La guerra de los currículums

Génova pone en marcha su Stasi: «Buscamos credibilidad»

Debate en el PP: «Los límites éticos tendrían que ser comunes, no puede ser que los tengamos solo nosotros»

Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados.
Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados. EUROPA PRESS

Un hilo de X le bastó a Óscar Puente para mandar al patíbulo a toda una vicesecretaria general del Partido Popular: Noelia Núñez, alevín de la cúpula y una joven promesa, a la que Isabel Díaz Ayuso promocionó y Alberto Núñez Feijóo apadrinó. Un par tuits sobre las distintas versiones sobre su formación académica, una aclaración que fue insuficiente y... a casa. La aludida dejó todos sus cargos «orgánicos e institucionales». La primera vez que un currículum inflado acaba con una carrera política en cuestión de horas. Un día después, Génova ha puesto en marcha su Stasi para cobrarse la venganza.

Un equipo de personas en la sede nacional trabaja las veinticuatro siete lupa en mano para dar con casos similares en las filas del adversario. Ayer, por lo pronto, un buen puñado de miembros de la cúpula salieron en tromba contra el PSOE «ante las dudas de los currículums» de sus mandamases: el propio ministro Puente, el portavoz parlamentario, Patxi López; o la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, que han mentido con sus estudios universitarios.

«O presentación de expedientes o dimisión», exigían los populares. «El ridículo lo hacen ellos solos, que enseñen sus títulos o dimitan», insistían. El grupo popular en el Congreso de los Diputados ya piensa en una ofensiva que vaya más allá y que exija, a través de preguntas escritas, la información académica de todos los mandos socialistas que están en la picota por sus estudios.

No obstante, en el politburó gallego aseguran ser conscientes de que nadie en las filas socialistas dará un paso atrás. Por mucho que se constate que han falseado los currículos. «No estamos buscando dimisiones, sino credibilidad», apuntan fuentes del entorno de Feijóo, que justifican de esta forma el sacrificio realizado por la política madrileña: «Nadie podrá decir nunca que somos como ellos, o que todos somos iguales». El PP, en resumen, le pone al PSOE un espejo. Y lo más importante, se presenta como adalid de ejemplaridad. «Le vamos a enseñar a España lo que viene en términos de decencia si nos dan una oportunidad».

Dirigentes del PP cuestionan el nivel ético

El listón que ha puesto Génova para sus cargos genera debate dentro del partido. Hay diferencias de opinión sobre la gestión de esta crisis. A juicio de algunos parlamentarios nacionales, se ha abierto un «debate difícil» y se ha ido demasiado lejos. Especialmente, cuando en el PSOE, por casos más graves, nadie da un paso atrás. «Los límites éticos tienen que ser comunes para todos los partidos, no puede ser que solo los tengamos nosotros», apunta un destacado dirigente. «Podría haber dimitido de vicesecretaria y punto. Dimitir de todo es muy arriesgado aunque sea lo correcto».

Sin ir más lejos, este jueves, el inquisidor Puente se lanzó a por una pieza de caza mayor: el presidente de la Junta de Andalucía. En el PP temen que salgan más casos parecidos al de la vicesecretaria dimitida. «Lo de Noelia parecía evidente, a ver cuántos tenemos así», expresa preocupado un barón territorial.

«Esto ahora va a ser un festival, Juanma no dimitirá, pero le hará daño», augura un destacado miembro del Comité Ejecutivo. Otro, sin embargo, ve positivo el nivel fijado por la cúpula: «Está claro que somos más exigentes en 2025 que en el 2000. Han pasado muchas cosas y es bueno que sea así».

Después de dejar la política, Núñez apareció ayer en varias televisiones, donde confesó haber pasado por un quinario y acusó a su instigador de ser «mala persona». A él, que la ha quemado en la hoguera, le pidió que asuma responsabilidades y añadió: «No me va a dar lecciones».