Terrorismo

Los “lobos solitarios” y los presos radicalizados que salen en libertad, peligro real para el verano 2021

Playas, alojamientos hoteleros y grandes aglomeraciones de personas, principales objetivos

Agentes de las Fuerzas de Seguridad vigilarán las playas EFE / Manuel Lorenzo
Agentes de las Fuerzas de Seguridad vigilarán las playas EFE / Manuel LorenzoManuel LorenzoEFE

Los servicios de información van a jugar un papel fundamental en la prevención de atentados yihadistas durante la época veraniega. Los expertos consultados por la RAZON consideran que, tras las restricciones obligadas por la pandemia y la mayor libertad de movimientos, se presenta un escenario en el que, en principio, los yihadistas se pueden mover con mayor facilidad y, sobre todo, la vuelta masiva de las vacaciones conlleva las grandes aglomeraciones, objetivo preferente de los terroristas.

Los actores, “lobos”, solitarios; la radicalización que se produce en las cárceles y que se proyecta hacia el exterior; y la posible formación de células organizadas, constituyen los tres ejes de la amenaza yihadista, a los que están atentos los responsables de los citados servicios de información en su acción preventiva, que tan buenos resultados ha dado en España en los últimos años.

Por lo que respecta a los primeros, el largo periodo de restricciones a la movilidad de la pandemia ha propiciado que hayan hecho un mayor consumo de la propaganda yihadista, una de los aspectos de la amenaza que más cuida el Estado Islámico. En una reciente publicación dirigida a sus “combatientes” y simpatizantes, subrayaba el ala mediática como una más, sino la fundamental, de su particular “guerra santa”.

Durante este periodo, han sido varias las operaciones realizadas por la Guardia Civil y la Policía en las que se descubrió que este tipo de terroristas preparaban atentados, con objetivos concreetos sin definir. No son tan “solitarios” como se pretende decir ya que, en muchos de los casos, quedó demostrado que mantenían contactos y recibían instrucciones desde el exterior, en especial desde Siria.

La radicalización en las cárceles de presos comunes, que cumplen condenas no muy largas, por parte de reclusos yihadistas, tiene como objetivo que cometan atentados una vez obtenida la libertad. Las operaciones desarrolladas por las Fuerzas de Seguridad han permitido saber que estos internos tenían, incluso, enlaces con los que ponerse en contacto en el exterior para que les facilitaran cobertura, les señalaran objetivos y, en su caso, les facilitaran armas. Como el anterior, es uno de los grandes peligros a los que se enfrenta a España y que, hasta ahora, ha podido ser controlado, gracias también al trabajo de los funcionarios de prisiones.

Por lo que respecta a las células, su formación es más complicada, pero no imposible, como han demostrado dichas operaciones antiterroristas. Como ocurrió en los atentados de Cataluña, basta con un elemento dinamizador, en este caso un imán, y un grupo de musulmanes fanatizados, algunos de ellos unidos por lazos familiares, para constituir un grupo criminal. De aquellos atentados se sacaron una serie de conclusiones, sobre todo para dificultar la adquisición de materiales con los que fabricar bombas caseras. En cualquier caso, quedó demostrado que el que quiere matar lo intenta matar por todos los medios, bien sea mediante atropellos masivos, acuchillamientos, etcétera.

Ante estas amenazas, el Ministerio del prevé una mayor intensidad de la amenaza yihadista durante este verano ya que “suele asociarse al incremento de los movimientos y desplazamientos de personas”, según el documento elaborado para la seguridad durante este verano, adelantado por LA RAZÓN.

El departamento que dirige Grande Marlaska va a desplegar todos los efectivos posibles para evitar atentados, con especial incidencia en la labor preventiva de los servicios de información y la cooperación de los equipos TEDAX-NRBQ, helicópteros, etcétera.

Para ello, se recomienda aumentar la vigilancia y control preventivo en vías de comunicación urbanas e interurbanas, estaciones, puertos, aeropuertos, hoteles, playas y campings y, en general, con ocasión de aquellos acontecimientos que supongan una gran concentración de personas.