Estrategia

Sánchez cambia el foco de Vox al PP para cortar el «voto útil» a Feijóo

El PSOE teme que el discurso del miedo a la ultraderecha acabe generando un «efecto Moreno», como en Andalucía. Aseguran que el margen entre bloques está en «7 u 8 escaños»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez este sábado durante el mitin que ha organizado el PSOE en la ciudad de Valencia.Kai FORSTERLINGAgencia EFE

Pedro Sánchez trata de recuperar las riendas de la campaña, después de una semana adversa que arrancó con el «cara a cara» de Atresmedia contra Alberto Núñez Feijóo. El presidente es consciente del tropiezo y de que este cambio de inercia ha interrumpido el ritmo de «la remontada» a la que fiaban todas sus opciones de mantener La Moncloa. Desde el PSOE buscan ahora volver a insuflar ánimo a sus huestes para frenar la desmovilización que se alienta desde la derecha, asegurando que sobrepasan ya el umbral de los 150 diputados. «Es una estrategia muy vieja, decir que ya está todo hecho para que los nuestros no vayan a votar», reflexiona un cargo socialista. Sánchez se dio ayer un baño de masas en Valencia en el acto central de campaña y hoy estará en Barcelona, la actual cuna del socialismo, tras renunciar a Andalucía como pulmón electoral.

Aunque fuentes del entorno del presidente aseguraron tras el debate del lunes que no habría un viraje estratégico, lo cierto es que los mensajes –aunque sin cambios sustanciales– se siguen perfilando y ajustando para tratar de optimizar al máximo los resultados. En el PSOE saben que una de sus ideas fuerza para espolear al electorado el 23J es azuzar los pactos del PP con Vox, ahora que –tras el 28M– han dejado de ser una expectativa para convertirse en una realidad. No es baladí que Sánchez recalase ayer en la Comunidad Valenciana, la primera región en cerrar una coalición con los de Santiago Abascal tras las autonómicas de mayo. Sin embargo, este discurso del «miedo a la ultraderecha» está ciertamente agotado, y prueba de ello fueron las elecciones andaluzas de hace un año. Entonces, la eventual entrada de Macarena Olona como vicepresidenta del gobierno acabó generando una corriente de voto útil al PP –que se afianzó en una holgada mayoría absoluta de Juanma Moreno– al no percibir el votante al PSOE como una alternativa real para frenar a Vox.

En Moncloa no quieren repetir errores y desde hace semanas han amplificado la señal de alerta, ya no se refieren en exclusiva a Vox, sino que incluyen también al PP en la amenaza. «Son lo mismo», aseguran, por ello han comenzado a hablar de «la coalición de ultraderecha» o «la coalición contra las mujeres» para referirse al tándem Feijóo-Abascal. Ahora, no obstante, van más allá y aseguran que el verdadero «problema no es Vox, sino este PP que pacta con ellos y les da entrada en las instituciones». El partido modula así su mensaje, focalizando en los populares lo que antes era una atención exclusiva a Vox para tratar de cortar la corriente de voto útil hacia Feijóo que ya detectan todas las encuestas. Incluso dentro de los propios votantes socialistas. En Ferraz reconocen que existe un flujo estable de entre el 9 y el 10 por ciento de sus electores hacia el principal partido de la oposición que es ya muy difícil de revertir. La actuación de Sánchez en el «cara a cara» iba dirigida, en parte, a cegar esa corriente y a plantearse como una alternativa fiable ante un líder del PP que pacta con los extremistas, pero el resultado del debate no fue el esperado y ese flujo no se ha interrumpido.

«7 u 8 diputados»

Fuentes socialistas señalan que «Sánchez y el PSOE están volcados» porque entienden que esta última semana de campaña va a ser «decisiva». «Si el 23J la movilización para votar es masiva, la izquierda ganará», aseguran desde el entorno del presidente, que apuntan que la diferencia entre que gobierne el bloque de la derecha o el progresista se va a decidir por un margen de apenas «7 u 8 diputados». Las citadas fuentes repiten que se va a incidir en la estrategia que se ha seguido hasta ahora, porque «está dando buenos resultados» y exponen que «hace poco más de un mes, ningún sondeo daba al PSOE por encima de los 100 escaños». «Ahora, ninguna baja de esa cifra y vamos a recuperar la tendencia positiva que la última semana nos aportará la confianza mayoritaria», resuelven.

«Tan responsables son quienes proponen a esta gente como quienes votan a esta gente para que estén en las instituciones. Se llama claudicación ante el machismo. Pactan con Vox para recortar libertades», advirtió ayer el presidente desde Valencia. El candidato socialista hiló un discurso en clave de reivindicación de su épica personal, rememorando su «historia» al frente de la dirección del PSOE, para dar la sorpresa en los próximos comicios. «En este partido nunca lo hemos tenido fácil, tampoco yo al frente de la Secretaría General. Ganamos dos veces unas primarias contra todo pronóstico. Ganamos una moción de censura para expulsar la corrupción del Gobierno de España contra todo pronóstico. Ganamos dos elecciones en 2019 contra todo pronóstico para que hubiera un gobierno de progreso y ¿sabéis que va a pasar el próximo 23 de julio? Que vamos a ganar las elecciones contra todo pronóstico», arengó.

Sánchez presentó la papeleta socialista como la única garantía «de que España siga avanzando cuatro años más». Una apelación al voto útil con dos caladeros electorales muy diferenciados. En primer lugar, las mujeres. «Frente a la coalición contra las mujeres, aquí está el partido de las mujeres. El 23 de julio pido el voto de todas las mujeres, que ninguna se quede en casa, todas a votar al PSOE», reclamó. En este punto, el presidente del Gobierno también lanzó guiños a los que dudan si ir a votar, asimilando «una abstención» a «un retroceso como votar al PP y Vox». «Hay que ir a votar, no se puede quedar ningún voto en casa. Un día a votar y cuatro años más de avances en nuestro país», aseguró. El candidato también quiso sacar pecho de su acción ejecutiva durante estos cinco años en materia económica, de regeneración y de convivencia y cohesión social y territorial. «Vamos a ganar las elecciones porque lo hemos hecho bien y porque los españoles quieren cuatro años más de avances», zanjó.