Análisis
La izquierda cae a niveles de 2011
En los últimos 15 años se aprecia la evolución del voto autonómico de la izquierda en Castilla y León, que tiene similitudes con los años 2007, 2015 y 2019. En estas tres elecciones oscila entre el 40,8% y el 42,3% del voto válido, en años de recuperación para el PSOE. Pero el gran tropiezo de la izquierda de noviembre de 2011, que llevó a Rajoy a la mayoría absoluta, también tuvo su episodio en esta comunidad. La izquierda castellanoleonesa rompía su racha y bajaba a su mínimo histórico con 34,6% del voto. Por tanto, el voto autonómico en la región no es ajeno a la vida política nacional, por lo que las tendencias a nivel nacional acaban afectando al voto regional. En la encuesta electoral nacional de enero de NC Report para LA RAZÓN se constata la caída de la izquierda a niveles no vistos en una década, concretamente a las cifras de 2011.
Preguntaba el CIS en su estudio de enero, preelectoral en la comunidad autónoma, cuál era la identificación más importante de los ciudadanos, si con su municipio, la autonomía, la nación… Se impuso España, con 8,58 puntos, seguido del sentimiento hacia su pueblo o ciudad, con 8,18 puntos. La identificación la autonomía quedó atrás con 7,19 puntos. Por lo tanto, el domingo debemos esperar un comportamiento electoral en clave nacional, aunque el formato sea autonómico. Será una continuidad de las autonómicas de Madrid, pero modulado a las peculiaridades de la región.
Y es que estamos en una comunidad donde las izquierdas tendrán una gran desmovilización, tanto el PSOE como UP, que enviarán a la abstención al 11,5% y 18% de sus votantes de 2019, respectivamente. Solo superados por la tasa de abstención de Cs, que alcanza el 21,8%. Pero a ello hay que unir que socialistas y morados tienen, tras la abstención, como segunda opción de voto a los localistas. El PSOE envía 40.000 votantes a los localistas, y Unidas Podemos, 9.000. Entre ambos transfieren a estos partidos 49.000 votos, que representa un tercio del total de papeletas de estas formaciones localistas. Esta sangría de votos que provoca en la izquierda partidos como UPL, Soria Ya, Por Ávila, Zamora Decide, Vía Burgalesa, o las candidaturas de la España Vaciada en Salamanca, Valladolid y Palencia, contrasta con la reducida cantidad de votantes de las derechas que eligen estas opciones provinciales: solo 14.000 votantes, el 10,9% del total de las derechas.
La encuesta autonómica del 4 de febrero atribuye a la suma PSOE y UP el 34,5% del voto, similar al 34,6% de 2011. A escala nacional, ambos suman ahora el 36,4% del voto, y en 2011, el 35,7%. Nos encontramos, tanto a nivel nacional como regional, con unas circunstancias de gran semejanza con la debacle de la izquierda en 2011, tanto en autonómicas como en generales. Por lo que no hay que esperar ningún repunte en estos últimos día de campaña de la izquierda castellanoleonesa, y que la victoria de la derecha está asegurada, aunque la suma de PP y Cs en 2019 será sustituida por la de PP y Vox, que asumirá el papel complementario que hace tres años tuvo Cs y el PP seguirá liderando la derecha, incluso con más votos y escaños.
A diferencia de los importantes trasvases de votos en el seno de las derechas, que van de Cs hacia PP y Vox, en las izquierdas apenas hay transferencias decisivas entre PSOE y UP. Los socialistas envían a 12.000 de sus votantes a los morados y éstos, 8.000 votantes al PSOE. Este intercambio es reducido, tan solo representa el 2,5% del voto del PSOE y el 8% del voto de Podemos. Pero los votos que la izquierda envía a los localistas es mayor que los que se intercambia entre ella: desde el PSOE marcha el 9,6% y desde Unidas Podemos, el 9%.
La izquierda tampoco es una opción atractiva para los nuevos votantes, ya que tan solo el 27,1% la votaría (18,9% al PSOE y 8,2% a UP. Mientras que la derecha recibiría el 49,2% y los localistas el 21,3%.
Por todo ello, la izquierda también reduce su representación a niveles de 2011, cuando obtuvo 30 procuradores. La pasada semana tenía una expectativa de 29 a 30 escaños.
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