Investigación

Los perros marcan tres puntos “calientes” en la casa del padre de las niñas desaparecidas de Tenerife

La hipótesis de que Tomás matara a Anna y Olivia cobra fuerza, aunque parece quedar descartado que fuera un crimen violento

Anna y Olivia llevan dos semanas desaparecidas en Tenerife
Anna y Olivia llevan dos semanas desaparecidas en TenerifeTwitterLa Razon

El registro de la casa de La Candelaria (Santa Cruz de Tenerife), propiedad de Tomás Antonio Gimeno, en busca de alguna pista sobre el destino de Anna y Olivia, de uno y seis años, concluyó con tres puntos calientes marcados por Junco y Bill, los perros de la Guardia Civil especializados en la búsqueda de restos biológicos. Tomás desapareció en la tarde del pasado 27 de abril, después de recoger a las niñas. Una de ellas estaba de la casa de la madre, Beatriz Zimmerman, y la otra en el colegio.

Después se dirigió a la casa en la que trabajan los investigadores, donde Tomás llegó sobre las 20:00 horas y donde estuvo con las niñas desaparecidas entre una hora y una hora y media. Por ello, la Guardia Civil considera que es clave encontrar evidencias que aclaren lo sucedido allí hace ya 22 días. Durante el primer registro encontraron un paquete de bolsas de basura de jardín, al que le faltaban varias, y en el jardín detectaron una zona en la que se había removido tierra recientemente. Estos dos indicios sorprendieron a los agentes porque la casa estaba muy sucia, revuelta, sin recoger y el jardín estaba abandonado, sin cuidar, con muchas malas hierbas y zonas muy secas.

Por ello dedicaron el día de ayer a tratar de buscar evidencias biológicas con Junco y Bill. Los perros señalaron tres zonas “calientes”, de las que se extrajeron muestras y que deberán ser analizadas en el laboratorio.

La hipótesis principal es que Tomás mató a Anna y Olivia

La principal hipótesis de la Guardia Civil es que Tomás acabara con la vida de las niñas y luego se deshiciera de los cuerpos. De hecho, en la última conversación con Beatriz Zimmermann le advirtió que no volvería a verlas ni a ellas ni a él. Después de los cuatro registros, lo que parece casi descartado es que la muerte de las niñas se produjera de forma violenta. No hay rastros de sangre en la casa, de grandes dimensiones, ni en los más de 2.000 metros de jardín. No hay datos de que alguien tratara de ocultar pruebas o de limpiar u ocultar algo que indicara que en la vivienda se hubiera producido un hecho violento.

En la parcela de terreno en la que se encontró la tierra removida, los investigadores y los perros no encontraron nada reseñable, por lo que parece descartado que Tomás las enterrara allí. Las muestras trasladadas al laboratorio serán analizadas, pero lo más probable es que no aporten nada nuevo al caso porque las niñas pasaban mucho tiempo en la casa, por lo que podrían ser muestras que lo corroboren.

Esto no significa que se descarte la posibilidad de que las niñas pudieran haber sido asesinadas en la casa. En la mente de todos está el caso de José Bretón, que acabó con la vida de sus hijos Ruth y José con somníferos y luego trató de ocultar las pruebas quemando los cuerpos en un horno improvisado en el que utilizó con una mesa de metal.

Por ello, toda la investigación se centra en el mar donde Tomás podría haber arrojado los cuerpos. Para ello, se utilizará un sonar de barrido lateral y un robot submarino aportados por el Instituto Nacional de Oceanografía para explorar el fondo marino en busca de nuevas evidencias.

Lo que se sabe es que Tomás llegó en su coche a La Marina de Tenerife y que realizó tres viajes hasta su barco para trasladar maletas, bolsas que parecían de ropa e incluso la sillita del coche de su hija pequeña y que fue localizada al día siguiente junto a la embarcación, que se encontraba a la deriva, a unos 45 minutos de navegación del puerto.

