Declaración clave

Aldama acorrala a Sánchez y salpica al Gobierno con las «mordidas»

El "conseguidor" de la "trama Koldo" dice que Ángel Víctor Torres le reclamó 50.000 euros y que pagó 15.000 euros al "número dos" del PSOE y otros 25.000 al jefe de Gabinete de Montero

La declaración ante el juez del empresario Víctor de Aldama, el «conseguidor» de la «trama Koldo», ha resonado con estruendo en el mismísimo Palacio de la Moncloa. El comisionista había pedido declarar voluntariamente y durante dos horas no dejó títere con cabeza, poniendo en evidencia al presidente del Gobierno, quien redujo su foto junto a él en un mitin en febrero de 2019 a un encuentro casual, y aireando incluso el pago de supuestas mordidas que salpican directamente al Gobierno y al «número dos» del PSOE, el secretario de Organización Santos Cerdán. Aldama –que horas después ha salido de prisión a cambio de su colaboración con la Justicia por orden del juez Santiago Pedraz -que le investiga por un presunto fraude tributario en el sector de hidrocarburos–, aseguró que fue el propio Sánchez quien pidió conocerlo para agradecerle sus gestiones en México para un viaje de José Luis Ábalos al país azteca. «Gracias por lo que estás haciendo. Me tienen informado», asegura que le comentó.

Pero el expresidente del Zamora CF no se quedó ahí y desgranó el pago de comisiones, tanto en dinero como en especies, al entonces ministro de Transportes –que según dijo suman 700.000 euros en efectivo– y a su asesor Koldo García, que se habría embolsado otros 300.000. Y eso que, explicó, Ábalos le llegó a reclamar dos millones de euros (Koldo, mucho más modesto, se contentaba con 500.000 euros) de las comisiones que percibió por su intermediación en los contratos para la adquisición de mascarillas en pandemia, que cifró en 5,7 millones.

Pero ese reguero de dádivas no se limitó a Ábalos y su asesor. Aldama detalló, a preguntas de su abogado, José Antonio Choclán, que Koldo entregó en su presencia, en un bar junto a la sede del PSOE en la calle Ferraz, un sobre con 15.000 euros a Santos Cerdán por haberse inmiscuido con una constructora en una licitación pública que supuestamente pertenecía al «cupo» del «número dos» socialista.

Una supuesta mordida que no llegó a cobrar, según dijo, el entonces presidente de Canarias y ahora ministro de Política Territorial Ángel Víctor Torres –la empresa de la trama también contrató con el gobierno insular–, que le habría reclamado 50.000 euros «por el tema de las mascarillas y por el contrato de Canarias», a lo que se negó. «Digo que no voy a pagar más de lo que está acordado», explicó.

Si gratificó con 15.000 euros, aseguró, al jefe de Gabinete de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, Carlos Moreno, a quien agradeció así a instancia de Koldo («tendrías que tener un detalle con Carlos, que está buscando piso») su gestión para que –con el visto bueno de la ministra– Hacienda levantara el pie en la reclamación de una deuda tributaria a una compañía para la intermediaba Aldama a un paso del embargo. «Quedamos a tomar un café en un bar debajo del ministerio y Koldo le entrega el sobre», dijo.

En esas dos horas de intensa declaración, Aldama también tuvo tiempo para contextualizar cómo llegó Koldo a ser asesor de Ábalos. Según dijo, fue Pedro Sánchez quien lo decidió, pues tenía relación con él y Santos Cerdán antes de la moción de censura que hizo presidente al líder socialista. De hecho, explicó, cuando triunfa esa moción de censura pensó «que le iban a mandar con Presidencia». «O sea, ¿que fue una decisión del presidente?. «Eso es lo que me cuenta él y lo que parece ser», contestó el imputado.

«A mí me hacen ir a un acto del PSOE para hablar con el presidente porque quería conocerme y hablar conmigo», mantiene Aldama, que afirma que acudió a ese mitin en el teatro de La Latina a instancia de Ábalos y Koldo. Su encuentro con él (y la consiguiente fotografía que publicó El Mundo), dejó claro, no fue «para nada» fortuito.

En su comparecencia, mantuvo además que la panoplia de dádivas a Ábalos y Koldo no se limitó a los pagos en efectivo. El propio asesor del ministro le planteó la posibilidad de que costease una vivienda en la Costa del Sol «para disfrute y bienestar» del ministro y su familia. Sin embargo, él se negó a ponerla a su nombre. «No iba a ponerlo a mi nombre si ya se le daba dinero por otro lado», se justificado. Koldo, contó, le llegó a enviar hasta siete enlaces de viviendas del portal inmobiliario Idealista. Ábalos quería la casa «con muebles y piano», pues su hijo toca el piano. La previsión era, precisó, un desembolso de medio millón de euros.

