Auxilio
Monago rescata a una mujer de un grave accidente: “Estuvo 45 minutos hablándole para que no se durmiera”
El expresidente de Extremadura tuvo que reanimar hasta en dos ocasiones a la accidentada después de que un camión la embistiera en la A-5, cerca de Trujillo
El que fuera presidente de la junta de Extremadura y líder de los populares en la región, José Antonio Monago se topó el pasado miércoles con un grave accidente en la A-5, sentido Badajoz, cerca de Trujillo a su regreso de Madrid.
Ese día, tras haber visitado la exposición del fotógrafo Eugene Smith en Deleitosa (Cáceres) y más tarde haber asistido a la recepción oficial que el Rey Don Felipe ofreció al presidente de Corea del Sur se pasó por el Senado. Lo que no sabía es que, de regreso a Extremadura, el político, de profesión bombero, tendría que actuar a contrarreloj para tratar de salvar a una mujer que había sufrido un aparatoso accidente de tráfico cerca de Trujillo.
Según José Manuel, un testigo de lo ocurrido, quien dirigió una carta al diario Hoy, Monago “bajó de un salto del coche y se fue directamente a reanimar a la mujer”, de 53 años, que estaba herida y se encontraba atrapada en su vehículo después de que un camión, de origen portugués, le hubiera embestido por detrás, aplastando su coche. “Vi al conductor del camión pidiendo ayuda por lo sucedido, paré el vehículo sobre el arcén y le dije a mi mujer que llamara al 112 para pedir ayuda” relata José Manuel, testigo de lo ocurrido quien se lanzó a parar al primer vehículo que pasara en ese momento en busca de ayuda. Y el primer coche fue el de José Antonio Monago, quien se llegó a bajar, incluso, con el vehículo en marcha.
La mujer estaba inconsciente, había perdido mucha sangre y según narra dicho testigo, el cinturón de seguridad no le permitía moverse. El expresidente extremeño, tras preguntar a los que se encontraban allí qué había ocurrido se dirigió al vehículo accidentado y le dio la mano a la mujer mientras trataba de reanimarla. Tuvo que hacerlo hasta en dos ocasiones. “Estuvo 45 minutos junto a ella, sin parar de hablarle, para que no se quedara dormida”. Monago supo en ese momento que se llamaba María y que tiene dos hijos.
A los treinta minutos de lo ocurrido llegó la Guardia Civil de Tráfico quien se puso a dirigir la circulación intentando evitar que cualquier otro coche pudiera arrollarles. Sin embargo, nadie llamó a los bomberos y fue Monago quien dirigió el rescate ya que todos sabían que, antes de dedicarse a la política, había sido bombero y había llevado a cabo numerosos rescates similares. El tiempo corría en contra.
Tras los 45 minutos de espera, llegaron dos ambulancias convencionales y fue el líder de los populares extremeños quien les fue dando las pautas para poder sacar a la mujer del vehículo en las mejores condiciones posibles, a pesar de la gravedad. El chófer del presidente extremeño facilitó una navaja para poder rajar el cinturón de seguridad.
A pesar de que su acción sirve de ejemplo para los que se puedan encontrar con situaciones similares, Monago no quiere hablar de lo ocurrido y, al preguntarle por ello, respondía hoy con un escueto: “He hecho lo que habría hecho cualquiera, ni más ni menos. No tiene ningún mérito”.
El Servicio Extremeño de Salud comunicaba ayer que la mujer del accidente se encontraba grave, con traumatismo craneoencefálico y fractura costal. Según ha podido saber LA RAZÓN, el expresidente extremeño solo desea que se recupere, está muy pendiente de su evolución, y suele llamar a la consejería a diario para interesarse por su estado.
El testigo, que dirigió una carta al Hoy de Extremadura, aseguraba que “aunque no comulgue” con las ideas del líder de los populares en la región quería trasladarle su gratitud “por la humanidad que demostró con esa mujer hablándole, calmándole. Demostró tener un gran corazón”.
Rescate en los Almacenes Arias
El 4 de septiembre de 1987 el expresidente de Extremadura, entonces bombero, participó en el rescate de los Almacenes Arias, después de que un interminable fuego devorase el inmueble de la calle de la Montera, 29. Una vez concluida la jornada laboral de ese día y con casi todos los trabajadores ya en sus respectivas casas, el cuerpo de bomberos del Ayuntamiento recibió un aviso de incendio que provenía del emblemático almacén. Hasta allí se desplazó un grupo de bomberos para apagar las llamas que se apoderaban, sin tregua, del edificio, pero se convirtió en una ratonera.
El incendio, que comenzó en el segundo piso del inmueble, se propagó al resto de plantas hasta debilitarlas. El trabajo de extinción se hacía cada vez más peligroso y cientos de bomberos acudieron a apoyar a sus compañeros. Los bomberos lograron extinguir el fuego; pero poco después, un nuevo foco declarado en la cuarta planta -al propagarse una llama a través de un cable- provocaba un incendio mayor. Tantas, que, la parte central del edificio se vino abajo. Diez bomberos perdieron la vida sepultados bajo los escombros. José Antonio Monago fue uno de los héroes que participó en el rescate de aquella tragedia.
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