"Por orden de Dios"
El asesino del sacristán de Algeciras, a los psiquiatras: "No hay terrorismo, fue una fuerza divina"
El último informe forense a Yassin Kanjaa concluye que el día del ataque padecía una "muy severa afectación de sus facultades" por "una ideación delirante" de contenido religioso y mesiánico
El asesino confeso del sacristán de Algeciras el pasado 25 de enero creía ser "un mensajero de Dios" y actuó convencido de que su víctima y el sacerdote al que hirió eran el "demonio". Así consta en el último informe psiquiátrico que, por orden del juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea, realizaron dos médicos a Yassin Kanjaa en el centro psiquiátrico penitenciario de Sevilla el pasado día 3. Según sus conclusiones, plasmadas en un informe al que ha tenido acceso LA RAZÓN, Kanjaa padece una "ideación delirante de contenido religioso y mesiánico" fruto de un cuadro de trastorno psicótico de tipo esquizofrénico que le llevó a considerarse un enviado de Dios que actuaba por un mandato divino.
El informe concluye que el día de los hechos presentaba "un cuadro de descompensación psicótica aguda de probable filiación esquizofrénica", con "un importante grado de implicación afectiva", caracterizado por una "ideación delirante de perjuicio y mesiánica", lo que suponía una "muy severa afectación de sus facultades intelectivas y volitivas" en el momento en que decidió asesinar a puñaladas a de Diego Valencia, el sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma. Este diagnóstico, adelantado por El Independiente, será clave para determinar en primer lugar si se trató de un delito de terrorismo (de lo contrario el caso pasaría a manos de los juzgados de Algeciras) y, sobre todo, si Kanjaa es responsable penalmente de los hechos y en qué medida (si resulta inimputable por tener alteradas las facultades mentales o se atenúa su responsabilidad por este motivo).
Pese al tratamiento que recibe, apuntan los dos psiquiatras, el investigado no presenta una mejoría en sus comportamientos delirantes.
"Todo lo que pasó fue por orden de Dios". El joven marroquí, de 25 años, contó a los dos médicos que le examinaron que mató al sacristán porque dos o tres días antes "le enviaron señales" en sueños de que "tenía que matar a una persona". Los sacristanes, explicó según consta en el informe psiquiátrico definitivo -al que ha tenido acceso LA RAZÓN-, están "junto al diablo" y en contra de su religión, y utilizan "mucho la brujería".
"No tenía en la cabeza nada sobre la yihad"
Según su testimonio, no tenía "ninguna duda" de que el sacristán "quería matarlo" mediante la brujería. Lo sabía "por fuerza divina".
"No hay terrorismo, fue una fuerza divina", recalcó. "Era un mensaje de Dios". E insistió en que "no tenía en la cabeza nada sobre la yihad" ni nadie contactó con él "para hablar de la yihad". Solamente hablaba con musulmanes, no con terroristas, que "están dominados por el diablo y creen en el diablo". Si no fuera así, precisó, la Policía ya lo habría visto porque tiene su teléfono. En cuanto a su compatriota al que hirió refirió que "pertenecía a la gente que le quería hacer daño".
El día de los hechos, según dijo, no consumió sustancias tóxicas. "Lo dejé todo desde hace tres meses antes" porque "no era bueno". Ese día, recordó, fue a la mezquita a rezar "y sintió que tenía que ir a la iglesia porque tenía esa sensación de que el diablo lo tenía en la cabeza". Guardaba un cuchillo en casa "para defenderse" y cuando le echaron del primer templo cogió el machete y regresó.
Seis horas de examen psiquiátrico
Desde dos meses antes "tenía la sensación de tener en su cabeza al diablo". Querían atacarlo, justificó su actuación criminal, y él solo "se defendió porque había una orden divina" que le impelía a "atacar a la otra religión". Dos semanas antes, añadió, "inició las ideas de suicidio".
Los dos peritos evaluaron a Yassin Kanjaa durante cuatro horas el pasado día 3, que completaron la entrevista psiquiátrica que mantuvieron el 11 de abril con él (de otras dos horas de duración), sin que hayan constatado "contradicciones" entre ambos testimonios ni "errores importantes debido a la barrera idiomática". En esta segunda inspección, sin embargo, los dos médicos psiquiatras estuvieron acompañados por un traductor. El informe de los peritos judiciales viene a completar el efectuado en un primer momento el pasado 28 de febrero y, posteriormente, el 8 de marzo.
A lo largo de su extenso testimonio explicó que decidió venir a España hace algo más de un año (el primer día del Ramadán de 2022) "porque había mucha gente que le hablaba bien del país" y recordó que le fue "muy bien" desde que llegó. Trabajó un tiempo en una cafetería, contó, pero no "mucho tiempo" porque no tenía papeles. En todo este periodo, dijo, no salió de Algeciras.
"Le hacían brujería en la comida"
En Marruecos, aseguró, "no tenía ninguna enfermedad" y solo tomaba una pastilla para la alergia, que "le sentaba mal". Según refirió a los forenses, no tiene antecedentes familiares de problemas mentales y nunca acudió al psicólogo o al psiquiatra en su infancia. Únicamente contó que tiene alergias a todos los medicamentos y la tensión alta.
Kanjaa negó que consumiera drogas y tan solo refirió "tres o cuatro" consumos de cocaína al llegar a España. Del mismo modo, aseguró a los dos facultativos que en la prisión de Huelva "le hacían brujería en la comida" para "saber cómo piensa" y "qué tiene en su cabeza". De hecho, dijo que muchos funcionarios y presos "sabía lo que pensaba", algo que el informe define como una ideación delirante autorreferencial de perjuicio.
El imputado sí se mostró inquieto porque, dijo, el diablo "en cualquier momento quiere meterse en su cabeza", asegurando que en España "el 70% sigue a Dios y el 30% al diablo".
Quiere hablar con Pedro Sánchez
Durante esa entrevista, también explicó que "Alá le transmite mensajes", un pensamiento que según los facultativos supone una ideación delirante de contenido religioso, aunque "no queda clara la presencia de pseudoalucinaciones auditivas", puesto que "niega oír voces" aunque dice "recibir mensajes tanto por parte del demonio como por parte de Alá".
De hecho, aseguró que estando en Marruecos en su casa durmiendo "se le apareció Jesucristo y le dijo que él era El Enviado", identificándole con el tiempo con el profeta Yaisa. Años después, añadió, "se le metió dentro de su cuerpo y le dijo que él era Jesucristo". Para los psiquiatras, se trata de una interpretación delirante de un sueño.
Kanjaa aseveró que todos los musulmanes "saben que él es El Enviado", "El Mahdi", que está en la cárcel por el asesinato de Algeciras, que es inocente y que "le están esperando a que vaya a los países del Golfo para acabar con el falso profeta".
Fue el diablo, dijo, "el que dirigió sus movimientos" al asesinar al sacristán y herir a otras dos personas. Tras el asesinato, destacó, "saben todos" que "él era Jesucristo". Una explicación detrás de la que los expertos ven "una ideación delirante de contenido religioso y mesiánico".
Durante esa entrevista con los dos psiquiatras llegó a decir que tenía que hablar con el presidente del Gobierno para alertarle de que "va a haber muchas guerras", aunque "todavía no va a venir el fin del mundo".
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