Cataluña

La agenda de ERC: mesa de negociación, presos y Presupuestos

Los republicanos también buscan negociar la reforma del delito de sedición

El vicepresidente el Govern y conseller de Economía, Pere Aragonès
El vicepresidente el Govern y conseller de Economía, Pere AragonèsAlejandro GarcíaEFE

Pere Aragonés será un presidente provisional hasta la convocatoria de elecciones. En este proceso, a falta de un acuerdo para reaccionar ante la sentencia, el presidente provisional y candidato de ERC a las elecciones, tendrá su actuación tasada. No podrá ni forzar cambios de gobierno y ni tan siquiera ocupar el despacho que deja libre Joaquim Torra en el Palau de la Generalitat. Ya son dos los despachos vacíos. Ahora el de Torra y antes el de Puigdemont.

Aragonés no tiene ninguna intención de hacer movimientos que le pongan en la picota y sea acusado de “usurpador”. Sin embargo, la desobediencia de Junts per Catalunya ha quedado en nada y se acata por la puerta de atrás la sentencia del Tribunal Supremo. Sin embargo, Aragonés ha cuidado muy mucho los temas que no han sido pactados con Junts per Catalunya y está dispuesto a poner su impronta. La convocatoria de la Mesa de Diálogo, los Presupuestos Generales del Estado y las modificaciones del Código Penal a cuenta del delito de rebelión y sedición han quedado fuera de los acuerdos, y el “sucesor designado” está dispuesto a mover sus piezas. “Además habrá otros temas que se pondrán encima de la mesa, como políticas de izquierdas”, apuntan desde el entorno republicano, lo que se traducirá en la aprobación de decretos por parte del ejecutivo impulsados por Aragonés.

Sobre estas cuestiones no es que no haya habido acuerdo, sino que como están en el marco de los partidos, y más concretamente en el ámbito de los grupos parlamentarios, ERC ha evitado ningún tipo de compromiso. Sobre la Mesa de Diálogo, los republicanos consideran que es necesario que se convoque para ir consolidando un espacio de encuentro, aunque los acuerdos estén lejos. Además, en el mundo independentista han caído como un jarro de agua fría los últimos movimientos de Sánchez que dejan a sus planteamientos en debilidad. Que el presidente inicie los trámites del indulto, que ponga en marcha la reforma del Código Penal y que reactive la “Agenda del reencuentro”, han pillado con el paso cambiado a los grupos independentistas que se limitaban a criticar la falta de propuestas del Gobierno de Sánchez.

Los presupuestos conforman el segundo gran paquete de negociación, tras el primer paquete de Mesa de Diálogo y Código Penal, que ERC quiere forzar con Sánchez al margen de los que haga Junts per Catalunya, que de momento ha visto mermadas sus fuerzas a la mitad ante la ruptura con el PDeCAT. Una ruptura siempre anunciada y nunca realizada, que tiene una nueva meta volante: el Consell Nacional del PDeCAT que se celebrará el 5 de octubre y que debe decidir si se presentan a las elecciones al margen de Puigdemont.

Por último Aragonés tiene intención de marcar la agenda y tener la iniciativa política. No tiene potestad institucional, pero si política y aquí es dónde el vicepresidente quiere llevar las riendas en “políticas sociales y lucha contra la pandemia”, con la idea de dejar sin argumentos a JxCAT que tratará de centrar el debate sobre la política nacional. ERC, por el contrario, tiene toda la intención de forzar el debate izquierda-derecha y agitar el fantasma de la corrupción que amedrenta a Junts per Catalunya acosado por el caso 3% y por el caso de Laura Borràs.