Presidencia del Gobierno

Ábalos: el hombre fuerte en Ferraz y en Moncloa

Sánchez dará a conocer el martes o el miércoles la composición de su gabinete, en el que el secretario de Organización apunta hacia a una «cartera política», compatible con su cargo en la dirección del PSOE

José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE / Alberto R. Roldán
José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE / Alberto R. Roldánlarazon

Sánchez dará a conocer el martes o el miércoles la composición de su gabinete, en el que el secretario de Organización apunta hacia a una «cartera política», compatible con su cargo en la dirección del PSOE.

Tras el triunfo de la moción, Sánchez está centrado en la configuración de su gobierno. Para ello, habla por separado con todos y cada uno de los miembros de su núcleo duro. «Así todos teníamos información, pero no todos la misma», afirma uno de los integrantes que se declara «incapaz» de augurar la composición del ejecutivo. También asistió a este encuentro José Enrique Serrano, gran conocedor de las cocinas del gobierno y de La Moncloa, que salió con deberes encaminados a entablar conversaciones con el ejecutivo de Rajoy para el relevo, el control de los tiempos y aspectos legales. Después de este contacto, Sánchez se fue a su casa a «poner en orden el diseño político de gobierno que hemos realizado», apuntó en conversación con LA RAZÓN, José Luis Ábalos, secretario de Organización del partido. Sobre nombres Ábalos dice desconocer quienes formarán parte del Ejecutivo «desde la tarde del viernes no me ha llamado ni una sola vez. Otras veces no hace lo mismo», dice riendo. Ábalos tenía intención de llamar al ya presidente en la tarde noche de ayer dándole un margen de confianza «él sabe lo que tiene que hacer».

Este silencio de Sánchez ha disparado en el PSOE un hervidero de nombres de posibles ministrables. Unos porque ciertamente están en las quinielas, algunos porque se auto proponen, y otros porque saltan a la palestra propuestos por las federaciones o las familias del partido. Sin embargo, los que conocen la sala de máquinas –Sánchez se reunió ayer con algunos de ellos– afirman que «habrá sorpresas. Pedro tiene los perfiles muy claros». También, el presidente tiene en su cabeza la estructura del nuevo gobierno que estará «orientada a la gestión y a la obtención de resultados rápidos», porque el «gobierno no estará cuatro años en el poder». Y un añadido, esta estructura no tiene por qué ser igual a la actual. De ahí, el relevante papel de José Enrique Serrano a la hora de tener al día el decreto de estructura, que dará el pistoletazo de salida al ejecutivo, porque «además de nombres, habrá que configurar las competencias». Ábalos lo confirma «será un gobierno político con una agenda limitada a unas prioridades, que ya están definidas».

En la composición del ejecutivo, Sánchez también tiene en cuenta ni dejar al partido desasistido incluyendo en el gobierno a buena parte de su ejecutiva ni al grupo parlamentario. Este es el caso de José Luis Ábalos, su indiscutible mano derecha con el que tiene una franca sintonía personal y política. Si Ábalos entra en el gobierno «tendría que dimitir. No es que sea incompatible, pero sería contraproducente teniendo elecciones municipales, autonómicas y europeas a un año vista y, quién sabe, si también generales», comentan fuentes socialistas bien informadas. Ábalos no comparte este criterio. «Es perfectamente compatible mi actual responsabilidad si entro en un ministerio con fuerte carga política. No iré a un ministerio de gestión. Yo no será ministro de Defensa», afirma en una clara alusión a María Dolores de Cospedal. Para el secretario de Organización del PSOE «si el Gobierno hace las cosas bien, es una oportunidad para fortalecer el partido pensando en las elecciones del próximo año. Debe ser un gobierno político porque su vida es efímera». «Sólo se puede dar por seguro la presencia de Carmen Calvo en el nuevo ejecutivo», sentencian desde el entorno del secretario general.

A partir de aquí todo son «conjeturas» que se sitúan bajo el paraguas de «gobierno de corte socialista y paritario». «Si todos los nombres que han salido llegaran al gobierno, el número de carteras casi seria infinito», apuntan con guasa desde la calle Ferraz. De entre los muchos nombres que suenan, el que tiene fuerza y aceptación es Meritxell Batet, que se presentó de número dos de Sánchez por Madrid, es experta en temas constitucionales y es catalana. Otro catalán, Miquel Iceta, el primer secretario del PSC también está en las quinielas, aunque en privado manifiesta que no está entre sus planes dejar Barcelona, y reconoce que Pedro Sánchez no le ha llamado. Jordi Sevilla, David Vegara, Josep Borrell y más de una treintena de nombres son barajados en cenáculos y por periodistas. Margarita Robles también está señalada, pero su incorporación al ejecutivo obligaría a una profunda remodelación del Grupo Parlamentario. De momento, nadie contempla «las sorpresas» que tendrán que esperar a ser conocidas como pronto pasado mañana.