La ministra de Asuntos Exteriores anunció la pasada Nochevieja que Españahabía cerrado un «principio de acuerdo» que permitiría el «derribo de la Verja» que separa Gibraltar del resto de España. Según aseguraba Arancha González-Laya, el pacto –que fue anunciado con apenas una hora de antelación en las vísperas del único día sin prensa diaria en España– fue el resultado de varias «noches en blanco» y solo pudo cerrarse en el último momento, horas antes de hecho de que finalizara el periodo transitorio y se materializara finalmente el Brexit.

Sin embargo, un vistazo a la Plataforma de Contratación del Sector Público evidencia que dos semanas antes del anuncio, concretamente el 18 de diciembre, el Gobierno ya estaba tomando pasos para proceder a la «actualización y adecuación» de la Verja del Peñón. En concreto, fueron un total de cinco los contratos licitados por la vía de urgencia que, combinados, suponen un desembolso de casi cinco millones de euros para diversas actuaciones encaminadas a asegurar la fluidez de la entrada y salida de personas y mercancías en Gibraltar.

El más cuantioso de todos tiene un valor de 2.250.000 euros y está destinado a una serie de obras de infraestructuras para la entrada y salida de peatones y vehículos. Otro de los contratos licitados más destacados es el de suministro de sistemas automáticos de control de fronteras, equipos de radio, televisión, comunicaciones y telecomunicaciones y equipos conexos, con un presupuesto de 1.638.560 euros.

A pesar de las rimbombantes expresiones utilizadas en la rueda de prensa en la que se anunció este «principio de acuerdo» que ahora deberá ser negociado y aprobado, lo cierto que es todo parece estar aún en el aire. Prueba de ello es elfuego cruzado de declaraciones entre la ministra española y el líder gibraltareño que se produjo poco después de consumarse el pacto.

Y es que el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, quiso dejar claro que no habrá controles españoles ni en el puerto ni en el aeropuerto de Gibraltar a pesar del acuerdo alcanzado para que el Peñón se mantenga en la zona Schengen tras el Brexit.

«Según el Acuerdo de Nochevieja solo Gibraltar decide quién entra en Gibraltar y ningún agente español realizará controles de ningún tipo en el aeropuerto ni en el puerto, ni ahora ni en los cuatro próximos años. Esta es nuestra tierra», sentenciaba tajante Picardo en Twitter.

Era su respuesta a las declaraciones que la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, hizo en una entrevista publicada en el diario «El País», en la que sostenía que España tendrá la última palabra sobre quién entra en Gibraltar.

Laya, confiada

«Para poder entrar en un Gibraltar integrado en el espacio Schengen, la responsabilidad del control está en manos españolas. En el puerto y en el aeropuerto», señaló. De hecho, al ser interrogada sobre si ello significa que la última palabra sobre si alguien entra o no en Gibraltar la tendrá España, la ministra no dudó: «Claro, porque la gestión del control de entrada al espacio Schengen pertenece a España».

Con este panorama, todo parece indicar que al Gobierno le va a suponer un quebradero de cabeza en los próximos meses todo lo relacionado con Gibraltar. En el caso de Pedro Sánchez, los populares piden que comparezca en la Cámara Baja para que explique el acuerdo para ofrecer así «transparencia».

En este sentido, el líder del PP, Pablo Casado, reprochó esta misma semana al jefe del Ejecutivo que no haya aprovechado el «Brexit» para negociar mucho más la cosoberanía de Gibraltar, además de un plan de inversiones y un régimen fiscal especial para el Campo de Gibraltar y el Peñón. «Una vez más, lo ha malogrado», criticó el presidente de los populares.

Una denuncia similar a la de la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, quien insistió también en que Sánchez debía explicar ante la Cámara Baja «todos los aspectos del acuerdo y la situación tras la salida de Reino Unido de la UE».