Policía Nacional
La Policía desarticula un grupo dedicado a las estafas de alquileres de pisos
Se hacían pasar por agentes de conocidas plataformas dedicadas al sector inmobiliario
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal que se dedicaba a la comisión de estafas de alquileres de pisos a través de Internet. Los agentes han arrestado a dos personas que, si bien estaban afincadas en Bilbao y Burgos, actuaban por todo el territorio nacional.
Se ponían en contacto con diferentes plataformas de compraventa y adquirían sus productos (que luego revendían); remitían capturas de pantalla de justificantes de transferencias bancarias que luego resultaban ser falsas.
Se han esclarecido 15 delitos, si bien los hechos investigados dejan una veintena de afectados por todo el territorio nacional y un volumen de fraude que asciende a unos 40.000 euros.
Los investigados se hacían pasar por propietarios de pisos, de características ideales, en conocidas plataformas de compraventa. En ellas publicaban los anuncios ofreciendo alquileres a precios muy atractivos, por debajo de los de mercado, pero sin excederse para no levantar sospechas, generando en sus víctimas la idea de que era una oportunidad única.
A la hora de formalizar el alquiler, los arrestados exigían el pago de un mes por adelantado y otro de fianza. Además, durante la negociación del precio o de las condiciones del contrato, las víctimas facilitaban datos personales y sus DNI. Los estafadores usurpaban después sus identidades, utilizando estos documentos en nuevas ofertas de alquiler para la comisión de otros delitos con los que lucrarse.
Otra de las modalidades de estafa que llevaban a cabo consistía en ponerse en contacto con vendedores de diversas plataformas de compraventa para comprarles productos que tenían anunciados y que, posteriormente, revendían.
En primer lugar se interesaban por el producto que tenía a la venta y, tras acordar una transferencia bancaria como medio de pago, le manifestaban la urgencia de adquirir el producto remitiendo una captura de pantalla del justificante de la transferencia, que luego resultaba ser falso. De esta forma, dotaban de credibilidad a las compras y las víctimas realizaban el envío de los artículos antes de haber recibido el dinero (ya que las transferencias tardan en hacerse efectivas entre 24 y 48 horas). Al comprobar que la operación no se ejecutaba, los vendedores comenzaban a sospechar de la estafa, si bien ya no recibían respuesta alguna por parte de los estafadores.
Otra de las técnicas empleadas para cometer los ilícitos consistía en acordar la transacción económica a través de una plataforma de pago instantáneo. En estos casos, en lugar de ordenar el pago, realizaban una solicitud por el importe de venta acordado poniendo como concepto “acepte para recibir su dinero”, de modo que si el vendedor no reparaba en que se trataba de una solicitud era él quien realizaba dicho pago.
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