Pinchazo
Los comunes salvan a Yolanda Díaz de otro batacazo electoral
Se quedan con el peor resultado de la izquierda alternativa desde 1999, pero salvan el tipo al sumar para para el tripartito, que es su vía de subsistencia
El objetivo de comuns-Sumar esta noche electoral era el de evitar a toda costa que la ola de apoyo generada a favor del PSC de Salvador Illa no fuera tal para no socavar el proyecto en Cataluña y volver a cosechar otro fracaso electoral. Para ello, tanto la marca autonómica como la dirección estatal de Sumar con Yolanda Díaz a la cabeza se volcaron en campaña electoral endureciendo el tono contra los socialistas para tratar de taponar las fugas de votantes hacia el PSC. Y es que el periodo de reflexión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue visto en Sumar como una estrategia de reagrupación del voto entorno a los socialistas para pescar en todos los nichos no independentistas.
En el cuartel general de los comuns-Sumar se respiró tranquilidad anoche tras los malos pronósticos que sumaban en los últimos días de campaña electoral. La marca blanca de Yolanda Díaz en Cataluña ha perdido dos escaños respecto a 2021, uno en Barcelona y el único que retenían en Tarragona. La formación se ha dejado 14.394 votos en tres años. Aun así, su resultado permite al PSC intentar un tripartito con ERC, a falta de que se inicien las negociaciones para decantar la gobernabilidad.
Sus seis escaños, sin embargo, confirman el hundimiento de la izquierda alternativa al PSOE al cosechar los de Díaz en Cataluña los peores resultados electorales del espacio desde 1999 cuando Iniciativa per Catalunya logró únicamente tres escaños. Sería en 2010 cuando llegarían a los diez hasta lograr su mejor resultado en 2015 con once escaños. En 2017 y 2021, ya bajo la marca de los comunes y con el apoyo de Podemos, logarían ocho escaños, hasta llegar a los seis de este domingo. Un hundimiento del que, sin embargo, no pueden culpar a Podemos por la división del voto dado que renunció a presentarse en Cataluña.
En la sede de los comunes se vivió una noche de infarto, pues la izquierda rozó y perdió la mayoría absoluta en varias ocasiones y el pinchazo de los comunes era lo que preocupaba completamente en la formación. Finalmente, el voto castigo a los comunes no fue el esperado después de alzarse como los responsables directos del adelanto electoral al rechazar los presupuestos autonómicos de Pere Aragonès al no aceptar el macroproyecto del Hard Rock para Cataluña. Tampoco ha sumado puntos el hecho de que los comunes se hayan negado a la ampliación del aeropuerto de Barcelona. Una estrategia, que, finalmente, no les ha penalizado en extremo como los estrategas del partido presagiaban a finales de campaña.
A nivel nacional, el resultado de los comuns-Sumar supone un aliento para la vicepresidenta Yolanda Díaz, que se había sometido en este año a dos batacazos en las urnas tanto en Galicia como en País Vasco. La vicepresidenta se había dejado el tipo en estas elecciones, sabedora de que Cataluña podía ser el único territorio más sólido donde transitar en campaña electoral, puesto que el «efecto Colau» todavía arrastra apoyo. Así lo consideraban también en el PSOE donde fiaban a la exalcaldesa de Barcelona la posibilidad de que Díaz no descarrilase de nuevo en las urnas. La implicación de la exregidora, sin embargo, ha sido mínima. Tan solo ha acompañado a su candidata en cuatro actos electorales. Quien ha arropado en multitud de actos a la candidata, Jéssica Albiach, ha sido el ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun. Así, el máximo dirigente de Sumar acompañaba en la noche electoral a su candidata, donde celebraron los resultados, aunque reconocieron la pérdida de apoyo electoral. La líder de los comunes apeló a abrir «una nueva etapa de izquierdas» y se proclamaron «imprescindibles» para la reedición de un tripartito.
A la vez, los comunes se convierten en el partido ganador dentro de la coalición en el Congreso de los Diputados, de momento. Su resultado, permite a la formación catalana imponerse ante Yolanda Díaz. Confirma, además, la fortaleza de una marca en Cataluña y lo imposible para Sumar de tratar de implantarse con sus propias siglas en la comunidad.
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