Memoria Histórica

Castellón retira la que fue Cruz de los Caídos entre rezos, tensión e insultos

“Quieren eliminar nuestros símbolos, nuestra historia y nuestra fe”, denuncia Abogados Cristianos

Después de 79 años en su actual emplazamiento y tras cinco años de polémicos trámites, el Ayuntamiento de Castellón (PSPV, Compromís y Podem-EUPV) está llevando a cabo en el parque Ribalta de la ciudad la retirada del monumento a los Caídos, resignificado por el consistorio en 1979 como un símbolo en contra de la violencia.

El parque de Castellón ha sido hoy escenario de momentos de tensión, con llantos y rezos, durante los trabajos para desplazar la Cruz de los Caídos hasta su nueva ubicación. A mediodía más de un centenar de ciudadanos se concentró en contra del traslado del monumento bajo un importante dispositivo de agentes de la Policía Local y Nacional para impedir que los asistentes se acercaran al lugar, donde la actuación para sacar la Cruz y recuperar el jardín previo a su colocación, en base a los planos de 1926, se ha cifrado en 58.900 euros, más IVA.

Durante la protesta hubo insultos y gritos de “terroristas” y “asesinos” por parte de un grupo de personas al llegar al lugar concejales de Compromís; algunos participantes profirieron gritos de ‘fuera’ y otros rezaron un Ave María. Además, los agentes han tenido que sacar a una mujer que pretendía acceder al recinto de las obras. Otra pancarta se jactaba de la retirada: ‘Feliç Ofensiva. Antifa 2023′.

La concentración fue convocada por la Plataforma de defensa de la Cruz del Ribalta, apoyada por la Fundación Española de Abogados Cristianos --que ha promovido un largo proceso contencioso contra la decisión del Ayuntamiento de Castellón en aplicación de la Ley de la Memoria Histórica--.

La concejala de Memoria Democrática, Verónica Ruiz, ha señalado, en declaraciones a los medios recogidas por Ep, que este es “un día histórico para la ciudad y para la democracia a pesar de haya cuatro personas que estén cantando consignas que atentan contra la democracia”. “Hoy es un día en el que cumplimos la Ley de Memoria Democrática”, ha apuntado, e indicó que la última solicitud de medidas cautelarísimas que han interpuesto Vox y Abogados Cristianos ha sido inadmitida, según le comunicaron.

“Vamos a continuar, después de tantos años de lucha y de obstáculos jurídicos por culpa de estas personas, pues ahora podemos retirar la Cruz y el monumento fascista que degrada a una parte de la sociedad”, ha subrayado Ruiz.

Por su parte, el portavoz del equipo de Gobierno, José Luis López, ha manifestado que se retira el “vestigio franquista” en el parque Ribalta “en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática”, y añadió que, además, el catálogo aprobado por les Corts Valencianes “establece que este monumento es un vestigio franquista”.

En esta línea, la concejala de Podem María Jesús Garrido ha explicado que “un símbolo franquista en plena democracia no pinta absolutamente nada, los símbolos franquistas son para los que sean de Franco y que los pongan para su gozo personal, pero la ciudadanía no tiene que seguir soportando cosas de un pasado muy duro”.

En cuanto a los trabajos, según dijo López, durante la tarde se procederá a llevar la Cruz al lugar donde se ha decidido por parte del Obispado y allí quedará instalada. Los trabajos incluyen el entablillado de la propia Cruz para protegerla, “ya que era un elemento deteriorado”, y en cuanto se termine, se procederá a retirarla y “esta noche quedará ubicada en el lugar definitivo”, la explanada de la iglesia de Santo Tomás de Villanueva, en la zona de Rafalafena de la capital de la Plana.

Abogados Cristianos

Frente a esta postura, la presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, muestra a LA RAZÓN su desacuerdo. “Desgraciadamente, hoy una vez más el odio laicista arremete contra las cruces, en este caso contra la Cruz del parque Ribalta de Castellón pero desde aquí no nos rendimos, sabemos que la Constitución nos avala, que la razón nos avala, es una cruz simplemente, quieren eliminar nuestros símbolos, quieren eliminar nuestra historia, quieren eliminar nuestra fe, pero seguiremos peleando para que vuelva a su sitio y, si es destruida, se reponga una igual en el mismo sitio”. “La cruz es una cruz, carente de cualquier tipo de simbología”, defiende.

