España

La ley de víctimas del PNV, pensada para “beneficiar” al entorno de ETA, permitirá a los guardias civiles pedir indemnizaciones

Aconsejan a los agentes que soliciten los beneficios de la ley sobre derechos humanos aprobada por el Parlamento de Vitoria

José Angel Pardines Arcay, primer guardia civil asesinado por ETA
José Angel Pardines Arcay, primer guardia civil asesinado por ETAlarazon

Los guardias civiles y sus familias han sido las primeras víctimas de lo ocurrido en el País Vasco durante las cuatro décadas en que ETA asesinó y causó destrucción. Por ello, tienen derecho prioritario para acogerse a la ley del Parlamento Vasco sobre víctimas de vulneración de derechos humanos por el procedimiento ordinario de la Ley 12/2016, un texto gestado por el PNV con el apoyo de los socialistas vascos.

Según una nota de la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC), se señala que “hemos analizado en detalle la citada ley, y ya desde el mismo título hemos llegado a la conclusión de que si a alguien va dirigida la misma es a los guardias civiles y a sus familiares directos”.

Esta ley fue concebida para otorgar al entorno de ETA y a los miembros de la propia banda terrorista el estatus de “víctimas”.

“A todos aquellos que vivieron en el País Vasco, dentro de un cuartel o no. Hemos sido las víctimas más numerosas de esa banda terrorista, simples asesinos, secuestradores, torturadores y extorsionadores, que decían tener una motivación política”, agrega.

“Nunca el Gobierno vasco, ni tampoco la sociedad vasca, nos han reconocido esa condición de víctimas durante cinco largas décadas, ni mucho menos han reparado todos los daños que allí sufrimos. Y nos tienen mucho que agradecer, entre otras cosas algo tan importante como la LIBERTAD que hoy en día allí se disfruta. Y no lo habían hecho hasta hora”, subrayan.

“Con esta Ley, aunque tarde, se hace justicia con miles de guardias civiles y sus familiares. Quizás otros muchos sean también beneficiarios pero nadie, ni en número ni en gravedad, tanto como nosotros”. Por ello, “aconsejamos que todos aquellos, guardias civiles y familiares, que en ese periodo residían en el País Vasco y sintieron de alguna manera que tenían que esconderse, que no podían salir a pasear, que tenían que mirar debajo del coche, que tenían miedo cuando su marido salía de patrulla, que lloraban desconsoladamente por algún compañero caído en atentado, que sufrieron alguno en sus propias carnes, etcétera, comiencen los trámites ante el Gobierno Vasco para que se le reconozca como víctima por haber visto vulnerados sus derechos humanos por parte de los terroristas de ETA”.