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Estado de alarma

Teodoro García Egea: “En marzo el Gobierno asumió el mando único. Eran los que mandaban, también en las residencias”

El secretario general del PP asegura: "nunca he visto a Calviño desautorizar en nada a Iglesias. La política económica la marca Iglesias"

Teodoro García Egea, secretario general del Partido Popular. Cristina BejaranoLa Razón

¿Qué balance hace de los cien días de alarma?

– Con las dos últimas prórrogas del estado de alarma Sánchez buscó su propia comodidad a costa de la incomodidad de los demás. Sabía que había una alternativa jurídica al estado de alarma y no quiso ponerla en marcha. El balance es que ha abusado de esta medida, ha consensuado poco y ha impuesto demasiado a los presidentes autonómicos y a los alcaldes. Ha despreciado la oportunidad que tenía de demostrar que se puede gobernar dialogando, en vez de imponiendo.

– ¿Cómo está la relación con el Gobierno?

– Tenemos la relación que puede haber con un Gobierno que no tiende la mano ni propone acuerdos de Estado, y que sólo está preocupado por salvar la mayoría de la moción de censura. Desde que Pablo Casado llegó a la Presidencia del PP se han propuesto pactos de Estado en materia de infraestructuras, agua o bajada de impuestos, por ejemplo, y ahora hemos planteado un pacto por la Sanidad, del que todavía no hemos tenido respuesta. Pedro Sánchez no sólo no llama a Pablo Casado, sino que tampoco responde a las ofertas de mano tendida.

– Lo mismo dice el PSOE de ustedes.

– Hemos llevado a la comisión de la reconstrucción un pacto por la sanidad y no hemos tenido respuesta, como le he dicho. Los hechos son los que son. Pedro Sánchez no ha planteado ninguna oferta sincera de acuerdo, y hasta la CEOE ha dado la espalda al Gobierno para presentar sus propuestas frente a esta crisis, mientras Sánchez permanece callado. No son capaces de pactar con el tejido productivo ni tampoco con la oposición.

– ¿Cree que sus votantes quieren que a pesar del alcance de la crisis no haya contactos a ningún nivel entre el Gobierno y el principal partido de la oposición?

– Nosotros hablamos con todos los partidos, el diálogo siempre existe, pero no hay ninguna intención de construir acuerdos por parte del Gobierno.

– ¿Pero entonces por qué sí son posibles los acuerdos a nivel autonómico con el PSOE?

– Pedro Sánchez no tiene ya ninguna credibilidad. La pandemia se ha llevado, desgraciadamente, muchas vidas, pero también la confianza de los ciudadanos en las instituciones por culpa de la gestión que ha hecho Sánchez. Hemos pasado de que se nos dijera que no eran necesarias las mascarillas a hacerlas obligatorias, y durante ese tránsito se podrían haber evitado miles de contagios. Y desde que se compraron test y luego se descubrió que daban falsos negativos también se podrían haber salvado miles de vidas. La pandemia, como le decía, se ha llevado la confianza de los ciudadanos en el Gobierno y cada vez que Sánchez habla en el Congreso da igual lo que diga porque ya nadie le cree. Por mucho que se invente una realidad paralela, la realidad es que Sánchez no ha ofrecido ningún pacto concreto a la oposición y los ciudadanos lo saben.

– ¿Aceptarán sentarse a negociar los Presupuestos de 2021?

– Nuestro patriotismo nos obliga a trabajar para evitar la ruina de España, y el de Sánchez acaba donde terminan las puertas del Palacio de la Moncloa. El PP siempre mantendrá la mano tendida para defender la Constitución y el empleo. Pero no se nos puede plantear un pacto para derogar la reforma laboral y subir los impuestos. Sánchez ha gobernado hasta ahora con el Presupuesto del PP y con la reforma laboral del PP, así se puede resumir lo que ha hecho desde la moción de censura. Está gobernando gracias a las leyes contra las que votó.

– Le preguntaba por la negociación de los próximos Presupuestos. Después de que la pandemia haya dejado viejos todos los programas electorales, también el suyo, ¿no?

– No sabemos en qué se van a basar esos Presupuestos. No sabemos si quieren subir los impuestos, como vienen anunciando; si acabarán con la tarifa plana de los autónomos; o si quieren ampliar los ERTES hasta el 31 de diciembre. Todo lo que ofrece Sánchez son propuestas vacías para ver qué opinan los demás partidos. Hasta hemos escuchado ya a Calviño hablar de nuevos brotes verdes como hacían los ministros de José Luis Rodríguez Zapatero.

