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Casa Real: Un año marcado por la vuelta a la normalidad y Ucrania
La Corona volvió a salir a la calle tras la pandemia y confirmó su papel de representación en la Cumbre de la OTAN y en viajes oficiales
La Casa Real retomó este año su agenda tras las restricciones derivadas de la pandemia. Después de dos años a medio gas por las limitaciones a la movilidad y de aforo, el Rey Felipe VI, la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía volvieron a sentir el calor de los españoles y dedicarse de pleno a sus funciones constitucionales, en especial, la representación del Estado español en las relaciones internacionales.
Desde su proclamación tras la abdicación de su padre en 2014, Felipe VI asumió la Jefatura del Estado con la ejemplaridad y la moderación como bandera, a pesar de los acontecimientos políticos y personales con los que está lidiando. El Monarca se está enfrentando a algunos episodios duros en este último año y también sigue siendo diana de las críticas de las formaciones políticas republicanas, que desde el Consejo de Ministros le atacan y ponen en cuestión su utilidad. Aún así, en ningún momento ha puesto en duda las competencias de los partidos y siempre encaja con paciencia y entereza los juicios sobre la Institución.
Desde el primer minuto, Felipe VI asumió que la Corona requería una puesta al día, una modernización que ajustara estándares y prácticas con las exigencias y umbrales de moralidad e integridad propios de las democracias del siglo XXI. En este camino hacia la ejemplaridad, la Casa Real dio este año un paso más en la regeneración de la Institución con una histórica decisión: hizo público por primera vez el patrimonio del Rey Felipe VI. En concreto, reveló que su patrimonio asciende a 2,5 millones de euros, cuya procedencia es la asignación presupuestaria de la que se le dotó en 1998 como príncipe de Asturias, y en 2014 como Rey de España. No en vano, entre las primeras medidas de control de Felipe VI fue la de someter las cuentas de la Casa Real a una auditoría externa y prohibir a los miembros de la Familia Real trabajar en empresas privadas. Además, se elaboró una «Normativa sobre regalos a favor de los miembros de la Familia Real» y un Código de Conducta para el personal laboral del Palacio de la Zarzuela en el que además de los regalos que pueda recibir también se apela a las incompatibilidades o los conflictos de interés. Esta trayectoria en aras a la transparencia se consolidó en 2022 con la aprobación de Real decreto que reformó el funcionamiento de la Casa del Rey con la principal novedad la decisión de que el Tribunal de Cuentas audite a la Casa Real, que actualmente escapaba al control del órgano fiscalizador de los partidos y administraciones públicas.
Más allá de las novedades relacionadas con las finanzas, durante 2022 los Reyes llevaron a cabo una frenética agenda tanto en el ámbito nacional como internacional. Así, según los datos de la página web de la Institución, participaron en un total de 297 actos; se desplazaron en nueve ocasiones al extranjero en viajes de carácter oficial; hasta en 126 ocasiones recibieron en audiencia y pronunciaron un total de 96 discursos.
Entre todas sus actividades, algunas han sido especialmente emotivas por su trascendencia histórica o porque reflejan el compromiso de la Casa Real con los problemas de los españoles. Cien años después de la visita de Alfonso XIII, los Reyes fueron testigos de los avances de la comarca extremeña de las Hurdes en el mes de mayo. Un cambio radical que el actual Monarca valoró positivamente tras encontrarse buenas comunicaciones por carretera, un sector turístico y agricultor desarrollado y como negocio estrella, la apicultura. No fue la única parada que hizo el Jefe el Estado en esta comarca. En verano regresó, aunque por un motivo trágico: para mostrar su solidaridad a los vecinos que meses antes le habían ovacionado y que sufrieron las consecuencias de los voraces incendios que asolaron Extremadura. Coincidiendo con el primer aniversario de la erupción del volcán de la Palma, el Jefe del Estado y su esposa presidieron el acto de homenaje a la ejemplaridad demostrada por los ciudadanos de La Palma durante la erupción del volcán de Cumbre Vieja. Este año, además, los Reyes se trasladaron a Ermua para presidir los actos con motivo del 25 aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. El monarca volvió así a presidir un acto relacionado con las víctimas de ETA, un colectivo con el que la Institución tienen un compromiso fuerte y que se había visto reducido por la política del Gobierno, que es quien tiene la última palabra en la agenda de la Casa Real.
Otro rasgo que define la agenda del Monarca durante 2022 son sus viajes a Cataluña. Hasta en seis ocasiones viajó el Jefe del Estado hasta la Ciudad Condal. Es más, por primera vez la Princesa Leonor y la Infanta Sofía visitaron Gerona, ayuntamiento que años antes declaró a su padre persona non grata. Pese a las hostilidades procesistas de los últimos años, la Casa Real siempre ha tratado con cariño a esta comunidad y parece que la normalidad institucional habría vuelto para quedarse.
Si un acto fortaleció a la Corona y confirmó ante la ciudadanía su utilidad fue la Cumbre de la OTAN que se celebró este verano en Madrid. El artículo 56 de la Constitución dice que el Rey «asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales». Durante cuatro días, Don Felipe y Doña Letizia ejercieron como anfitriones y ofrecieron una cena que reunió a los principales líderes mundiales en el Palacio Real, además de recibir personalmente al presidente de EE UU, Joe Biden, y su esposa.
La guerra de Ucrania también ha estado muy presente en la agenda de la Casa Real. Desde que Rusia invadió el país, la Corona mostró su solidaridad con los refugiados, primero, y a medida que avanzó el conflicto, Felipe VI apeló a la unidad de Europa contra Rusia en varios de sus discursos. Sin duda, uno de los más directos fue el que pronunció durante su visita de Estado a Alemania ante la presencia del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. En este sentido, los Reyes han ganado protagonismo en la esfera internacional. Juntos han viajado hasta Austria, Reino Unido, Alemania y Zagreb. En el caso de Felipe VI, a lo largo de este año ha asistido a un total de cuatro tomas de posesión de presidentes de América Latina, los de Honduras, Xiomara Castro; Chile, Gabriel Boric; Costa Rica, Rodrigo Chaves, y Colombia, Gustavo Petro. Además, en el mes de enero viajó a Puerto Rico, con motivo del V Centenario de la fundación de la ciudad de San Juan.
Otro de los hitos de 2022 fue el regreso del anterior Jefe de Estado a España tras dos años viviendo en Abu Dabi. La publicidad de sus actividades durante ese fin de semana en Sangenjo contrastó con el apagón del encuentro que mantuvo con su hijo con el que charló durante la visita de once horas a Zarzuela. Su regreso definitivo sigue siendo una incógnita.
El año que viene está previsto que los Reyes intensifiquen su agenda en el primer semestre del año, en el que realizarán varios viajes al extranjero. Las citas electorales obligarán a la Casa Real a frenar en el segundo semestre de 2023.
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