La voracidad del ministro era tan insaciable, según su versión, que ante sus desorbitadas peticiones (dos millones de euros Ábalos y medio millón su asesor solo por los contratos de las mascarillas), Aldama estalló: «Yo no soy el Banco de España y ya os estáis pasando». Se tuvieron que contentar con 250.000 euros el primero y cien mil euros el segundo (a quien se refería como «Gobblin»).

Las acusaciones, satisfechas: "Arroja bastantes luces"

Al concluir la declaración, las acusaciones populares valoraron las revelaciones de Aldama. La abogada de Vox, Marta Castro, anticipó que pedirá formalmente la imputación en la causa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de los ministros Fernando Grande-Marlaska, María Jesús Montero, Teresa Ribera y Ángel Víctor Torres. Para la letrada, «este asunto no puede quedar en la esfera de Ábalos».

Luis María Pardo, abogado de otra de las acusaciones, Iustitia Europa, celebró que Aldama arrojase «bastantes luces a las sombras que había existentes durante semanas» pese a los intentos del PSOE y sus dirigentes, recalcó, de evadir «sus responsabilidades». Por su parte, el letrado de Hazte Oír, Javier María Pérez Roldán, definió la declaración del empresario principal del entramado como «extensa e intensa», además de «ilustrativa» para esclarecer los hechos investigados. La asociación pedirá también la declaración como testigo de Teresa Ribera en el «caso Begoña Gómez» por sus reuniones con la esposa de Pedro Sánchez.

En cuanto a la Asociación Liberum, su abogado, Alexis Anea, admitió sentirse sorprendido por el relato que desplegó el comisionista, pues el letrado dijo que llegó a la cita judicial pensado que «iba a circunscribirse solo a los contratos de este procedimiento», los de la compra de material sanitario por administraciones públicas gobernadas por el PSOE. Para esta asociación, su objetivo ha sido «ha querido aclarar» los hechos que le atribuye la UCO en sus informes.

En cuanto a la visita de Delcy Rodríguez para intentar reconducir las relaciones con Venezuela por el apoyo del Gobierno al presidente interino Juan Guaidó, Aldama manifestó que Pedro Sánchez tenía conocimiento de ese viaje un mes antes y que se llegó a organizar una cena de la vicepresidenta de Maduro a la que iban a asistir el presidente y los ministros Fernando Grande-Marlaska, Salvador Illa, Teresa Ribera, María Jesús Montero y el propio Ábalos. Según reveló, viajó a nuestro país porque «se le promete que no va a haber problemas» –pese a las sanciones de la UE que le impedían pisar territorio Schengen–. Dos horas antes, explicó, Koldo ya estaba en el aeropuerto, pero no todavía Ábalos, que tenía previsto «desayunar al día siguiente» con la mandataria venezolana. Es entonces cuando saltan las alarmas, porque Koldo le llama por teléfono para avisarle de que el avión «no puede aterrizar».

Según su versión, Marlaska se habría encargado de que el comisario del aeropuerto creara una especie de zona de exclusión del espacio Schengen para que Delcy Rodríguez pueda descender del avión, trasladándose a una zona vip de la terminal ejecutiva con toda su comitiva, permaneciendo cinco horas en la terminal.

Al margen de esa cena, señaló, estaba previsto que la fiscal general del Estado (María José Segarra había cesado una semana antes y el Gobierno ya había sido nombrado a Dolores Delgado como su sustituta, aunque no había tomado aún posesión del cargo) se reuniera con la vicepresidenta de Maduro, porque el Ejecutivo de Caracas «tenía mucho interés» en la extradición del general Hugo Armando «El Pollo» Carvajal, exjefe de la Inteligencia militar venezolana, cuya entrega había denegado la Audiencia Nacional.

Reunión de Begoña Gómez con Teresa Ribera

Según ha explicado, fue él quien, como agregado comercial en Oaxaca, "organizó" el viaje oficial de Ábalos a México en febrero de 2019, para quien incluso "pidió seguridad" a las autoridades aztecas, algo que "molestó mucho" al embajador, que se quejó de que le estaban "puenteando".

El comisionista de la trama ha relatado al juez que se reunió "en varias ocasiones" con Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, y vicepresidenta de la Comisión Europea in pectore, para impulsar un proyecto sobre la España vaciada con el objetivo de promocionar "pueblos temáticos" que crearan puestos de trabajo y dinamizaran esos núcleos rurales. La ahora vicepresidenta tercera del Gobierno, ha insistido, sabía "perfectamente" quien era él.

