Polémica
Defensa acusa al ex Jemad de vacunarse antes de tiempo
La subsecretaria, Amparo Valcarce, evita dar datos sobre militares vacunados, pero señala que su orden era “exclusivamente para todo el personal sanitario”
“La Subsecretaría de Defensa, única y exclusivamente, dio la instrucción de vacunar a todo el personal sanitario por ser crítico, según las indicaciones recogidas en la estrategia de la Inspección General de Sanidad de la Defensa (Igesan). Es la estrategia, clara y rotunda, que ha aplicado todo el mundo. Cuando no ha sido así, se han asumido las responsabilidades que corresponden”. Con estas duras palabras, la subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, ha acusado en cierto modo al ex jefe de Estado Mayor de la Defensa, general Miguel Ángel Villarroya, de haberse vacunado antes de tiempo, lo que le llevó a presentar su cese.
Estas palabras las ha pronunciado en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, en la que se trataba el régimen profesional de los militares de las escalas de Tropa y Marinería. Sin embargo, ante la insistencia de los grupos en relación a dicho protocolo de vacunación, Valcarce no ha tenido más remedio que referirse a él, aunque sin dar excesivos detalles ni datos sobre cuántos militares se habrían “colado”.
Y es que han sido varios los grupos que la han preguntado al respecto, lo que ha provocado algún momento de tensión en la sala. Uno de los primeros ha sido Jon Iñarritu, de Bildu, quien ha abierto su turno preguntando por el nuevo Jemad, almirante general Teodoro López Calderón: “¿El señor López Calderón está vacunado también?”, ha requerido a la subsecretaria para añadir que “sería preciso que nos hablara del protocolo de vacunación por el cual 300 militares del Estado Mayor se han vacunado... ¿Les van a cesar?”. Tras la queja de la socialista Zaida Cantera, ha continuado señalando: “La vacuna sirve para descubrir a los jetas de la sociedad”.
Orden poco clara
Tras él, Miguel Ángel Gutiérrez (Cs), Joan Josep Nuet (ERC) o Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu (PP) también han sacado el tema, interesándose por cuántos militares se han adelantado a su turno o los motivos por los que Robles desconocía el citado plan y solicitó un informe. De hecho, Gutiérrez ha asegurado que la orden “no era muy clara”.
Y aunque el presidente de la Comisión, el popular José Antonio Bermúdez de Castro ha dado la posibilidad a Valcarce de no responder al no estar el asunto en el orden del día, la subsecretaria ha optado finalmente por hacerlo. En un primer momento ha entregado a los diputados, “por deferencia”, la instrucción acerca de la vacunación de las Fuerzas Armadas, leyendo uno de sus párrafos: “De orden de la Subsecretaría, se solicita a los Ejércitos, Armada, UME y Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, se proceda a la vacunación de todo el personal sanitario, por ser crítico, según las indicaciones recogidas en la Estrategia de la IGESAN”.
Únicamente ha leído un párrafo de una instrucción confusa en la que también se habla de que “resulta primordial la vacunación de todo el personal de las Fuerzas Armadas que se encuadre dentro de las prioridades de vacunación, como son los componentes de los contingentes que vayan a ser desplegados en las diferentes zonas de operaciones, el personal sanitario que además ha de vacunar al resto de componentes de las Fuerzas Armadas y el personal de Unidades Operativas (incluyendo su cadena de mando establecida) que tengan un mayor riesgo de contagio de Covid.-19 debido a las misiones asignadas”.
“La dimisión le honra”
Aquí, ha aprovechado para apuntar que el general Villarroya “solicitó su cese. Una dimisión que consideró necesaria, lo que le honra como militar, como servidor publico y como ciudadano. Yo respeto su decisión”.
Pero como esa primera respuesta no ha convencido a los diputados, la subsecretaria, más seria, ha utilizado el final de su segundo turno de respuesta para apuntar tajante: “Está muy claro y por escrito. La Subsecretaría de Defensa única y exclusivamente dio la instrucción de que se procediera a vacunar a todo el personal sanitario”.
Desde el primer momento, desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) se aseguró que con su propio cupo de antídotos habían vacunado a los sanitarios que dependen de ellos y a los que iban a desplegarse en misiones, por lo que empezó por la estructura operativa y de mando siguiendo criterios de edad, de ahí que los primeros fuesen los generales como Villarroya.
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