Polémica

El Jemad dimite, pero ve «acertada» la decisión de vacunarse

El Gobierno nombrará el martes al sustituto del general Villarroya. La decisión de Marlaska de cesar al enlace de la Guardia Civil precipitó los acontecimientos

La polémica de altos cargos vacunados antes de tiempo se ha cobrado su primera baja en las Fuerzas Armadas, la del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Miguel Ángel Villarroya, quien ayer envió una carta a la ministra de Defensa, Margarita Robles, presentado su solicitud de cese, la cual aceptó. Una dimisión que llegaba un día después de que se conociese que él y otros mandos del Estado Mayor de la Defensa (EMAD) se habrían saltado el protocolo de vacunación, lo que llevó a Robles a pedir un informe al respecto.

Pero también llega pocas horas después de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cesara al oficial de la Guardia Civil que hacía de enlace en el EMAD, lo que habría acelerado la decisión del general Villarroya de poner su cargo a disposición de la ministra.

Sin embargo, Villarroya reconoce en su carta que la decisión de recibir la vacuna fue «acertada» porque buscaba, «de acuerdo con los protocolos establecidos», «preservar la integridad, continuidad y eficacia de la cadena operativa de las Fuerzas Armadas». De hecho, deja claro en la misma que «nunca» ha pretendido «aprovecharse de privilegios no justificables, pero que están deteriorando la imagen pública de las Fuerzas Armadas y poniendo en duda» su propia «honradez».

De esta forma, el general deja claro que se va «con la conciencia tranquila» y con el «objetivo de no perjudicar la imagen» de las Fuerzas Armadas.

Polémico protocolo

Defiende esa actuación basándose en el protocolo de vacunación del EMAD dentro del cupo de vacunas con el que cuentan las Fuerzas Armadas. Ese plan marca el orden de administración y los primeros serían el personal sanitario dependiente del EMAD, seguido de los militares que van a participar en operaciones en el exterior. Los últimos, según este protocolo, serían los que forman parte de la estructura operativa, siguiendo en este caso un criterio de edad. Por ello los primeros han sido los generales como Villarroya, de 63 años.

El día que se conoció la noticia, desde el EMAD se apuntó que los primeros dos grupos ya habían concluido y que el protocolo continuó con la estructura de mando. Sin embargo, desde numerosos ámbitos se criticó que los mandos se vacunasen antes que los miles de militares que están día a día en primera línea luchando contra la pandemia.

Y es que el Jemad no es el único mando militar inmerso en esta polémica vacunación en el Estado Mayor de la Defensa. Son varias decenas los miembros de esas estructuras de mando los que también han recibido ya la primera dosis, entre ellos varios oficiales generales, como el nuevo comandante del Mando de Operaciones (MOPS), teniente general Francisco Braco, o el jefe del Estado Mayor Conjunto (EMACON), teniente general Fernando García González-Valerio. Y en la lista hay tanto oficiales generales como oficiales.

Los otros mandos “obedecían órdenes”

Qué pasará con ellos es aún la duda, aunque fuentes militares aseguran a este periódico que «lo lógico sería que mantuviesen su cargo, ya que ellos en cierto modo obedecían órdenes del Jemad, que es el responsable y quien estaba obligado a dimitir. Todo apunta a que él pagará por el resto».

Pero también está en el aire el nombre de su sustituto, el cual está previsto que apruebe el Consejo de Ministros el próximo martes. Siguiendo una regla no escrita, los Jefes de Estado Mayor de la Defensa se turnan por ejércitos en cada mandato. A Villarroya, general del Aire, debería sustituirle alguien de la Armada, aunque fuentes de Defensa apuntan que, como sólo ha estado un año en el puesto, «debería elegirse a alguien del Ejército del Aire porque aún es su turno».

En cualquier caso, la dimisión del Jefe de Estado Mayor de la Defensa se produjo después de que el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, cesara, tras pedir el correspondiente informe, al citado teniente coronel de la Guardia Civil.

Marlaska “aceleró” la dimisión

Con esta decisión, adoptada sobre un inferior jerárquico al general Villarroya, Interior colocaba en el «disparadero» a la titular de Defensa, Margarita Robles. La continuidad del Jemad en su puesto parecía complicada.

Son conocidas las relaciones «mejorables» que mantienen ambos miembros del gabinete tras el cese del anterior director general de la Guardia Civil, Félix Azón, persona próxima a Robles, y el nombramiento de la actual directora general, María Gámez.

Fuentes de Interior consultadas por LA RAZÓN, señalaron que el cese del teniente coronel se debía simplemente a que se había vacunado contra la Covid sin que le correspondiera en estos momentos. Desde el departamento que dirige Marlaska se quiere que todo el personal bajo su mando dé ejemplo en una situación tan complicada a causa de la tercera oleada de la pandemia.

Prueba de la imagen ejemplarizante que quiere transmitir Interior está en el escrito que la Dirección General de la Guardia Civil, a través de su Estado Mayor, ha enviado a las distintas unidades para que los agentes del Cuerpo no se vacunen antes del momento que les corresponda. En el escrito, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, se señala que, de acuerdo con los planes establecidos por el Ministerio de Sanidad, tienen preferencia a la hora de la vacunación el personal sanitario, las personas mayores y los grandes dependientes.

Por ello, se indica a todo el personal de la Benemérita que «no deberá vacunarse antes del momento en que se inicie la vacunación en la Guardia Civil y atendiendo al colectivo al que pertenezca. Tampoco deberán aceptarse otros ofrecimientos anteriores, de buena fe, aún en situaciones de vacunas sobrantes asignadas a otros colectivos».