– ¿Tampoco se fían de la política económica de la señora Calviño?

– La política económica de Calviño y de Iglesias se diferencian en que Calviño habla mejor inglés.

– ¿Sólo en eso? Calviño representa la ortodoxia de la Unión Europea.

– Los dos son vicepresidentes del mismo Gobierno de coalición, y como Gobierno de coalición y órgano colegiado nunca he visto a Calviño desautorizar en nada a Iglesias. La gran diferencia, como le he dicho, es que Calviño habla mejor inglés que Iglesias, pero el resto es tanto de lo mismo. Y pueden aprobar subidas fiscales y otras medidas que no beneficiarán en nada al futuro económico de España.

– Bueno, Calviño desautorizó el pacto con Bildu para la reforma laboral y se ha posicionado en contra de las subidas de impuestos a las empresas, por ejemplo.

– La política económica del Gobierno la marca Pablo Iglesias. Y no he visto a Calviño posicionarse en contra, ni presentar una alternativa.

–¿No les parece una buena noticia que pueda ser elegida presidenta del Eurogrupo?

– Nosotros no somos como los socialistas, que votaron en contra de la elección de Miguel Arias Cañete como comisario. Los socialistas españoles dieron orden a los socialistas europeos de votar en contra. Esto es en lo que se traduce la moderación, la concordia y el diálogo que ahora pregona Sánchez. Pero nosotros no somos así porque queremos lo mejor para España y para Europa. Todavía no estamos ante una candidatura oficial, pero siempre nos parecerá bien que un español ocupe una alta responsabilidad en Europa.

– Los próximos Presupuestos deberían atender a las obligaciones con Europa y a las demandas del tejido productivo. ¿En ese proyecto, para que sea así, sí estaría el PP?

– No conocemos el Presupuesto. No nos ha llamado el presidente del Gobierno para hablar de ningún asunto relacionado con él. Pero nosotros actuaremos como hemos hecho siempre, si hay una iniciativa buena para el interés general, la apoyaremos, como hicimos con el Ingreso Mínimo Vital, que da continuidad a las ayudas que ya ofrecen nuestras comunidades autónomas, o con tres de las prórrogas del estado de alarma. Pero no vamos a apoyar medidas que arruinen a España. Si en dos años del Gobierno Frankestein no han sacado unos Presupuestos, todo hace indicar que lo tienen muy difícil porque no se ponen de acuerdo ni entre ellos.

– ¿Qué piensa de la insistencia del poder económico en favor de que haya grandes acuerdos nacionales para hacer frente a la catástrofe económica y social?

– El PP tiene muy clara su misión y sus obligaciones al servicio de los ciudadanos. Si la relación con el Gobierno o con el resto de los partidos puede servir para impulsar una mejora para los ciudadanos estamos dispuestos a dialogar y negociar con quien haga falta. Gobernamos en la mitad de las comunidades autónomas, en el principal Ayuntamiento de España, y en muchos otros municipios también muy importantes, y queremos que los españoles puedan superar esta crisis cuanto antes. Pero creemos que las recetas que se están aplicando no son las más adecuadas y por eso le estamos diciendo al Gobierno que su camino está equivocado.

– ¿España necesita grandes consensos y estabilidad?

– Decirle sinceramente al Gobierno y al PSOE que deben cambiar el rumbo, igual que se lo están diciendo los empresarios y los sindicatos, es el mayor gesto de lealtad que puede haber. Y sin crispación, pero con firmeza, vamos a seguir diciendo lo que pensamos.

– ¿Su partido está «peleando» en Europa para que las ayudas europeas estén condicionadas?

–El PP trabaja para que las ayudas lleguen directamente a los ciudadanos y a las empresas. Estamos ante una crisis que puede llevar al cierre a miles de empresas que no han tenido ningún ingreso durante el estado de alarma, y lo que hemos visto hasta ahora no ayuda a generar confianza. No ayuda que el Gobierno diga que los turistas tienen que pasar cuarentenas y luego las levante. Ni que anuncie, sin ningún plan alternativo, y de un día para otro, que va a prohibir el Diesel. Luego nos encontramos con que Nissan cierra, aunque el presidente del Gobierno asegurase tres meses antes que sus trabajadores tenían el empleo asegurado. En relación a las ayudas europeas el Gobierno no puede hipotecar a las futuras generaciones para luego hacer recortes en los servicios públicos, como hizo José Luis Rodríguez Zapatero. En la última crisis pasamos de los brotes verdes a congelar las pensiones y de estar en la Champion League de la economía a recortar el sueldo a los funcionarios y a quitar ayudas por el nacimiento de un hijo. Ya hemos visto la frase de los brotes verdes en boca de la señora Calviño y no queremos que llegue también la fase de los recortes impulsados por Sánchez. Nosotros creemos que es posible otra política fiscal y por eso hemos presentado distintas propuestas en el Parlamento. Y esperamos que en el Congreso escuchen al PP en vez de pactar todas las conclusiones de la comisión de la reconstrucción con sus socios.

