Madrid

«No aceptaremos el alivio de luto, ministro. Queremos la fase 1»

Así fue la bronca entre Moncloa y Sol: en el Gobierno madrileño lamentan que Illa solo les hiciera llegar el informe tras la advertencia de llevar la cuestión al Supremo

Enfrentamiento total, mucho más allá de las puertas del Ministerio de Sanidad. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tiene clara una campaña directa en su contra y apunta directamente al Palacio de la Moncloa. La decisión de que Madrid no entre en la fase 1 de la desescalada ha desatado una guerra feroz entre el gobierno central y el autonómico.

Así lo reconocen en el entorno de Díaz Ayuso, dónde sitúan los últimos acontecimientos en un «ataque sin precedentes» contra la lideresa madrileña. Una escueta conversación telefónica entre el ministro Salvador Illa y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, cinco minutos antes de la rueda de prensa gubernamental para anunciar su decisión, colmó la paciencia de la presidenta. De inmediato convocó a su núcleo duro en la sede madrileña de Sol y fue contundente: «Sánchez viene a por nosotros», aseguró sin titubeos. El Gobierno de Madrid, que atraviesa por un tenso clima de desconfianza entre el PP y Ciudadanos, está dispuesto a plantar cara ante lo que considera un agravio injustificable y se niega a soluciones intermedias con incongruencias.

El asunto echaba leña al fuego en una semana «horribilis» para Isabel Díaz Ayuso, una mujer valiente acostumbrada a coger el toro por los cuernos. El tema de su estancia en el Room Mate, la cadena hotelera propiedad de Kike Sarasola, y el contrato erróneo al empresario, que hizo rodar la cabeza de un cargo intermedio de Ciudadanos, incrementó la desconfianza mutua entre los dos socios de gobierno.

En el entorno más cercano a la presidenta cunde la idea de que la filtración de que lo definen como «una judiada» partió del partido naranja, a raíz de un reportaje del vicepresidente, Ignacio Aguado, en una conocida revista de alta sociedad. «La práctica habitual de Aguado es hacer aguadillas», sentencia un consejero muy próximo a Díaz Ayuso. Los pasillos de Sol son un hervidero, pero la presidenta, asesorada por sus consejeros más fieles, entre ellos María Eugenia Carballedo, David Pérez, el propio Enrique Ruiz Escudero y su influyente jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, decide que por encima de todo están el interés de los madrileños y la aspiración de entrar en la fase 1.

La secuencia de los hechos es de traca. Tras un Consejo Interterritorrial de Sanidad muy convulso, el ministro Salvador Illa convoca a Ruiz Escudero a una Comisión Bilateral el jueves. Según ha sabido este periódico, allí se produjo un gran desencuentro. «No me vengas con el morro torcido», le dice el ministro al consejero ante la sarta de reproches para negar el acceso de Madrid. Que si la densidad de población es muy elevada, que si las terrazas son un peligro, que si la atención primaria es precaria, que si los PCR no se hacen…El ministro y sus expertos chorrean un cúmulo de reproches a Ruiz Escudero, que los rebate uno por uno con extrema educación. «Con este no hay quien discuta», susurra un asesor de Illa ante el temple del consejero.

Finalmente, quedan para una nueva bilateral en la mañana del viernes, que jamás se produjo. El resto ya es sabido. Illa comunica a Escudero por teléfono cinco minutos antes de su rueda de prensa la decisión: «Enrique, no pasáis, os ofrezco el 0,5». A lo que el consejero, con cierta sorna, le responde: «Gracias ministro por el alivio de luto, Barcelona la habrá pedido, pero Madrid no, nosotros queremos el 1». Y así se zanja la conversación.

Los acontecimientos se precipitan. Tras una dura sesión en la Asamblea madrileña, en la que Ayuso se bregó con coraje ante los ataques de la oposición por su estancia en el Room Mate, la negativa de Illa y su comité de expertos a colocar Madrid en fase 1 avivó la tensión. Hacía días que el entorno de la presidenta sospechaba con quedar fuera, pero el consejero de Sanidad, Ruiz Escudero, trabajó hasta el último minuto con toda la documentación requerida.

No hubo manera, Ayuso denunció claramente un «ataque político» y amenazó con llevar a Pedro Sánchez ante el Tribunal Supremo si no recibía formalmente los informes técnicos en los que se basa la decisión. La directora de Salud Pública envía al ministerio un nuevo documento con el rechazo de Madrid y, ante la amenaza de Ayuso de llevar el tema al Tribunal Supremo, el ministerio remite el informe técnico a la Comunidad, previa filtración al diario «El País», en plena rueda de prensa de Ruiz Escudero en la mañana del sábado. «Esto hace aguas por todas partes», afirma enojada la presidenta.

Con cara de póquer ante los periodistas, el consejero rebate una por una las alegaciones del ministerio y redacta de urgencia con su equipo un nuevo documento de respuesta. «Esto no es correcto ni presentable», advierte Ruiz Escudero en su escrito a Salvador Illa. En el gobierno madrileño subyace la idea de que nunca hubo un informe técnico como tal y que, ante las amenazas de la presidenta de llevar el tema a los tribunales, se redacta con prisas en la noche del viernes para remitirlo a la Comunidad.

Algo a lo que, en el entorno de la presidenta, responden con rotundidad: «A Sánchez le obsesiona Madrid y no parará en juego sucio para intentarlo». Para colmo, el vicepresidente Ignacio Aguado, en la misma mañana de ayer sábado, se descuelga con una entrevista en un digital y una perla: «Los gobiernos autonómicos no están para enfrentarse al gobierno central, para eso ya está el Congreso». Una fina puñalada, una “aguadilla» en toda regla.