Política

Elecciones generales

Cuando Sánchez decía que "quien rehuye los debates no merece ser presidente"

En 2015, Sanchez exigía una cara a cara a Rajoy y llegaba a afirmar: "Quien rehuye los debates no merece ser presidente"

Cara a Cara entre Sánchez y Rajoy en 2015
Cara a Cara entre Sánchez y Rajoy en 2015larazon

El debate sobre los debates electorales han vuelto a poner sobre la mesa las contradicciones en las que se mueve permanentemente el líder del PSOE.

El "debate sobre los debates electorales"ha vuelto a poner sobre la mesa las contradicciones en las que se mueve permanentemente el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez.

El pasado 11 de abril, el director de campaña del PSOE y secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, anunciaba que Pedro Sánchez participaría en el debate a cinco de Atresmedia y que rechazaba en aras de "la pluralidad"el debate a cuatro propuesto por RTVE. En la filas socialistas aseguraban que era positivo debatir “con el diferente” y que había que tener en cuenta la expectativas electorales de Vox, dando por buena su presencia.

Es más, Ábalos insistía en que “la democracia es precisamente eso: debatir entre diferentes, entre muy diferentes, y contrastar propuestas para España”. Toda una retahila de argumentos con el único fin de llevar a cabo las claves de su estrategia electoral: por un lado medirse a Abascal presentándose como el único moderado y por otro rechazar -por poco plural- el cara a cara exigido por el líder del PP, Pablo Casado.

Sin embargo, la Junta Electoral Central (JEC) dinamitó este lunes la controvertida estrategia de Pedro Sánchez, que había optado por un formato a cinco que incluía a Santiago Abascal. Una vez frustrado su plan de enfrentarse a Abascal y evitar el choque con el líder del PP, el PSOE ha vuelto a recular y "planta"ahora a Atresmedia para aceptar el debate a cuatro que proponía RTVE.

Hace solo unos días, el presidente del Gobierno consideraba que era “necesario"que Vox estuviera presente "por transparencia” y rechazaba el debate de la televisión pública porque sus "limitaciones legales"le impedían realizar el debate que realmente "querían ver los españoles". La propia vicepresidenta Carmen Calvo insistía en esta línea. Pero hoy todo ha cambiado y el comité electoral socialista asegura que “será un honor debatir en la televisión pública española de todos a la que su Gobierno ha devuelto la independencia y neutralidad”.

Estos vaivenes han dejado claro que Sánchez sólo quería asistir en un debate en el que pudiera mostrarse como el adalid de la moderación frente al "trío de Colón"y que la jugada le ha salido mal. Al menos así lo ven el resto de formaciones, que no han tardado en afear -incluso desde la izquierda- el "tacticismo irresponsable"del presidente del Gobierno.

Pero esta no es la única contradicción del líder socialista. Sánchez se ha negado en rotundo a medirse a Pablo Casado en un cara a cara, algo que sí exigió a Mariano Rajoy en 2015 y en 2016. En 2015, el propio Sánchez publicaba un tuit en el que acusaba al entonces presidente del Gobierno de despreciar la democracia y afirmaba con rotundidad: "si no se presenta a los debates, no merece ser presidente".

En 2016, Pedro Sánchez insistía en este argumento: "Pedimos a Rajoy que acepte los cara a cara porque no se les puede hurtar a los españoles un debate entre quienes ahora gobiernan y la alternativa que gobernará a partir del 27 de junio".

¿A qué se debe este giro de 180 grados? ¿Cómo puede un líder que defendía que no se le podía robar a la ciudadanía el derecho a un cara a cara, negarse a ello? En el PP lo tienen claro: el líder socialista simplemente tiene miedo.

Un miedo que al parecer va por barrios. En 2016 el coordinador de campaña del PSOE, César Luena, llegó a lanzar un mensaje claro al presidente del Gobierno: "Señor Rajoy, deje de esconderse". Ahora, las redes sociales se han inundado de mensajes que curiosamente bajo el hashtag #SánchezSeEsconde denuncian la actitud del líder socialista con respecto a los debates electorales.

Miedo o estrategia, lo cierto es que el presidente del Gobierno se ha dado la vuelta como un calcetín.