– ¿Quiere decir que prefieren que las ayudas estén controladas y fiscalizadas por Europa que por el Gobierno?

– Los ciudadanos se fían más de las instituciones europeas que de Sánchez o Iglesias. Hoy los ciudadanos ven como una garantía que haya una oposición liderada por el PP y unas normas europeas que condicionan nuestro sistema monetario dentro de la zona euro. Estos criterios europeos son una garantía para que Pedro Sánchez no pueda ejecutar lo que Pablo Iglesias le empuja a hacer. Como le dije, queremos que las ayudas lleguen directamente a los ciudadanos y a las empresas y que no se pase de los brotes verdes a los recortes de sueldos de empleados públicos.

– Interpreto que entonces sí que prefieren una condicionalidad y que controle Bruselas, y no Iglesias.

– Queremos que Bruselas garantice que el dinero que llega desde Europa se ingresa directamente en las empresas y en los ciudadanos.

– Se reabren las fronteras para el turismo. ¿Hacen falta más controles, aunque esto perjudique al sector?

– Las únicas políticas de Sánchez para contener los contagios han sido la cuarentena y el confinamiento. Ésta es la alternativa de un responsable público sin ideas. Pero si nos hubiéramos confinado antes podríamos haberlo hecho con menos restricciones, y si hubiéramos sido más ágiles en la toma de decisiones nuestra economía habría sufrido menos. La única política razonable en estos momentos es la que incluye test masivos y corredores seguros. Y Sánchez está abriendo las fronteras sin tener un plan seguro para todos los turistas.

– Pero esta decisión debería ser comunitaria, ¿no?

– El Reino Unido está abriendo corredores seguros con Italia, haciendo test en origen y en destino. España se está quedando fuera de esos corredores seguros y de un turismo seguro.

– ¿El acercamiento de Ciudadanos al PSOE enfría su relación?

– Los Gobiernos de coalición gozan de una salud excelente. La actividad parlamentaria de cada partido es independiente de la cohesión que existe en todos los Gobiernos.

– ¿Entonces usted no teme por el futuro de la Comunidad de Madrid?

– La relación y la cohesión en el Gobierno de Madrid es mucho mayor que la que existe en el Gobierno de la Nación entre el PSOE y Podemos.

– Dentro de su partido dicen que Ignacio Aguado, vicepresidente de Ayuso por parte de Ciudadanos, es capaz de unirse a una moción de censura con el PSOE.

– Los madrileños están viendo que Ayuso, en colaboración con su vicepresidente y el resto de su equipo, están cumpliendo fielmente con su programa. Cualquier tipo de condicionante interno no influye en el cumplimiento del programa. Los ciudadanos no esperan de nosotros que todo sea paz y armonía, sino que cumplamos los compromisos adquiridos.

– ¿Por qué se oponen a que se investigue la gestión del Gobierno de la Comunidad de Madrid durante la pandemia?

– En marzo el Gobierno dijo que asumían el mando único. Y ser el mando único significa que el presidente y sus ministros eran los únicos que mandaban y que tomaban decisiones.

– Pero eso no fue así. Las comunidades siguieron tomando decisiones en el ámbito de sus competencias.

– Desde que Fernando López Miras pidió en Murcia que se confinara a la población y se suspendieran las clases, el presidente del Gobierno tardó una semana en tomar una decisión que hubiera salvado miles de vidas. Desde ese momento el Gobierno tomó el mando y se adoptaron decisiones de compra de material al amparo del estado de alarma, sin necesidad de seguir los trámites que deberían haberse cumplido en otras situaciones. El Gobierno tomó el mando y lo ejerció. Otra cosa es que las comunidades y los ayuntamientos siguieran trabajando para que todo continuara funcionando, pero la coordinación y el mando único lo ejercía desde el mes de marzo el Gobierno de España, que es el que tiene que dar cuenta de la gestión realizada.

– El presidente de la Xunta, su partido, señaló el otro día que las comunidades mantuvieron las competencias en las residencias. ¿Por qué tapar entonces sus responsabilidades?

