Contra la excarcelación
Los manifestantes de Colón: «Somos demócratas, no ultraderecha»
LA RAZÓN habla con los asistentes a Colón que llegaron desde toda España para clamar contra los indultos
Una marea rojigualda tomó ayer la plaza de Colón para mostrar su rechazo a la más que previsible decisión del presidente Pedro Sánchez de indultar a los condenados por los actos del 1 de octubre.
Unas 25.000 personas, según la Delegación del Gobierno y más de 126.000 según la Policía Municipal volvieron a congregarse en la madrileña Plaza de Colón, a pesar de las altas temperaturas en la capital que convirtieron a las zonas con sombra en uno de los espacios más cotizados por los presentes.
Antes incluso de las 12 de la mañana, hora oficial del inicio de la concentración, la Plaza de Colón ya estaba abarrotada y los asistentes que llegaban se congregaban en las calles adyacentes porque el aforo en el interior ya estaba completo. Génova era un ir y venir de personas, que ataviadas con banderas a modo de capa o falda, bajaban y subían por la avenida entre aplausos y gritos de «Pedro dimisión».
Allí Patricia, que viste también una mascarilla con la insignia nacional, asegura que «estoy en desacuerdo con las decisiones que está tomando el gobierno y como no empecemos a manifestarnos vamos a acabar muy mal», dice. «Aquí la gente se manifiesta por un rapero pero nadie sale a la calle por la subida de la luz», añade con resignación.
Unos metros más abajo, casi en el Paseo de Recoletos, un grupo de personas porta una pancarta en la que se lee: «Sánchez vete ya». Es el mismo mensaje que llevan todos estampados en una camiseta de color blanco. «Nos enteramos que un chico las vendía y nos hicimos una», dice Antonio. «A ver si somos capaces de echar a un Presidente que no está arruinando», añade.
Aunque la convocatoria, inicialmente, estaba convocada contra la decisión de otorgar la medida de gracia a los secesionistas, los participantes reiteraron una y otra vez su descontento por la gestión de estos más de dos años de gestión del ejecutivo de coalición. Consignas como «Sánchez traidor», «basta ya» o «España no se vende» fueron coreadas por los participantes.
De norte a sur y de este a oeste, hasta la madrileña plaza se acercaron ciudadanos de todos los puntos de la geografía española. Carlos llegó ayer por la mañana directamente desde Valencia en un autobús fletado a título personal y en el que viajaron 47 personas. «Quiero que este Gobierno presente en masa su dimisión, que cumpla con la legalidad vigente y que se entere de que la realidad es muy diferente a lo que ellos viven en su casa. Yo trabajo en el sector turístico, uno de los más afectados por la pandemia, y conozco a mucha gente que lo está pasando fatal», señala. «Con esta política no vamos a ningún sitio. No se puede subir la luz, el gasoil y recaudar más impuestos para sus chiringuitos que, realmente, no sirven para nada», lamenta. «En este momento el dinero tiene que estar para ayudar a las familias», puntualiza.
A pocos metros, cerca del perímetro de la plaza, están Conchi, Olga y Martín. «Venimos de Santander, comeremos y volveremos a casa», dicen. «No somos de ultraderecha, somos demócratas y gente trabajadora que el hoy nos levantamos a las seis de la mañana. Ni fachas ni pijos», dicen ante el reiterativo interés de los partidos de la izquierda por estigmatizar a los manifestantes de Colón y deslegitimar su mensaje.
En un ambiente festivo, jóvenes, mayores y familias enteras se manifestaron ayer y repitieron en más de una ocasión «Viva España y Viva el Rey». Entre los asistentes, la bandera de España –se vendían a un euro en los alrededores– y la botella de agua fueron el uniforme con el que gritaron una y otra vez «no a los indultos» y Puigdemont a prisión».
Entre las familias que acudieron juntas a la protesta está Virginia que se manifiesta con sus dos hijas adolescentes, Marta y Verónica. «Quiero que mis hijas entiendan que España somos todos y que tenemos que defender su unidad», explica. A su lado, la mayor de sus niñas, Marta, subraya que «no se puede decir una cosa hace un mes y después hacer lo contrario. Es incoherente. España tiene que unirse y se tiene que hacer justicia».
De la misma opinión son Ángela y Gonzalo, madre e hijo, que recriminan al jefe del ejecutivo las palabras que pronunció en noviembre de 2019 en las que aseguró que los líderes del «procés» cumplirían «íntegras» sus condenas. «Es muy mentiroso», dicen. «Vivimos unos tiempos en los que cuesta hablar y llevar la bandera de «España», asegura Gonzalo. «Así que hay que aprovechar la ocasión. No se puede significar políticamente esta manifestación. Es de todos los españoles que queremos a Cataluña y que respetamos la Constitución», concluye.
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