto a los españoles el esfuerzo realizado durante la peor fase de la crisis, gracias al cual se evitó el rescate del país, y que con las dos rebajas fiscales realizadas «hoy no pagan IRPF las rentas de menos de 12.000 euros». Sobre la posibilidad de volver a bajar los impuestos, la representante del PP fue tajante al afirmar que, gracias al crecimiento logrado, «es posible volver a bajar los tipos» y aliviar aún más la presión fiscal. Una bajada de impuestos que afectará «especialmente a los sueldos más bajos», dijo. Además, la vicepresidenta propuso extender y ampliar los «cheques familiares» a las familias monoparentales y con situaciones de dependencia y refutó los planteamientos de Rivera sobre el IVA. «Rivera quiere subir el IVA a todos los productos de la cesta de la compra», aseguró.

Por su parte, el candidato de C’s detalló todo el plan que su partido viene defendiendo en la precampaña. Rivera reconoció que aunque su idea inicial era plantear una rebaja del 4% para todos los tipos ha tenido que «recalcular» y ahora apuesta por bajar un 3% la presión fiscal y facilitar un complemento salarial a las rentas más bajas. Rivera cifró el coste de ambas medidas en 7.500 millones de euros. Por contra, el candidato de C’s aseguró que sacará 20.000 millones de euros adicionales de la lucha contra el fraude fiscal, sin especificar cómo, y otros 5.000 millones con la reforma de la administración, entre cuyas medidas figura la supresión de las diputaciones civiles.

El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, aprovechó su intervención para criticar la falta de credibilidad del Gobierno. «Que el PP diga que va a bajar los impuestos no se lo cree nadie», aseguró, y afirmó que los objetivos de déficit de Bruselas impiden bajar la presión fiscal. «No se van a poder bajar los impuestos. El que diga lo contrario, miente», declaró.

Por último, un Pablo Iglesias desdibujado en el terreno económico, anunció una tasa del 0,1% a la venta de acciones, del 0,01% a los productos derivados y un impuesto de solidaridad a los bancos rescatados con ayudas públicas. Prometió bajar el IVA y que sólo pague «el que se compre un yate».