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Vestimenta de Pablo Casado el lunes y ayer
Vestimenta de Pablo Casado el lunes y ayerlarazon

► Pablo Casado: Mucho más enérgico, confiado y metido en el debate

Si el lunes por la noche en el debate de RTVE vimos a un candidato relajado, sobrio y proyectando una imagen de derecha moderada y de eficacia en la gestión, ayer el líder del PP salió a por todas. En el de ayer vimos a un Casado con una actitud diferente: mucho más enérgico. Corrigió la principal crítica que recibió el lunes: que estaba fuera del debate. Sin llegar a la estridencia del líder de Ciudadanos y sin tantas interrupciones, el candidato del PP introdujo desde el principio los mensajes que quiere transmitir como la necesidad de apostar por la estabilidad y su programa económico liberal. De hecho, fue el que más datos aportó durante sus intervenciones. En definitiva, subió mucho el nível. Sin apenas cambio en su vestimenta, el líder del PP optó por un traje azul oscuro, camisa y una corbata que en esta ocasión eligió de color granate para diferenciar su «look» del de Rivera ya que, el lunes al vestir los dos igual, se hizo muy evidente esa comparación de las dos derechas que quiere evitar.

► Pablo Iglesias: Con un jersey republicano y vuelta al boli

Una de las mayores incógnitas en el segundo de los debates previo a las elecciones del próximo domingo era comprobar si el líder de Podemos era fiel o no a su estilo y volvía a acudir sin traje al debate. Finalmente, Pablo Iglesias decidió no arriesgar, pero modificó levemente su «look»: camisa blanca, jersey azúl oscuro de la marca 198 –una firma que puso de moda con su irrupción en televisión y conocida por hacer merchandising de izquierdas y republicano –, pese a que en los debates hay que huir de logotipos. En su caso, es un guiño para conectar con su electorado y mandarles un mensaje: no soy como ellos. Al igual que el lunes, vimos a un Iglesias didáctico, con los temas bien preparados. Con una actitud más positiva que en el debate anterior y evitando en todo momento la bronca y confrontación con el resto de candidatos. En esta ocasión, el líder de la formación morada llevó un boli entre sus manos para evitar meterlas en los bolsillos y trasladar un mensaje de inseguridad tal y como hizo el pasado lunes.

► Pedro Sánchez: Un tono más elevado e intentando sonreír

Si el lunes, el líder del PSOE utilizó un tono plano sin apenas contacto visual con el resto de candidatos, ayer Sánchez salió con la intención de arrojar cierta luz en sus propuestas. Con rotundidad anunció que no pactaron con los nacionalistas, saltándose el guión del debate porque lo hizo cuando se hablaba de economía y por tanto, recibiendo críticas por parte de los moderadores. Se nota que el lunes falló al no pronunciarse con vehemencia por lo que ayer lo hizo rápidamente. Con un tono más elevado y proactivo, intentó dominar mejor su expresión facial, tratando de sonreír en los contraplanos. Además, se le veía más distendido porque durante el debate del lunes se le vio con un tono muy plano y con una gesticulación muy encorsetada. En el debate de ayer estaba más seguro y confiado. Gesticulando y cruzando miradas en varias ocasiones con el líder del Ciudadanos, que estaba a su lado. Optó por un traje azul oscuro y una corbata granate, muy similar al que vistió el lunes.

► Albert Rivera: Más nervioso, interrumpiendo y agresivo

Rivera apareció ayer muy sonriente y relajado, sintiéndose el ganador del debate del lunes en RTVE, una sensación que convirtió en actitud, ya que salió muy seguro y confiado. De hecho, en varias ocasiones se atrevió a decir que «cuando yo sea presidente voy a...», muestra del ánimo con el que se desenvolvió durante el debate de ayer en el que estuvo mirando de tú a tú a Casado. Otra vez, interrumpió en varias ocasiones a sus compañeros, llegando a ser algo grosero, al no permitir y entrecortar repetidamente al otro participante. Ahora bien, el líder de Ciudadanos también demostró su capacidad para recoger las pelotas que le dejan en el suelo y meter su mensaje electoral. Destacó, por su originalidad, cuando apeló al electorado para hacerle partícipe de sus propuestas. Y, de nuevo, introdujo material gráfico. En esta ocasión, sorprendió con una copia de la tesis doctoral de Pedro Sánchez, una acción poco recomendable porque introduce elementos de la vida personal de otro candidato en el debate.