Pablo Casado
La reunión del “no” entre Sánchez y Casado se solventa en menos de media hora
El líder del PP ha acudido para subrayar su papel de jefe de la oposición: «No» a la investidura y «No» a la vía de Arrimadas. Génova ve hecho el Gobierno con ERC
La reunión entre el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, en el Congreso de los Diputados para hablar de la posible investidura del candidato socialista ha terminado tras algo más de media hora.
El encuentro ha empezado sobre las 9:40 horas, con cierto retraso sobre el horario previsto, después de que ambos hayan posado unos minutos para los medios gráficos con caras muy serias.
Sánchez ha iniciado con Casado la ronda de contactos anunciada tras recibir el miércoles pasado el encargo del rey de presentarse a la investidura.
A la reunión con el líder popular le ha seguido un encuentro, a las 11.00 horas, con la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, también en la Cámara Baja.
Este fin de semana, Casado ya había avanzado al candidato a la investidura de que no esperara nada de este encuentro porque el PP “es la alternativa para acabar con la deriva nacionalista y anticonstitucional de un socialismo que ha perdido su esencia”.
Pablo Casado ha acudido a la reunión decidido a aprovechar este encuentro como otra plataforma más para reafirmarse como líder de la oposición. El acuerdo de investidura no se conoce públicamente, pero Casado sostiene su posición en dar por hecho que se cerrará y en también dar por hecho lo que se ha bautizado como Gobierno Frankestein. El líder popular tampoco buscará conectar con la vía de los 221, esa alianza PSOE, PP y Ciudadanos que defiende Inés Arrimadas en nombre de la formación naranja.
En realidad, salvo sorpresa que no entra en la agenda de ninguna de las partes implicadas, la ronda de contactos que hoy se celebra en la Cámara Baja servirá poco más que para que cada uno de los implicados intente justificar mejor ante la opinión pública las razones por las que ha elegido el papel que desempeña en este nuevo intento de investidura de Sánchez tras la repetición electoral.
Génova resumió ayer en un «Nada» muy simbólico lo que cabe esperar de las conversaciones que hoy han tenido lugar con Sánchez como director de orquesta. Al líder socialista le interesa ahora hacerse la foto con Casado y Arrimadas, una vez que ya ha elegido socios y una vez que tiene encaminada la negociación con los independentistas. Moncloa pretende poner sordina a la impresión, justificada en los hechos, de que Sánchez ha vetado el diálogo con el jefe de la oposición y ha arrinconado la vía constitucionalista para no poner piedras a la negociación con Podemos y con ERC. El candidato socialista cumple el trámite obligado.
Para Casado la reunión es una ocasión para solemnizar lo que viene diciendo desde el 10-N. Con Vox empujando desde la derecha, ni siquiera atenderán la llamada de Sánchez, el líder popular no puede dejar resquicios abiertos para que los de Santiago Abascal le arañen espacios en la alternativa al Gobierno de Sánchez. Como viene diciendo desde las elecciones, insistirá en que está dispuesto a los pactos de Estado, en que da su apoyo al nuevo Gobierno para las reformas de Estado. Pero al mismo tiempo también hará un discurso corrosivo sobre lo que implica el pacto del PSOE con ERC y con Pablo Iglesias como «padrino» de ceremonias. Casado también se ha desmarcado de la propuesta de Arrimadas del acuerdo a tres. En Génova creen que responde a la necesidad de Arrimadas «de tener protagonismo y revisar la herencia de Rivera», pero no se «mojarán» coqueteando con una iniciativa que rebaja su decisión de confrontar absolutamente con Sánchez. «No estamos para salvarle la vida al PSOE. Si no para liderar la alternativa».
En cuanto a la reunión de Sánchez con Arrimadas, la líder de Ciudadanos sólo podría haber descolocado el tablero político si ante el Rey, o bien esta misma mañana, anunciase que está dispuesta a ofrecer sus diez escaños para facilitar el Gobierno en coalición del PSOE con Podemos. Por salvar a España de las cesiones al secesionismo como justificación. Sin embargo, en su discurso de los últimos días ha ido cerrando cada vez más esta posibilidad, aunque es la única que podría rectificar la imagen de Cs como pequeño satélite del PP. El último sondeo de NC Report para LA RAZÓN, publicado ayer, señala que continúan desplomándose en apoyos, hasta el punto de que en el último mes han perdido más de 270.000 votos.
La situación de transición en la que se encuentra el partido, hasta que celebren su Congreso, hace aún más difícil que puedan adoptar decisiones estratégicas arriesgadas. Pero en lo que se ha visto hasta ahora se intuye que en esta nueva etapa el gran problema de Ciudadanos es encontrar un sitio político que no le lleve a morir bajo la presión del sandwich PP-Vox.
Tanto es así que en Génova el partido naranja ha dejado de estar en el debate estratégico. Ya no pesa lo que haga o lo que deje de hacer porque creen que el proceso de recuperación del voto que se les fue a estas siglas es irreversible. Incluso, así lo creen en la dirección popular, aunque tengan que virar a la derecha en algunas cuestiones para hacer frente a la presión de Vox. Esta opinión no se comparte en todos los estamentos del PP. El sondeo de NC Report también confirma que este nuevo voto que sigue perdiendo Cs se va mayoritariamente a la abstención.
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