Investigación

Las claves de la inquietante desaparición de Tenerife: Una sillita, 70.000 euros, sangre, un móvil sin batería...

La Guardia Civil investiga como un secuestro la desaparición sin dejar rastro de Tomás Antonio y de sus dos hijas, Anna y Olivia, de uno y seis años

DESAPARECIDOS EN SANTA CRUZ DE TENERIFE EN UNA EMBARCACION ENCONTRADA A LA DERIVA EL PADRE TOMAS ANTONIO GIMENO CASAÑAS Y SUS DOS HIJAS OLIVIA GIMENO ZIMMERMANN
DESAPARECIDOS EN SANTA CRUZ DE TENERIFE EN UNA EMBARCACION ENCONTRADA A LA DERIVA EL PADRE TOMAS ANTONIO GIMENO CASAÑAS Y SUS DOS HIJAS OLIVIA GIMENO ZIMMERMANNsos desaparecidossos desaparecidos

La Guardia Civil investiga la posible huida de Tomás Antonio Gimeno con sus dos hijas Anna y Olivia, de uno y seis años. La investigación se centra en un secuestro, da por hecho que las niñas siguen vivas, para mantener la intensidad de la búsqueda por parte de todos los medios movilizados para intentar localizar a la familia. Son muchos los indicios que apuntan a que se trata de un secuestro parental, aunque no se descarta ninguna de las hipótesis. El desarrollo de los hechos y las circunstancias de ese día, también parecen indicar que se trató de algo planeado. En definitiva, una desaparición inquietante.

Mensaje a Beatriz, la madre de las niñas

Los investigadores creen que Tomás intentó hacer ver que iba a acabar con la vida de sus hijas. Envió un mensaje a Beatriz, la madre de las niñas en el que le dijo: “no vas a ver a las niñas jamás, ni a mí ni a ellas”. Tomás y Beatriz se separaron el pasado mes de agosto. El padre seguía llevándose a las niñas para pasar tiempo con ellas, según lo establecido. El pasado miércoles las recogió a las 17 horas y tenía que devolverlas a las 21 horas. Nunca lo hizo. La pareja había tenido fuertes discusiones pero Beatriz nunca llegó a sospechar que podía hacer daño a las niñas ni llevárselas. La madre recibió el mensaje de Tomás y decidió denunciar la desaparición. Lo hizo el jueves a las 11:22 de la mañana.

Planificación

Los investigadores consideran que todo estaba bien planificado. la noche en la que Tomás cogió su embarcación de recreo, el jueves por la noche, el mar estaba tranquilo y había luna lleva, condiciones óptimas para navegar y desplazarse a algún lugar cercano, incluso a Marruecos.

Nerviosismo

El padre de Anna y Olivia llegó solo la Marina de Santa Cruz de Tenerife a las 21:30 horas del miércoles y descargó del coche una mochila, varias maletas y bolsas de plástico. Los empleados de la marina explicaron a los agentes que no parecía que fueran objetos muy pesados y que daba la impresión de que trasladaba mucha ropa. Tuvo que hacer hasta tres viajes para trasladarlo todo. Esta hipótesis refrenda la idea del secuestro. Cuando salió del puerto, a pocas millas, fue interceptado por una patrulla de la Guardia Civil, que le recriminó que saliera a navegar cerca del horario del toque de queda.

Su respuesta fue rápida, tenía el teléfono móvil sin batería y no sabía que hora era. Regresó al puerto a las 23:30 horas y cogió su coche hacia una gasolinera situada a dos kilómetros para comprar un cargador. De regreso, preguntó en la marina dónde podía cargar el teléfono. Según describió el responsable del puerto, estaba visiblemente nervioso.

Cuando logró tener cargado el dispositivo, volvió a subirse a la embarcación, de unos seis metros de eslora, y zarpó. Eran las 00:30 horas. A partir de ese momento, no se le volvió a ver.

La necesidad de tener un teléfono operativo parece indicar que podría necesitarlo para contactar con alguien que le estuviera ayudando a llevarse a sus hijas a otro lugar. Lo que no se sabe es si el teléfono utilizado es el personal o uno comprado para la ocasión. La Guardia Civil ha pedido la triangulación de la señal de los dispositivos de esa noche para tratar de averiguar el recorrido que hizo.

Embarcación a la deriva

El barco de recreo fue encontrado a unos 37 kilómetros de la costa, vacío y a la deriva, un recorrido en el que habría tenido que invertir unos 45 minutos. En una zona de aguas profundas. Junto a la embarcación estaba la sillita del coche de Anna, la niña de un año. La sospecha es que podría haber quedado en alta mar con alguien que tuviera a las niñas y que le ayudara a huir. De hecho dos patrulleras de la Guardia Civil están inspeccionando la zona y se ha ampliado la búsqueda al sur este de la isla. La inspección de la zona portuaria ya la realizaron varios agentes, incluido un equipo de submarinistas, pero sin éxito.

70.000 euros

Otro de los datos que hacen sospechar sobre el secuestro es la desaparición de 70.000 euros, que la familia de Tomás dice que han echado en falta desde su desaparición. este punto es algo confuso porque no se sabe si el dinero lo tenía en casa o lo extrajo de una entidad bancaria, pero si tuviera pensado acabar con la vida de las niñas y suicidarse no necesitaría el dinero. Se está investigando.

Coche abandonado

El coche de Tomás, un Audi A3 blanco, permanece en el puerto aparcado y precintado. Los agentes no encontraron nada destacable. Papeles sueltos y algunos juguetes. Lo que sí vieron es que la sillita de la niña pequeña no estaba. El vehículo sigue estacionado, con la ventana delantera derecha rota por los investigadores para poder acceder a él y que luego taparon con un papel.

Sangre en el barco

Es la prueba más confusa de todas y la que se debe estudiar a fondo. En el análisis forense, el luminol determinó que había muestras compatibles con sangre, pero no se sabe si son humanas ni si pertenecen a la familia. Estas embarcaciones de recreo se utilizan para pescar, algo que Tomás había hecho con su familia y con amigos y la sangre puede ser del propio pescado, de una herida que se hiciera durante alguna actividad o simplemente un falso positivo. La lejía, por ejemplo, parece sangre bajo el luminol.

Antecedentes policiales

Antonio no tenía antecedentes penales pero la Guardia Civil tenía registrados incidentes menores. Un delito de hurto, alguna infracción de seguridad vial y un posible delito de amenazas. Precisamente Beatriz acudió a la comandancia de la Guardia Civil el pasado mes de diciembre para indicar que El padre de sus hijas la había amenazado pero no presentó denuncia. Poco después, los agentes hicieron seguimiento y comprobaron que había sido un hecho aislado.

La Guardia Civil ha pedido la colaboración ciudadana y a pesar de ser menores, ha indicado que se distribuyan las imágenes de las niñas y del padre para ver si alguien puede reconocerles y obtener alguna pista sobre su paradero.