Memoria Histórica
La última carga a caballo del dos veces laureado general Varela
Tras varios intentos, el Ayuntamiento de San Fernando (Cádiz) ultima la retirada de su estatua
La estatua ecuestre de Franco que estuvo en Nuevos Ministerios (Madrid) lleva 16 años guardada en un almacén del Ministerio de Fomento. Ahora parece llegado el turno del general Varela, compañero de armas de un joven Franco en los tiempos de África e inseparable camarada del Generalísimo en la Guerra Civil. Su representación a caballo desde 1948 en la Plaza del Rey de San Fernando (Cádiz) está a un paso de ser eliminada del espacio público.
En 2008 ya hubo un intento de retirada cuando una comisión municipal creada para concretar la aplicación de la Ley de Memoria Histórica señaló directamente la obra, pero se diluyó por la oposición de un sector de la ciudadanía y el rechazo del PP, que gobernaba con el Partido Andalucista (PA). En 2016, el Pleno del Ayuntamiento aprobó la propuesta planteada por el grupo municipal Sí se puede San Fernando, respaldada por el PSOE, Ciudadanos y la concejala no adscrita Inmaculada López. El PP votó en contra y el PA se abstuvo. La marca de Podemos en San Fernando apeló de nuevo al cumplimiento de La ley de Memoria Histórica, pero Varela volvió a superar el trance.
Parece que será al tercer intento cuando el general puede ser descabalgado definitivamente en su ciudad natal, donde expertos han determinado la «reconocida valía artística» de la obra en bronce que le da forma, una escultura de Aniceto Marinas que fue un homenaje del pueblo isleño a su trayectoria militar, costeada con donativos. Al militar, nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad en 1923, se le recuerda como benefactor por sus partidarios, pero otros no olvidan su papel clave en el golpe de 1936 en la provincia de Cádiz, y una trayectoria que le sitúa en escenarios cruciales de la guerra, aunque le distinga después como opositor al nazismo.
Ante la remodelación de la plaza del Rey, el Ayuntamiento local ha anunciado oficialmente la retirada de la estatua, según avanzó Diario de Cádiz. Con la intención de cumplir con el trámite de audiencia previa a las personas que pudieran verse afectadas por esta actuación, la alcaldesa, Patricia Cavada, dio el pasado 18 de octubre un plazo de 15 días a los posibles herederos del escultor, muy vinculado con Las Navas del Marqués (Ávila) «para consultar y ser oídos en el expediente». Esta decisión se ha tomado ante la imposibilidad de contactar con la familia de Marinas, que no ha vuelto por la localidad abulense, según ha sabido este periódico, y cuyo paradero actual se desconoce.
Conviene no olvidar que la la legislación admite excepciones para esculturas de especial interés artístico. Y esta lo es. Otra cosa son los relieves en la peana de la estatua que aluden a las victorias del bando nacional.
El protagonista a caballo, José Enrique Varela, forja su leyenda en la unidad de Regulares, y obtiene por dos veces la Cruz Laureada de San Fernando, la más alta condecoración del Ejército, que se reserva al valor muy distinguido –como acreditó en los combates de Muires y Ruman en 1920, y Adama en 1921–. El militar, que se hace con la Medalla Militar Individual en Ifermín en 1925, se había estrenado en 1916 en Larache con la Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo. Como dijo a su padre cuando era un niño, «mi deseo es pertenecer a fuerzas de choque para luchar en primera línea en defensa de mi patria».
El destino de su legado gaditano en bronce es una incógnita. Por ahora, el Ayuntamiento isleño ha propuesto a Defensa reubicar la estatua en instalaciones militares o en el Museo Naval.
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