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Presupuestos: la «prueba de fuego» del giro a la izquierda del Gobierno

Los morados vigilarán para que las medidas se cumplan, pero reconocen que son un balón de oxígeno para garantizar la relación en Moncloa

El Gobierno sigue rezumando optimismo 48 horas después de la intervención de Pedro Sánchez en el debate sobre el estado de la nación. El presidente logró su objetivo, marcar agenda y emprender un rearme ideológico, que ha sacado al electorado progresista del letargo en el que estaba inmerso. En el Ejecutivo no ahorran en triunfalismo y mantienen que el debate se les ha dado «de cine», en parte por el papel subalterno que ha jugado la oposición. En concreto, se refieren al PP, a quienes no vieron a la altura y creen que quedaron noqueados por las propuestas de Sánchez de impulsar un impuesto a las energéticas y entidades financieras. Unas propuestas que no fueron capaces de rebatir ni confrontar.

Sin embargo, el giro a la izquierda que ha perpetrado el presidente en su discurso todavía tiene que materializarse con hechos. Los impuestos se presentarán tras el verano –en octubre o noviembre– a través de dos proposiciones de ley y dentro del Gabinete, en la parte morada, recelan de que estas medidas sean un caso aislado. Desde el mismo momento en que se presentaron por Sánchez en la tribuna, desde Podemos se pidió seguir en esta vía y la «prueba de fuego» de si existirá o no solución de continuidad serán los Presupuestos Generales del Estado para 2023 que deben llegar a la Cámara en las mismas fechas que las citadas figuras fiscales.

Esas serán las últimas cuentas del Gobierno antes de las elecciones. El contexto preelectoral ha causado tradicionalmente una mutación en el Ejecutivo, que experimenta un repentino viraje al centro para intentar ensanchar su espacio ideológico. El riesgo de que el Gobierno opte ahora por escorarse a la izquierda, más allá de conseguir cierto revulsivo «necesario» entre sus votantes, es que va más orientado a consolidar su base electoral que a ampliarla. Los votos en disputa en la izquierda se ganarán en detrimento del espacio de Yolanda Díaz, que no ha podido disimular su malestar por el capital político perdido en último volantazo de Sánchez. Y las elecciones se ganan en el centro. En Moncloa no preocupa esta eventualidad, pues entienden que los votantes de centro optan por una opción u otra en función de los proyectos políticos y se felicitan de que «la derecha no lo tiene».

El Gobierno sigue levitando por el «éxito» del debate pero tendrá que tocar suelo, aterrizar para empezar a negociar los Presupuestos con sus socios que van a exigir que la «reorientación del rumbo» del Gabinete se concrete en un gasto social más expansivo y en una fiscalidad más justa, que siga la senda de los impuestos que se han puesto en marcha. En la parte socialista ya asumen que la negociación con sus socios será dura, porque se espera dar «el primer paso» para comenzar a caminar hacia el objetivo del 2% en defensa. Eso sí, dejan claro que las cuentas compatibilizarán «los derechos sociales y las partidas presupuestarias más cuantiosas de las pensiones, sanidad o educación» con el presupuesto de seguridad que permita que España cumpla con los compromisos adquiridos.

En Podemos siguen celebrando el llamado «giro» a la izquierda del presidente, lo que, según fuentes del espacio confederal, garantiza el término de la legislatura, aunque se mostrarán muy atentos a la hora de vertebrar las medidas económicas anunciados. Pero ya se respira con más tranquilidad y es que fuentes moradas tildaban de «incómodo» el «rumbo» del Gobierno. Existía una sensación en la dirección estatal de que el PSOE buscaba aislarles en Moncloa, e incluso invisibilizar sus medidas con un doble objetivo; dejar tocado al nuevo espacio de Yolanda Díaz y para aplacar los logros de los morados, después de haber aprobado en los últimos días leyes de su competencia, como la ley de Libertades Sexuales.

En ese primer objetivo ven «ahora con claridad» un intento de ralentizar los éxitos de la vicepresidenta, como pudo verse este martes cuando Moncloa no informó de las medidas que anunciaría Sánchez en el debate y que llevaban el sello morad. Desde su entorno replican que ellos no se encuentran en esta batalla, porque «no va de pelearse por quién debe presentar las medidas, sino de ejecutarlas con garantías». Todo ello en una semana que, según las fuentes consultadas, puede acabar –de nuevo– sin reunión del pacto de seguimiento de la coalición, a la que se le da importancia para solventar el choque por el gasto en Defensa. A la espera de esa fotografía para destensar las relaciones, la semana empezará con los morados reclamando la desescalada militar en su escuela de verano en la que pondrán en el centro la paz.