– El 19 de marzo Pablo Iglesias anunció que se ponía al mando de los servicios sociales de toda España para construir un escudo social. Así informaron los medios de comunicación. El responsable de la coordinación no puede eximirse de su responsabilidad para culpar a otro de su mala responsabilidad. ¿Hay alguna iniciativa concreta que haya impulsado Pablo Iglesias para salvar vidas? Le hemos visto muy ocupado en insultar a Ayuso, a la Guardia Civil, sentándose en un sillón del CNI, llamando esclavistas a los agricultores o criticando el poco valor añadido del turismo. ¿Pero alguna decisión concreta para salvar vidas? Ninguna. El vicepresidente, que tenía el mando único de las residencias, ha hecho de todo menos ocuparse de las residencias.

– Un mal resultado de las elecciones vascas se interpretará como una enmienda de la decisión de Génova de imponer al PP vasco el acuerdo con Ciudadanos.

– Los resultados de las elecciones vascas y gallegas serán excelentes. Alberto Núñez Feijóo está haciendo un gran trabajo y hoy es una persona de referencia en Galicia, va a revalidar una mayoría absoluta muy importante para garantizar la estabilidad de España y el futuro de Galicia. En el País Vasco aspiramos a seguir aglutinando a los que no están de acuerdo con el nacionalismo excluyente ni con la ineficacia de la gestión del Gobierno vasco. La decisión del PP y de Ciudadanos de situar las necesidades de la gente por encima de los intereses partidistas va a ser premiada por los electores.

– Pero, y si no es así, ¿exportarán a Cataluña el mismo modelo a pesar de ese fracaso?

– En el País Vasco hemos querido construir una opción que aglutine a muchos españoles que están de acuerdo en lo fundamental. El País Vasco es un lugar singular y la coalición PP y Cs tiene voz propia adaptadas a las circunstancias del propio territorio y representa el ansia de los vascos por no resignase a la ineficacia de la gestión. En cada territorio vamos a buscar la mejor fórmula, el modelo no está escrito.

– ¿Se siente cómodo compitiendo con Vox por la derecha de la derecha?

– El PP sólo compite con Pedro Sánchez y el PSOE para gobernar España. Somos la única alternativa a Pedro Sánchez, y cualquier otro partido es muy libre de hacer lo que considere oportuno. El PP tiene un discurso propio y vamos a seguir teniéndolo porque queremos aglutinar a la mayoría.

–¿Usted también llamaría a Iglesias «hijo de terrorista»?

– La gente en la calle está muy crispada. No se cobran muchos ERTES, y eso se traslada al Congreso.

– Esta acusación la realizó la portavoz de su partido en el Congreso. No viene de la calle.

– Pero al final es normal que la crispación de la calle se traslade al Congreso. Aun así, nosotros vamos a insistir en nuestras propuestas positivas, en favor del empleo, de que haya menos impuestos, y para ayudar a que los ciudadanos salgan cuanto antes de esta crisis. En ocasiones se dicen palabras gruesas, pero es por el enfado de la calle con el Gobierno.

– Más parece que el Congreso es el responsable de crispar a la calle, que a la inversa.

– Nosotros estamos comprometidos con el trabajo, no con la crispación, como otros. Estamos trabajando en la comisión de reconstrucción que propuso Pablo Casado. Y el Gobierno debería escuchar todo lo que allí se ha dicho para que las conclusiones sean las de todos y no sólo las de la mayoría de la investidura.

–¿Al PP le suma que se le identifique con el «aznarismo» por el «peso» en el partido de destacados colaboradores del ex presidente del Gobierno como Cayetana Álvarez de Toledo?

– Todo el PP está identificado con un proyecto, que es el de Casado. Y este proyecto es el mismo de Ayuso, de Feijóo, de Almeida o de Juan Manuel Moreno. Todos estamos en el mismo barco y todos participamos del mismo proyecto.

– Menos Isabel Díaz Ayuso, me ha citado, precisamente, a referentes del PP que menos se identifican con el «aznarismo» o con el perfil de Álvarez de Toledo.

– Cada uno ejerce un discurso atendiendo a la responsabilidad que ocupa. El Congreso está dominado por la estrategia del PSOE y de Podemos de tensar la situación, y el discurso es más duro, pero, como le dije, es un reflejo de la calle. Y quienes están ocupando responsabilidades institucionales priman la gestión y el respeto a las instituciones que representan. Por eso están tan bien valorados por los ciudadanos como reflejan todos los sondeos.

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