Nueva inspección del coche y del barco de Tomás

De forma paralela, según avanzó La Sexta, la Guardia Civil volverá a analizar el coche de Tomás, que dejó abandonado en el puerto y que en los primeros días de la búsqueda ya fue inspeccionado por los agentes. El barco, que fue encontrado a la deriva, ha sido llevado a tierra para realiza un nuevo análisis lejos de las cámaras. Durante la primera inspección encontraron muestras compatibles con sangre, que el laboratorio confirmó que se trataba del padre de Anna y Olivia.

La supuesta grabación de las niñas, en las que se las pudo escuchar por la radio que utilizan los marineros durante 10 minutos ha sido descartada. El barco de bandera británica que pasó por la Marina de Tenerife y que durante su viaje a Cabo Verde tuvo un comportamiento extraño, tampoco ha sido considerado relevante para la Guardia Civil. En este punto, queda centrarse en la inspección del coche, del barco de la casa y, por supuesto, del fondo del mar, algo que puede complicar mucho la resolución del caso.

La madre de Anna y Olivia, hundida en su última carta

Por su parte, Beatriz Zimmerman se encuentra hundida, según indicó Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia. El paso de los días y el avance de la investigación, que apunta a que Tomás acabó con la vida de las niñas, ha sido un duro golpe para ella.

De todas maneras, intenta mantenerse fuerte y cada día publica algún post en su perfil de Instagram para agarrarse a la posibilidad de que sus hijas se mantengan con vida y alguien pueda encontrarlas. Su trabajo a lo largo de estos días ha servido para que las imágenes de Ana y Olivia hayan llegado hasta Suramérica y que en toda Europa se conozca el caso.

Su último mensaje, publicado anoche, es de mucho dolor, angustia y también, de agradecimiento: “Tres semanas... ya no me salen casi las palabras... Yo también quiero desaparecer... Ya no tengo fuerzas... Esto es una tortura... Pero no podemos rendirnos... Las niñas me necesitan y yo a ellas... Lo que más me duele es pensar que no puedo saber cómo están... No poder hablar... No saber cuándo las voy a ver... Por favor no paremos de compartir las imágenes por todo el mundo... No olvidemos que la perseverancia y continuidad es lo que logra finalmente los resultados. Sé que todos tienen sus vidas, sus problemas y que seguir escuchando cosas tristes les pondrá mas tristes... Pero se imaginan que gracias a todos los esfuerzos las encontremos? Todos juntos podemos si actuamos como una gran familia... De corazón les doy las gracias por seguir cada día compartiendo las imágenes por todo el mundo.. Gracias Gracias Gracias”.

El paradero de Tomás, otra incógnita

En un primer momento se pensó que podría haber huido a Cabo Verde o incluso a Suramérica. Pero con el paso de los días, los investigadores están más convencidos de que no ha salido de las Islas Canarias. El posicionamiento de su teléfono móvil así parece indicarlo, pero la posibilidad de que escapara no está descartada del todo. Unos movimientos entre sus cuentas bancarias de 50.000 euros hacían pensar que lo utilizaría para escapar, para lo que habría necesitado de un cómplice, o incluso para pagar a alguien que le ayudara a deshacerse de las niñas.

Las llamadas de la última noche, clave

Unos de los puntos claves de la investigación son las llamadas entre Beatriz y Tomás en la noche de la desaparición. La madre de Anna y Olivia le llamó cinco veces, informa “Espejo Público”. A las 21 horas, Tomás le dijo que las niñas estaban cenando y que no se podían poner. Beatriz quiso hablar con Olivia, la hija mayor, pero el padre le dijo que no. Volvieron a hablar a las 10 de la noche (cuando Tomás ya estaba navegando). tampoco lo logró. Lo inquietante de estas llamadas es que Beatriz no escuchó en ningún momento el ruido de fondo de las niñas, ni siquiera al bebé, lo que hace pensar que en el momento de esas llamadas, Tomás ya se habría deshecho de ellas.