En ese proyecto, ha explicado, estaba también implicada Wakalua, filial de Globalia que patrocinó el África Center de Begoña Gómez. De hecho, ha asegurado que para intentar sacar adelante la iniciativa la esposa de Pedro Sánchez estuvo reunida al menos una vez con Ribera, aunque a ese encuentro él no asisió, ha matizado.

Declaración a petición propia

Fue el propio Aldama quien solicitó declarar de nuevo ante el juez del "caso Koldo", amparándose en su derecho a hacerlo en cualquier momento a lo largo de la instrucción, una comparecencia para la que el instructor acordó solo la defensa del empresario y el fiscal Anticorrupción pudiesen asistir de forma presencial a la declaración, obligando al resto de defensas y a las acusaciones populares a seguir el interrogatorio por videoconferencia desde otra sala. Una decisión que no ha gustado a las acusaciones populares -una de ellas, Iustitia Europa, recurrió ayer in extremis la resolución judicial al considerar que atenta contra el derecho a la tutela judicial efectiva- y tampoco al resto de las defensas, a quienes Aldama ya dejó claro que no contestaría.

Aldama no solo es pieza clave, según ha puesto de relieve el juez, en el entramado creado "para la consecución de negocios con las Administraciones Públicas", en el que el exministro José Luis Ábalos ocupaba un "papel principal", sino que también tiene un protagonismo relevante en otros hechos sobre los que formalmente no se extiende por ahora el objeto de la investigación, como el rescate de Air Europa -que se produjo cuando era consejero de la compañía y para el que se habría valido de su relación con Ábalos y su entonces asesor, Koldo García- y la sorpresiva visita a España de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, al margen de la trama del supuesto fraude en el sector de los hidrocarburos por la que se encuentra en prisión y que investiga el también juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz.

El "conseguidor" de la trama también ha estado en el disparadero por sus encuentros con Begoña Gómez coincidiendo con el rescate de Air Europa, aunque la Audiencia Provincial de Madrid ha dejado al margen expresamente por dos veces esta operación de la investigación que dirige el juez Juan Carlos Peinado contra la esposa de Pedro Sánchez por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional.

"Nexo corruptor" entre la trama y Transportes, según la UCO

Pero en lo que hace referencia al "caso Koldo", el juez Ismael Moreno ha centrado sus pesquisas en la capacidad de influencia de Aldama en el ministerio que entonces dirigía Ábalos (a quien conoció en agosto de 2018 a través de su hermano, que era escolta del ministro), que fue también secretario de Organización del PSOE y a quien ahora investiga el Tribunal Supremo por cuatro delitos, que habría conseguido -según el instructor- mediante pagos a Koldo García (a razón de 10.000 euros al mes) y otros "de carácter extraordinario" al propio Ábalos, como la compra de un chalet en una urbanización del Puerto de Santa María, y el pago del alquiler (a través de un testaferro) del piso para la pareja del entonces ministro, Jessica Rodríguez, en la plaza de España de Madrid.

La compra de ese chalet sería la contraprestación que habría percibido de la supuesta trama fraudulenta en el sector de los hidrocarburos a cambio de mediar para que la empresa Villafuel obtuviese el título de operador, una gestión que quedó "comprometida" con la salida de Ábalos del Gobierno en julio de 2021 y por la que, según el testimonio anónimo de dos empresarios, se entregaron 90.000 euros en bolsas de plástico en la sede del PSOE en la calle Ferraz.

De hecho, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil señala a Aldama como el "nexo corruptor" de la presunta trama con el ministerio de Transportes que en esas fechas dirigía Ábalos. En la exposición razonada remitida al Supremo con la relación de indicios para imputar al exministro (como finalmente hizo el alto tribunal), el juez Moreno señalaba que el empresario "se valió de su relación con Ábalos para influir en la concesión final del rescate" de Air Europa mientras, como asesor de la compañía, mediaba para intentar el cobro de una deuda de 200 millones de dólares que Air Europa tenía pendiente con el Gobierno de Venezuela.

Aldama y el entonces consejero delegado de Globalia Javier Hidalgo estuvieron informados al detalle por Koldo García de la reunión que mantuvo Ábalos este el 16 de julio de 2019 con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con la vicepresidenta y ministra de Economía Nadia Calviño, justo la misma tarde que estaba previsto que Aldama e Hidalgo "mantuvieran una reunión con Ábalos", por lo que mientras los dos empresarios esperaban "Koldo informaba a Aldama" de que el ministro estaba reunido con "Nadia". "Está en ello", "lo está arreglando", "es una máquina", "solo funciona con presión", le fue dando cuenta del rumbo de las gestiones a través de WhatsApp.