Asegura Castellanos que “hace apenas 24 horas, el juzgado nos desestimaba unas medidas cautelarísimas porque nos decía que no había riesgo inminente. Hoy hemos vuelto al juzgado demostrando este riesgo inminente y nos dicen que tampoco”. “La pena también es que no podamos confiar en la Justicia y que esté muchas veces al servicio de este odio del laicismo más radical que, además pagamos con nuestro dinero en una época de crisis como la actual, con más de 60.000 euros”, lamenta.

Comienzo de los trabajos para la retirada de la cruz
Comienzo de los trabajos para la retirada de la cruzDomenech CastellóAgencia EFE

En esta línea, el portavoz de Abogados Cristianos, Norberto Domínguez, ha señalado que “hoy vemos cómo los operarios están encofrando y picando la base para trasladar la cruz, por lo tanto no entendemos que no se viera la inminencia de ese derribo”, ha lamentado. Según ha explicado a los medios de comunicación, “la Cruz es un símbolo religioso-cristiano y punto: no es nada más, y retirarla solo ha generado odio, división y crispación entre los castellonenses, por eso se tiene que quedar en el parque Ribalta porque no hace daño a nadie”.

“No vemos necesario gastar el dinero de los contribuyentes en trasladar un símbolo que está bien donde está, ya que cuesta su retirada más de 60.000 euros de dinero público. Si argumentan que es un símbolo fascista, que no lo es, lo va a ser aquí y en cualquier otra plaza”, dijo, y sostuvo que la Ley de Memoria Histórica “no ampara el derribo de símbolos religiosos, y no hay necesidad de trasladar un símbolo religioso que no tiene ninguna significación política desde hace 40 años”.

Domínguez ha argumentado que, si finalmente se retira la Cruz, al PSOE y a Compromís “no les va a salir gratis, lo pagarán en mayo en las urnas porque los castellonenses no quieren que se derribe la Cruz”. Desde Abogados Cristianos van a exigir el compromiso “real, firme y por escrito” de todos los partidos para que repongan la Cruz del Parque Ribalta.

“El Gobierno municipal está demostrando un odio anticristiano y sectario, pues lleva siete años persiguiendo un símbolo religioso que no hace daño a nadie, y lo que han conseguido es generar odio y división con un símbolo religioso”, ha agregado.

Inicio de los trabajos en el emplazamiento original del conjunto en el parque Ribalta
Inicio de los trabajos en el emplazamiento original del conjunto en el parque RibaltaDomenech CastellóAgencia EFE

Desde el grupo municipal popular, su portavoz, Begoña Carrasco, ha indicado que la Cruz “solo tiene un significado cristiano y fue resignifica en 1979 para que homenajeara a todas las víctimas de la violencia sin distinción”, por lo que ha calificado la retirada como “un acto de revancha y de sectarismo”. La popular ha asegurado no entender por qué la Cruz de Vila-real que también fue resignificada no se retira y la de Castellón sí.

“El PP apuesta por la unión, por sumar, por el Castelló de todos, y queremos luchar todos por un futuro mejor”, ha explicado Carrasco, quien considera que el derribo va a perjudicar a la Cruz, y se ha comprometido a estudiar el estado en que quedará “y ver la mejor solución, escuchando lo que quieren los castellonenses”. La popular espera que la retirada de la Cruz “pase factura en las urnas y que sea lo último que tiren”.

Por su parte, el edil de Ciudadanos (Cs) Esteban Ventura ha recordado que la Cruz esta resignificada desde 1979, y ha añadido que la retirada “no es más que una muestra de las políticas sectarias del tripartito”.

Vox ha informado en un comunicado de la presentación de una denuncia contra Verónica Ruiz por presunto delito de prevaricación administrativa en la retirada de la Cruz, ya que alega la existencia de “numerosa jurisprudencia que afirma que aquellos monumentos que han sido despojados de su simbología franquista originaria cumplen con la legalidad vigente sobre Memoria Histórica y que lo que realmente pretende el ayuntamiento es eliminar un símbolo religioso del espacio público”.

“Es evidente, pues, que el Ayuntamiento está tergiversando la realidad de los hechos para conseguir un objetivo ilícito, faltando deliberadamente a la verdad”, ha criticado.